El Barroco Y La Naturaleza De La Pintura Barroca En El Perú

El Barroco y la naturaleza de la pintura barroca en el Perú

Después de revisar la información recolectada acerca del Barroco propiamente dicho y “La naturaleza de la Pintura barroca en el Perú” se ha constatado las diferencias notables que existen entre ambos barrocos. Es así que se construye el primer arte auténticamente peruano desde la conquista española.

El surgimiento del estilo Barroco se sitúa a principios del siglo XVII en Italia, desde donde se irradió hacia la mayor parte de Europa y a consecuencia de la conquista y colonización española y portuguesa, al Continente Americano durante los siglos XVIII y XIX. El término barroco tuvo al comienzo el significado de recargado, exagerado e irracional, hasta que más tarde, fue revalorizado, ocurriendo esto a fines del siglo XIX por Benedetto Croce y otros investigadores.

El Barroco español fue, manifestación cultural del espíritu de la Reforma católica (Contrarreforma) y del absolutismo político.

Por lo deducido, obviamente la conquista no formó a América a imagen y semejanza de España. Causa de esto fue la sorpresa de los conquistadores por las dimensiones del Nuevo Mundo, su vegetación, el clima, sus colores y formas, su paisaje infinito, sin límites visibles: “América es, en primer término, una enorme presencia física. Una realidad descomunal”. Este hecho de saberse frente a algo distinto, algo que no es como España, provoca ya desde la propia imposición cultural una selección por parte de los conquistadores. Es decir, los mismos españoles eligen de los elementos de su cultura los que se corresponden en mayor grado a las características del Nuevo Mundo. La cultura dominante se recorta y la dominada se combina. Se produce entonces una incorporación de los valores culturales y artísticos americanos a los cánones creados y enseñados por los peninsulares.

Es así que entonces en el siglo XVII los distintos sectores populares comienzan a cobrar importancia dentro de la organización social americana. Esto acerca a estos sectores populares (indígenas, negros, criollos, mestizos, mulatos) a los medios de producción que les permitirán, a finales de este siglo, manifestar artísticamente el resultado de la síntesis cultural de la que son parte. Por esta naturaleza mestiza, variada, sintética, se ha llegado a considerar al Barroco como “la expresión más fuerte de las manifestaciones culturales americanas”; es necesario remarcar que cuando desaparecen los maestros europeos, expresando con mayor o menor grado la cultura nativa y logran un arte propio de gran expresividad, buscando especialmente dar gloria a Dios; se mantienen las técnicas y los modelos europeos en temas religiosos que atacan las normas de la Iglesia Católica y su fin evangelizador. La iglesia católica es quien patrocina el desarrollo de todas las artes, por lo que el arte civil casi carece de importancia, salvo en lo que se refiere a la arquitectura. Bajo la dirección de los frailes se elevan conventos y monasterios.

Nuestra pintura peruana durante el virreinato o colonia, tuvo tres grandes influencias: La influencia Italiana, la influencia Flamenca y la española.

Los artistas indígenas interpretaron los temas religiosos y estilos de los trabajos del arte occidental dados por los curas católicos. En la pintura colonial se muestran temas de santos y figuras religiosas combinadas con elementos indígenas, tales como vestidos andinos o expresiones faciales andinas.

Siguiendo el orden de influencia, fue iniciada por el Renacimiento Romano. El primero en llegar fue el hermano jesuita Bernardo Bitti (1547-1610). Su arte elegante deriva de la tradición rafaelesca de Umbría, cuyo candor marcó para siempre la sensibilidad de sus colegas americanos. Es así que inicia la denominada influencia italiana en la pintura virreinal, la misma que será afianzada

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