El pueblo indoeuropeo
oiratilosleApuntes18 de Diciembre de 2022
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1. El pueblo indoeuropeo
Supuestamente, el pueblo indoeuropeo fue una civilización que habitó las estepas de Asia en el cuarto milenio a. C. Se cree que hablaba una lengua que los lingüistas modernos han llamado indoeuropeo.
Con el paso del tiempo, este pueblo inició una serie de migraciones sucesivas extendiéndose por la mayor parte de Europa y otra porción de Asia. En los lugares donde se asentó, la lengua indoeuropea (si no presentaba ya una fragmentación dialectal anterior) fue originando diferentes familias lingüísticas, de las cuales las actuales son:
- Lenguas indoiranias: el hindi-urdu (India y Pakistán), bengalí (Bangladés e India), persa (Irán, Afganistán, Tayikistán), pastú (Afganistán, Pakistán), dhivehi (Maldivas e India), cingalés (Sri-Lanka), nepalí (nepal), osetio (Osetia), kurdo (Turquía, Iraq, Irán, Siria y Armenia) y el romaní (gitanos de Europa).
- Lengua armenia.
- Lenguas bálticas: letón y lituano.
- Lenguas eslavas: ruso, polaco, ucraniano, bielorruso, búlgaro, serbocroata, checo, eslovaco y esloveno.
- Lengua albanesa: sus dos dialectos son el tosco y el guego.
- Lenguas germánicas: alemán, inglés, neerlandés, sueco, danés, noruego e islandés.
- Lenguas célticas insulares: escocés, irlandés, galés y bretón.
- Lengua helénica: griego moderno.
- Lenguas romances: son las lenguas provenientes del latín: castellano, catalán, francés, gallego, italiano, portugués, provenzal, retorromano, rumano y sardo.
[pic 1]
No hay ningún documento escrito en indoeuropeo ya que, si los indoeuropeos hubieran existido, sería del todo improbable que hubieran conocido la escritura. Tampoco hay ningún resto arqueológico que pruebe su existencia ni ningún documento histórico que nos hable de él. No obstante, a pesar de que algunos estudiosos niegan su existencia, la prueba más convincente de que realmente existieron son las similitudes lingüísticas que hay entre las lenguas antes citadas. Lógicamente, las similitudes serán tanto más abundantes cuanto más antiguos sean los estadios de lengua que se comparan. Así, cuando los ingleses comenzaron la colonización de la India en el siglo XVIII tuvieron acceso a los manuscritos en sánscrito clásico, una lengua antigua de la India que, aunque dejó de ser una lengua viva en el siglo III a. C., en su estadio más antiguo, llamado sánscrito védico, están escritos los cuatro libros de la religión védica (la más antigua de la India, anterior al hinduismo). De ellos, el primero, el Rig-Veda, data del segundo milenio a. C. A partir del siglo XIX, lingüistas como Bopp, Rask y Schelegel, los pioneros en estudios de gramática comparativa (v. infra), observaron muchas similitudes entre el sánscrito y otras lenguas antiguas europeas bien conocidas, especialmente el latín, el griego clásico y el gótico (una lengua germana antigua hablada por los godos).
A primera vista, las similitudes más evidentes se daban en el campo del léxico, especialmente en los nombres de los números y de los parentescos:
latín | griego | sánscrito | |
2 | duō | dýō | dvā |
3 | tres | treîs | trayas |
4 | quatuor | téttares | catvāras |
5 | quinque | pénta | pañca |
6 | sex | hex | ṣaṣ |
7 | septem | heptá | sapta |
8 | octō | oktō | aṣṭa |
9 | novem | ennéa | nava |
10 | decem | déka | daśa |
latín | griego | sánscrito | |
padre | pater | patér | pitā |
madre | māter | métēr | mātā |
hermano | frāter | phrátēr[1] | bhrātā |
hermana | soror | eor | svasā |
nieto | nepos | népous | naptā |
Pero las similitudes van más allá y se extienden al campo de la morfología y la sintaxis. Baste observar las coincidencias de los morfemas casuales en la declinación de alguna de las palabras anteriores, por ejemplo “padre”:
singular | plural | |||||
Casos[2] | latín | griego | sánscrito | latín | griego | sánscrito |
N. | pat-er | pat-ēr | pit-ā[r] | pat-r-es | pat-er-es | pit-ar-as |
V. | pat-er | pát-er | pit-ar | pat-r-es | pat-er-es | pit-ar-as |
Ac. | pat-r-em | pat-ér-a | pit-ar-am | pat-r-es | pat-er-as | pit-ṝ-n |
In. | - | - | pit-r-ā | - | - | pit-ṛ-bhis |
Dt. | pat-r-ī | pat-r-í | pit-r-e | pat-r-ibus | pat-r-asi | pit-ṛ-bhyas |
Ab. | pat-r-e | - | pit-ur | pat-r-ibus | - | pit-ṛ-bhyas |
Gn. | pat-r-is | pat-r-os | pit-ur[3] | pat-r-um | pat-er-ōn | pit-ṝ-nām |
Lo. | - | pit-ar-i | - | - | pit-ṛ-ṣu |
Del mismo modo, en la conjugación regular. Conjugamos a continuación el presente de indicativo del verbo que en las tres lenguas significa ‘conducir’:
latín | griego | sánscrito | |
1 | veh-ō | oché-ō | vah-ā-mi |
2 | veh-i-s | oché-eis | vah-a-si |
3 | veh-i-t | oché-ei | vah-a-ti |
4 | veh-i-mus | oché-o-men | vah-a-mas |
5 | veh-i-tis | oché-e-te | vah-a-tha |
6 | veh-u-nt | oché-ou-si | vah-a-nti |
Todo ello hizo pensar a los lingüistas que estas coincidencias no podían deberse al azar, sino a que procedieran de una lengua madre común. Denominaron a esta hipotética lengua con el nombre de indoeuropeo y consiguieron reconstruirla parcialmente mediante un método científico llamado gramática comparada, que consiste en comparar las gramáticas de diferentes idiomas (fonética, morfología, sintaxis y léxico) para establecer sus similitudes y explicar las relaciones históricas que existen entre ellas. Así, el método comparativo ha establecido que formas como los acusativos pat-r-em, pat-er-a y pit-ar-am provienen de una raíz *pHt- que han originado en latín y griego pat-, y en sánscrito pit-; más un sufijo *-r (lat. pat-r-) que a veces puede ir precedido de una vocal e (gr. pat-er-), la cual en sánscrito se ha transformado en a (pit-ar-); mas una desinencia *-m que en griego a vocalizado en a (pat-er-a) y en latín y sánscrito ha desarrollado una vocal de apoyo (lat. pat-r-em, scr. pit-ar-am). Así pues, diremos que id. *pHt-(e)r-ṃ > lat. pat-r-em, gr. pat-er-a, scr. pit-ar-am. Del mismo modo, formas como la 6ª persona del presente de indicativo veh-u-nt, oche-ou-si y vah-a-nti provienen de una raíz *vegh- (lat. veh-, scr. vah- [con transformación de la e en a]) o *voghe-[4] (gr. oche- [con pérdida de la wau inicial, vocalismo o de la raíz y un sufijo adicional e]); más una vocal temática *o, que en latín se ha cerrado en u (veh-u-), en griego se ha alargado en ou (gr. oche-ou-) y en scr. se ha transformado en a[5] (vah-a-); más una desinencia *-nti que en latín ha perdido su última vocal (veh-u-nt), en sánscrito se ha conservado tal cual (vah-a-nti), mientras que en griego su terminación ti se ha asibilado con la subsiguiente pérdida de n ante s (oche-ou-si). De modo que diremos id. *vegh-e-nti > lat. veh-u-nt, scr. vah-a-nti; y *voghe-o-nti > gr. oché-ou-si. Las formas reconstruidas se señalan con asterisco.
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