El Muro De Adriano
Enviado por SIBILINO • 10 de Abril de 2014 • 3.879 Palabras (16 Páginas) • 287 Visitas
Para los antiguos romanos el Muro de Adriano marcaba el límite del mundo civilizado, las tribus enemigas siempre andaban cerca, siempre al acecho, prestos a degollar a un legionario romano, como parte de sus rituales paganos. El muro era una muestra del poder de Roma, una frontera que dividía al país en dos, esa frontera física que determinaba que esa tierra era tierra conquistada, que ahí acababa lo bárbaro y que tras ese muro se encontraba la civilización y el orden. La muralla de Adriano era un símbolo de seguridad que ponía de manifiesto el dominio de Roma frente a aquellos pueblos bárbaros conquistados, la gran maquinaria del ejército romano transportaba, entrenaba ye equipaba a los legionarios romanos, que se tenían que enfrentar a tierras hostiles ocupadas por belicosas tribus sumamente salvajes y guerreras.
El muro estaba se extendía durante 128 Km. desde el golfo de Solway, en el oeste, hasta el estuario del río Tyne en el este, la muralla en sí estaba construida en su totalidad con sillares de piedra, tenía un grosor de 2,4 a 3 m y una altura de entre 3,6 y 4,8 m. Contaba con 14 fuertes principales y 80 fortines que albergaban guarniciones en puntos claves de vigilancia, así como un foso en su parte septentrional de 10 m y un camino militar que la recorría por su lado meridional. Más al sur del camino militar construyeron otro foso con dos terraplenes de tierra para proteger la muralla de ataques desde el sur. Su nombre se usa en ocasiones como sinónimo de la frontera entre Escocia e Inglaterra, aunque en la mayoría de su longitud, el muro sigue una línea más al sur que la frontera moderna.
La relación entre los romanos y las tribus del norte, Brigantes, Selgovae y Novantae solo despedían desprendía un deprecio mutuo, los romanos nunca llegaron a derrotar realmente a aquellos pueblos guerreros que vivían bajo un clima tremendamente hostil del Norte de Britania, puede que los sometieran y en cierto modo pacificado, pero el odio enfervorizado de estos hacia sus invasores prendió fuego como un reguero de pólvora. Los romanos mantuvieron un gran ejército en la zona, intentando seguir las estrategias que siguieron en otras zonas conquistadas como Hispania o África, primero intentaban controlar a los salvajes durante un tiempo y poco a poco iban retirando las fuerzas militares de forma progresiva, pero en Britania ese método no funciono, probablemente debido al carácter indómito y guerrero de los pueblos autóctonos de los pueblos de Britania. Un documento encontrado en Vindolandia junto al muro, revela lo que opinaban los romanos de los Britanos “…los britanos no llevan armadura, tienen una gran caballería, aunque sus jinetes no usan espadas y los muy desgraciados no toman posiciones fijas para lanzar las jabalinas”.
Con el tiempo surgen una serie de leyendas respecto a las victorias de los britanos frente a las legiones romanas, la más popular es la de la IX legión, esta legión salió de su campamento cerca de York en el año 117 d.c., para hacer frente a una insurrección entre los caledonios y nunca regresó. Las fuentes históricas mucho más rigurosas que las leyendas celtitas, demuestran que los archivos de aquella época muestran como la IX legión de trasladó de Lincoln a York una vez construidos los nuevos barracones de la guarnición, a continuación si que se desplazaron más al norte para enfrentarse alas tribus británicas, estos hecho ocurrieron bajo las ordenes del Gobernador de Britania, Ecneo Julio Agrícola, según esta crónica, él dirigió la campaña de civilización de las tribus del norte, durante el primer año de su campaña no logra llevar a los caledonios al campo de batalla sino que sufrió un ataque sorpresa en una ofensiva nocturna de las tribus enemigas, perdiendo 1/3 de su ejercito, incluyendo parte de la IX legión, siendo este incidente el que ha trascendido al nivel de leyenda o mito dentro del folklore popular británico, si lo romanos hubieran perdido toda una legión a manos de las tribus caledonias, habría dado mucho de que hablar en la propia Roma, ya que una legión romana estaba formada por unos 6000 hombres, además de soldados de caballería y tropas auxiliares de apoyo que dominaban todo tipo de artes y oficios que colaboraban en el funcionamiento interno del ejercito, es raro y a la vez extremadamente difícil que todos los miembros de una misma legión hubieran estado en un mismo lugar y al mismo tiempo.
En realidad la IX legión se retiró de Britania en el año 155 d.c., cuando la relaciones entre Britania y Roma eran mucho más estables, de Britania partieron a una nueva zona de conflictos a través de Germania, para luchar en Oriente Medio, en realidad la IX legión si desapareció, pero no en Britania, sino en Siria unos 40 años más tarde en el año 161 d.c. en su lucha contra los partos.
Cuando los romanos llegaron a Britania se distribuyeron por todo el país construyendo su red de carreteras, sus fuertes y conquistaron territorios en su proceso de romanización de Britania. Los fuertes tenían todos una construcción similar con murallas que protegían una serie de edificaciones, en las murallas había puestos de centinelas, además de atalayas en los extremos para vigilar desde ellos las edificaciones del interior, la disposición de estos edificios normalmente seguía un modelo ya establecido, en la parte delantera enfrentándose al enemigo estaban las caballerizas y barracones que alojaban a los legionarios; había también habitaciones separadas para centuriones y demás oficiales, estos barracones estaban situados a cada lado de la carretera principal, que llevaba a edificio central, y es aquí donde se desarrollaban las actividades diarias del fuerte.
En uno de los lados del edificio se encontraba un largo vestíbulo con una tarima en un extremo, se trataba de una tribuna en la que se situaba el comandante para dirigirse a sus tropas, tras esta sala había una serie de salas más pequeñas y en la del medio normalmente había un altar, debajo de este altar normalmente se encontraba la sala del tesoro, donde se guardaban entre otras cosas los sueldos de los legionarios llegados desde Roma. Junto al Cuartel General se encontraba la casa del Comandante y en su parte trasera encontraríamos los talleres y más barracones. Los baños estaban normalmente fuera del fuerte, las termas se construían al lado de un río, y a través de un complejo sistema de acueductos llevaban el agua directamente a las termas, se ha demostrado que existía un sistema de calderas y salas de agua caliente, templada y fría, lo que nos permite apreciar la importancia que tenían los baños para los romanos.
Al principio una serie de fuertes marcaban la frontera norte de la ocupación romana en Britania, la red de carreteras que unían estos fuertes y la muralla
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