El Museo Del Templo Mayor

Visita al Museo del Templo Mayor

Vega Pineda César Armando

Localizado en el Centro de la Ciudad de México, el museo del templo mayor fue inaugurado el día 12 de octubre de 1987, su creación fue la consecuencia de las excavaciones del proyecto templo mayor en su primera temporada, dichas excavaciones hicieron que se lograran encontrar más de 7 mil objetos los cuales conforman la colección actual del museo, así como los vestigios del Templo mayor y algunos edificios aledaños.

Se compone de 8 salas, cuya distribución está basada en la misma que el templo mayor, en el cual se rendía culto a Huitzilopochtli y a Tláloc. El lugar principal del vestíbulo lo ocupa, desde el año 2010, el relieve policromado que representa a la diosa de la Tierra, Tlaltecuhtli, la mayor pieza escultórica mexica que se ha encontrado. Su hallazgo tuvo lugar el 2 de octubre de 2006 y puede apreciarse su policromía original gracias al magnífico trabajo de restauración. Mientras que en la parte central del segundo nivel del museo se encuentra la otra pieza estelar de este recinto: el gran monolito circular que representa en relieve a la diosa lunar, Coyolxauhqui.

Para los mexicas el museo del templo mayor es el centro del universo y esta dedicado al dios Huitzilopochtli, dios de la guerra y el sacrificio, los mexicas consideran que dentro de este templo están todas las esencias que conforman al universo. Los mexicas creían en la dualidad por ello el templo era dedicado a estos dos dioses contrapuestos que generaban el equilibrio del universo y de las cosas. Las ciudades de Tenochtitlan y Tlatelolco eran ciudades independientes unidas por una laguna pero entre el 1ño 1400 las dos ciudades conformarían una sola. A la llegada de los españoles, la religión politeísta fue rechazada y el catolicismo impuesto, sin embargo los conquistadores respetaron el sitio en el cual se rendía culto a las máximas deidades mexicas y construyeron la gran catedral a lado del tempo mayor, al fundar su colonia los españoles respetan la distribución original de Tenochtitlán y bautizan con nombres cristianos a los cuatro barrios aledaños.

En el año de 1978 la compañía de Luz y Fuerza del Centro, realizaba excavaciones para reparar un daño en el alumbrado público en la calle de Guatemala, la idea era instalar un transformador subterráneo, sin embargo al empezar la excavación los empleados de luz y fuerza hicieron uno de los hallazgos más impresionantes de la cultura mexica: La Coyolxauhqui; la cual representa a una mujer mayor, por su vestimenta se interpreta era una guerrera de alto rango, además de llevar un tocado arreglado con plumón de águila y algodón, algo exclusivo de los dioses. Coyolxauhqui es hermana de Huitzilopochtli, y según el mito la madre de ambos; es decir la diosa madre Coatlicue, tenía una penitencia en la cual debía barrer cada día el cerro de Coatepec, y en una ocasión le cayó una pluma la cual decidió guardar entre su vientre y su falda, al terminar su labro la pluma ya no estaba pues esta se había alojado en su vientre dejándola en cinta. Al decirle esto a su hija Coyolxauqui esta, indignada busco asesinarla con ayuda de sus demás hermanos dioses, sin embrago uno de ellos en desacuerdo con la decisión se adelanta a avisar a Coatlicue sobre lo que iban a hacer sus hijos y escucha la voz desde el vientre de su madre, el cual le pide que le avise cuando sus hermanos lleguen, al llegar los dioses donde Coatlicue, el dios en su vientre sale como un hombre quien se hace un traje de guerra con plumas de colibrí y una espada con una serpiente, este destaza a su hermana Coyolxauqui y por ello en la piedra se ve representada como una mujer desmembrada.

En la primera sala de Antecedentes Arqueológicos nos encontramos con vestigios como el basalto del dios Xólotl hallado en las escalerillas, el Águila Cuahxicalli además de tres ejemplos de los principales tipos de ofrendas encontradas en el sitio del templo mayor. Todas estas piezas fueron hallazgos realizados durante el final de la época colonial hasta las recientes excavaciones del Programa de Arqueología humana.

La sala número dos esta dedicada al Ritual y Sacrificio los cuales se celebraban según las indicaciones del calendario Tonolámatl. El ritual guardaba la esencia primigenia de morir para nacer; de morir para satisfacer a los dioses. Estos rituales se caracterizan por la presencia de una urna o recipiente que contenía los restos óseos cremados, huesos de fauna, así como artefactos, algunos de los cuales fueron cremados junto con el difunto. Otro de los temas abordados en esta sala es el ritual del auto sacrificio, que consistía en perforarse ciertas partes del cuerpo, con navajillas de obsidiana, puntas de maguey o punzones de hueso. Después eran colocados en bolas de heno llamadas Zacatapayoli, como una ofrenda a los dioses. También se exhibe un grupo de cráneos de decapitados, los cuales presentan las características perforaciones en el temporal por las que se cruzaba una estaca para colocarlos en el altar Tzompantli. Además, estos cráneos presentan huellas de haber sido desollados, antes de ser exhibidos en dicho altar. Por su parte La ofrenda 17 contenía múltiples objetos que probablemente fueron obtenidos como botín de guerras y tributos, así como cráneos de decapitados en los rituales de consagración del Templo Mayor.

En la tercer sala se pueden apreciar objetos producto del tributo, impuesto a través de la guerra y también del comercio que los mexicas mantuvieron con diversos pueblos; por ejemplo, los yacimientos de obsidiana de la Sierra de las Navajas, en el actual estado de Hidalgo, y la zona de Otumba, en el Estado de México, principalmente. Se exhiben también objetos provenientes de la zona mixteca, como es el grupo de figurillas de piedra verde, conocidas

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