El Arte Contemporáneo
Enviado por sebaself • 7 de Septiembre de 2014 • 716 Palabras (3 Páginas) • 224 Visitas
Aunque pueda parecer una provocación, el arte contemporáneo es ya muy viejo. Tiene más o menos cuarenta años, y todavía sigue siendo contemporáneo, aunque, por supuesto, ha ido cambiando con el paso de los años. Una historia no escrita del arte contemporáneo recogería su pujante nacimiento hacia 1960, su momento clásico durante los años setenta, y su decadencia (o manierismo) desde finales de los ochenta.
La paradoja es puramente terminológica, ya que aquí usamos el término contemporáneo, no en su sentido de actual (tan actual es un retrato del maestro Macarrón como una instalación de Muntadas), sino en un sentido genérico que poco a poco se va imponiendo entre sociólogos, historiadores y teóricos del arte, aunque sin que exista la menor unanimidad. Quiero decir: lo contemporáneo como un género artístico. Del mismo modo que puede hablarse del género naturaleza muerta o marina, también podemos hablar del género contemporáneo. La propuesta de llamar contemporáneo a un género artístico que nació en los años sesenta del siglo XX y se prolonga hasta nuestros días, supone que disponemos de una definición unitaria, capaz de dar coherencia a prácticas artísticas tan disímiles como el land art de Richard Long, el conceptual de Kosuth o los performances de Beuys. Tal fue la propuesta de Nathalie Heinich en su influyente Le triple jeu de l'art contemporain, publicado en 1998 y al que remitimos a los lectores que quieran conocer los aspectos sociológicos del género. Sin compartir la totalidad de las tesis de Heinich, el uso de contemporáneo en el sentido que ella propone nos parece un recurso cómodo y riguroso para reunir una gran diversidad de familias e individualidades. En otros trabajos históricos y teóricos, algunas de estas prácticas artísticas se clasifican como posvanguardias, neovanguardias, posmodernas, o no se califican de ningún modo y se prefiere una descripción por individuos y grupos, como minimalistas, conceptuales, accionales, performativos, inmateriales, etcétera. Así, por ejemplo, la editorial Nerea está publicando una benemérita serie (¡ya van por el título catorce!) en la que alternan los individuos con los grupos. En cambio, Anna María Guasch, en su conocido El arte último del siglo XX (2000), opta por reducirlo a un momento histórico (1968/1975) caracterizado por la desmaterialización de la obra de arte. Si optamos por la propuesta de Heinich es porque creemos que lo que aparece en los años setenta (y fundamentalmente en los EE.UU.) no sólo puede llevarse hacia el pasado hasta enlazar con Duchamp, sino que también puede lanzarse hacia el futuro y llegar a nuestros días. Si hubiera que resumir muy brutalmente qué es el arte contemporáneo así entendido (aunque no haremos otra cosa que resumir cómo es), habría que decir que es aquel que se aparta de la tradición milenaria de las artes occidentales, rompe con una historia museística que de hecho las vanguardias
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