El espectador emancipado
Enviado por UZ0960 • 21 de Abril de 2017 • Informe • 376 Palabras (2 Páginas) • 108 Visitas
Uriel Zalazar Blanca
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El espectador emancipado
El espectador se emancipa, desde la perspectiva de Jacques Rancière, cuando se empieza a cuestionar la oposición entre la observación y la actuación, en el momento en que comprende que las evidencias que estructuran de esa manera las relaciones entre el decir, el ver, y el hacer pertenecen a la estructura misma de la dominación y la sujeción.
Lo que quiere decir, según lo que deduzco, es que la emancipación realmente comienza cuando comprende que mirar es a su vez una acción en sí misma, y que esto confirma o transforma esta distribución de las posiciones. De esta forma, se entiende que el espectador es a su vez espectador distante e intérprete activo del espectáculo que se le propone.
Me parece sumamente interesante esta concepción distante-cercana. Dado que basándonos en las cavilaciones de Rancière, “lo que el alumno debe aprender es lo que el maestro le enseña, así como lo que el espectador debe ver, es lo que el director teatral le hace ver”.
Eso es lo que significa precisamente la palabra “emancipación”, una eliminación de la frontera entre aquellos que actúan y aquellos que miran, entre individuos y los miembros de una colectividad.
Abordando el segundo cuestionamiento, sobre la relación que existe entre esta nueva actitud con el Arte Contemporáneo, cabe mencionar que es ciertamente en el Arte Contemporáneo donde todas las competencias artísticas determinadas tienden a salirse de su propio dominio y a intercalar sus poderes y sus lugares.
Un claro ejemplo de esto, que propone el autor, el cual es fácilmente detectable en nuestra época, es que tenemos teatro sin palabras y danza hablada. Aquí podemos ver con claridad la intercalación de competencias artísticas específicas. Dejan de ser determinantemente una, para cambiarse de su propio dominio y de esta forma poder cambiar sus lugares y poderes entre sí.
El punto de quiebre del asunto, es que hoy el arte tiende a ser la apoteosis de algunos egos artísticos sobrevalorados o una forma de hiperactivismo consumista, no la totalidad del arte convertido en vida.
Me gustaría concluir con una metáfora de Elizabeth Woolridge, la cual muestra la totalidad inspirativa de lo que implica el arte, el verdadero arte en su totalidad: “La vida imita al arte”.
Bibliografía:
- Rancière, J. (2010) El espectador emancipado. México: Bordes.
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