El Papa de Hitler
Enviado por kingdom come • 14 de Octubre de 2015 • Informe • 1.281 Palabras (6 Páginas) • 184 Visitas
En la época en la que llegó Hitler al poder del gobierno alemán, comenzó un plan para exterminar a toda la comunidad judía. Existen teorías y opiniones en las que se afirma y otras en las que se desmiente las acusaciones de la complicidad de la Iglesia para con el Nazismo. A continuación, se detallan las diferentes interpretaciones de distintos autores sobre el tema.
Hay autores que afirman el apoyo de la Iglesia hacia el nazismo como por ejemplo, John Cornwell que testifica en su libro denominado “El Papa de Hitler’’, que al saber que Eugenio Pacelli sería canonizado decidió juntar material acerca de él, pero lo que descubrió lo dejó sorprendido debido a que los documentos recopilados no apuntaban a una exoneración sino al evidente antisemitismo de Pacelli. Otra de las indiscutibles pruebas fue en uno de sus viajes a Múnich cuando estuvo en el centro de una revuelta bolchevique; en una carta a Gasparri, su superior, describió a los revolucionarios y a su líder como sucios, vulgares y repulsivos. En nuevo material recopilado se revela que su rechazo hacia los judíos venía desde hace muchos años. Pacelli estaba seguro de que se habían buscado lo que les estaba pasando y participar a su favor sólo pondría a los católicos en su contra.
Otro de los historiadores, Daniel J. Goldhagen, en una entrevista, manifestaba pruebas del antisemitismo de Pio XII, entre ellas se encuentra una de sus declaraciones, El Papa de esa época, confirmaba que los judíos habían sido culpables de la muerte de Jesús en la cruz, y que por esto el pueblo judío estaba sufriendo, es decir, que merecían lo que les estaba ocurriendo.
Un autor habla sobre las claras diferencias entre la Iglesia Católica y el partido nazi, Julio Meinvielle, en una de sus obras, titulada "Entre la Iglesia y el Reich", y dice en el programa del partido que se quería la libertad de todas las religiones en el Estado, pero que su comportamiento no afecte al pueblo alemán. Después de haberse dicho esto, un obispo prohíbe a los católicos ser miembros del partido nazi y se les negaría los sacramentos a aquellos que fueran parte del partido ya que el partido no era para nada compatible con la doctrina católica por muchos motivos.
También encontramos a Rosenberg, quien fue nombrado por Hitler el director del Partido, y elaboró "El mito del siglo XX" para que se pueda entender el problema alemán exponiendo la concepción filosófica de la vida, especialmente para la raza germánica. En él ataca duramente al cristianismo con diferentes argumentos, como por ejemplo cuando se expresa que "todo lo que es de la iglesia es malo, todo lo que se opone a la iglesia es noble" o que "el cristianismo es extraño a la raza germánica, es un cristianismo negativo, que no corresponde al alma alemana...". Acá se ven claramente las diferencias entre el cristianismo y el nazismo en esa época. Un poco más adelante de esto se firmó un concordato entre la Iglesia y el Reich en el que se aseguraba la paz entre la Iglesia y el Reich en Alemania, la Iglesia debía alejar a los eclesiásticos de la política y el Reich se comprometía a garantizar la clara libertad de la Iglesia. Pero no todo estaba resuelto: se quería unir a todos los alemanes y pueblos de habla alemana, unificando a católicos, protestantes, cristianos y no cristianos, haciendo que todos estos se olviden de sus creencias y que solo supiesen que eran del nacional-socialismo, para ello se promulgó la ley de esterilización, y de ahí sobrevino la persecución alemana anulando la influencia de la Iglesia Católica imponiendo diversas tácticas.
Se encuentran otros autores, quienes niegan rotundamente la complicidad de la Iglesia como es Eduardo Rivero G., que critica duramente la obra de Cornwell “el Papa de Hitler” y concluye que Eugenio Pacelli fue un hombre santo que hizo todo lo que pudo para proteger a los perseguidos de la Segunda Guerra Mundial, particularmente a los judíos. Existe una fuerte apreciación a diversos ejemplares de Daniel Goldhagen, efectuada por el periodista Geoffrey Wheatcroft, en el periódico “The New York Times” y asevera que las pruebas rastreadas por éste son repetitivas, repitiendo los argumentos una y otra vez, y aparenta ser un abogado o fiscal en vez de un historiador debido al reiterante tono acusador y ponía en su favor lo que le parecía más correcto, descartando lo demás. El autor del artículo aclara que la actuación del Papa fue mala, que se negó a condenar la matanza de judíos, de lo que si sabía y se hizo un poco el desentendido hasta que quiso colaborar una vez que Alemania había perdido la guerra. Al final de la nota se dice que no se puede olvidar lo ocurrido pero que tampoco hay que alterar lo sucedido. En otro informe realizado por Zenit, se declara que la Iglesia salvó a los judíos del nazismo con la prueba de nuevos documentos recopilados debido a una movilización pedida por el Papa Pio XII y se manifiesta que fueron 800 judíos aproximadante los salvados, colaborando el ciclista Giorgio Nissim en este hecho, organizando una oficina con documentos falsos, haciendo que los sacerdotes pongan sus firmas, permitiendo la liberación de los judíos. Posteriormente el Vaticano reflexionó acerca de la Shoah, es decir, el asesinato de millones de judíos, también llamado Holocausto. En esta meditación se comenta la estrecha relación entre judíos y católicos, la cual fue negativa durante dos milenios ya que luego de la crucifixión de Jesús, se asoman enfrentamientos entre ambas religiones por su asociación a la Ley y la supuesta culpabilidad de los judíos por la muerte de Jesús manifestada en el Nuevo Testamento. Asimismo se ve reflejada la desigualdad entre el antisemitismo, el antijudaísmo y el nazismo; el primero es algo totalmente contrario a las enseñanzas de la Iglesia, del segundo los cristianos son culpables y la ideología nazi es algo que ya todos comprendemos claramente. Al final de toda la reflexión se pide perdón a los judíos, que ya están en sus tumbas, y aquellos que aún siguen vivos y se pide que ninguna de esas ideologías negativas nunca más entre en ningún corazón humano. De igual manera, el Papa Juan Pablo II pidió perdón en reiteradas ocasiones y expresó que lamentaba la actitud indiferente de los cristianos durante lo ocurrido en esa época.
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