El México Postindependiente
Enviado por diegoalcaraz • 8 de Diciembre de 2013 • 1.670 Palabras (7 Páginas) • 409 Visitas
EL MÉXICO POSTINDEPENDIENTE. (Síntesis)
Estamos acostumbrados a valernos de generalizaciones que caracterizan la acción o el pensamiento de amplios grupos sociales, de naciones enteras, como si todas estas acciones o pensamientos fueran algo acabado conscientemente desde sus inicios. En este sentido, existe una concepción histórica nacional, difundida por la enseñanza escolar, que nos presenta la historia de México en un proceso de evolución constante y cuyo inicio se marca desde la aparición de los núcleos indígenas que dejaron testimonios de sus civilizaciones. De tal forma, y de acuerdo a nuestras peculiares maneras de interpretar la realidad, la nación mexicana existe desde siempre y hasta siempre.
Asimismo, es frecuente el uso indistinto de los conceptos de pueblo, nación, país y Estado, de lo cual se genera una confusión de conceptos que permite que se utilicen sin precisión. Así, la idea de nacionalidad es un elemento constitutivo de todas las sociedades que se acepta como un hecho ya dado en cualquier momento de la historia de un país. El cuestionamiento del periodo de formación del Estado nacional mexicano supone un replanteamiento de su existencia, tanto en el plano real como formal, desde el momento de la consumación de la Independencia.
Es sabido que las fronteras nacionales de México se establecieron sobre las divisiones administrativas coloniales, a las cuales se agregaron nuevas entidades como Yucatán y las provincias de Centroamérica. Sobre este vastísimo territorio, la independencia se consumó de acuerdo a los proyectos de una minoría aristocrática, localizada en el centro del país, en contradicción con grupos minoritarios que aspiraban a una transformación más efectiva, e ignorando también a fuertes conglomerados sociales, localizados en puntos remotos, que subsistían bajo formas organizativas del periodo anterior a la conquista.
O sea que esos proyectos se enfrentarían a unas masas que difícilmente se identificaban con los parámetros de la comunidad novohispana. Las minorías en el poder temían y despreciaban a estos numerosos contingentes humanos, en su mayoría aislados y diferenciados desde el punto de vista étnico, lingüístico y geográfico, acosados por la ignorancia y la miseria.
Los estudios históricos de divulgación presentan la lucha política en México, durante la primera mitad del siglo XIX, como un enfrentamiento abierto entre liberales y conservadores. Dicha imagen está lejos de corresponder a la situación real que se presentó en aquellos turbulentos años. Ambas corrientes, con todos los matices intermedios posibles, se fueron elaborando desde antes de la independencia, y no lograron consolidar un programa definido sino hasta después de la guerra con Estados Unidos.
En el momento de consumarse la Independencia política, era una opinión común entre los miembros de la élite afirmar que el país se encontraba en óptimas condiciones para imponer efectivamente un proyecto de construcción del Estado que correspondiera a las "luces del siglo"
La formación de un mercado nacional es uno de los aspectos claves para el estudio y análisis histórico del Estado-nación; o sea, del proceso de integración de un sistema económico en el interior de una entidad territorial y política protegida por un sistema de aduanas y una legislación propia.
Se trata de un mercado que a diferencia de las formas primitivas de comercio interior, limitadas a pequeños intercambios entre zonas restringidas, va progresivamente cubriendo un ámbito geográfico nacional en el conjunto de dicho territorio; es decir, que se funda una clara división del trabajo. El área fundamental del mercado en los primeros años del México independiente alcanzaba sólo una extensión regional o local. Se trata de una economía que, salvo para la producción de exportación, tiene una fuerte proporción de autoconsumo.
La regionalización y ruralización de la vida política y económica—acentuada después de 1810— no permitió la creación del mercado nacional, puesto que las condiciones para el desarrollo de un mercado de este tipo, es decir, la división social del trabajo y la diversificación de las ramas de producción separadas de la agricultura, requerían de la existencia de caminos y transportes, además de una demanda que rebasara los límites de la localidad.
La debilidad del comercio interior y los obstáculos al desarrollo del mercado nacional, implican el examen de la rama fundamental y dominante de la economía: la agricultura mexicana y los problemas económicos derivados de ella, que pueden conocerse a través de los proyectos que sobre política económica se fueron desarrollando en la época.
Un fenómeno sobresaliente de la historia mexicana durante la centuria pasada es el de la formación del Estado mexicano. La historiografía positivista de finales de siglo construyó el mito de la etapa de la "anarquía" y del "atraso por el desorden", calificativo elaborado con el fin de justificar las bondades del "orden y progreso" porfiristas. Tal visión ha sido heredada por los análisis contemporáneos, pese a la escasez de estudios sobre dicho periodo. Porque, más allá del juego predador y de los cambios y bandazos de los actores políticos, existe la expresión de movimiento que implica, simultáneamente, la destrucción y la construcción de un orden
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