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Encomienda


Enviado por   •  17 de Marzo de 2014  •  1.947 Palabras (8 Páginas)  •  255 Visitas

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INSTITUCIONES ECONÓMICAS EN AMERICA

REPARTIMIENTO

Se recordara que en una de las funciones de un capital de conquista, consistía en la potestad que este tenía, de repartir tierras a los soldados del su hueste; tal poder le era concedido por el monarca en el documento que le legalizaba la expedición de conquista y colonización llamada capitulación. Del mismo modo es conveniente recordar que las tierras descubiertas o conquistadas se tomaban a nombre del rey, con lo cual tales tierras venían hace realengas o sea pertenecientes a la corona.

La tierra repartida a los colonos no lo era en propiedad, sino en su usufructo; para que un colono pudiera considerar un repartimiento como propio debía llenar determinados requisitos, tales como habitar en esas tierras por cierto número de años ponerlas en producción. Aun cuando la tierras fueran dadas en propiedad a un colono, este no podía considerar suyas las misma de metales preciosos que dentro de sus límites pudieran aparecer.

La tierras, que en el sistema feudal europeo eran básicas, en americe tuvieron un valor secundario porque en aquel continente las tierras eran escasas y poco fértiles, en cambio abundaba la mano de obra para su labranza, puesto que Europa siempre fue un continente relativamente poblado. En América la situación fue diferente porque la tierra resultaba extensa y más fértil, en cambio no había suficiente cantidad de mano de obra, debido a la marcada reducción de la población por causas de la tierra de conquista, das enfermedades por las bajas causadas por los trabajos forzosos sometidos los naturales, sobre todo cuando eran obligados a dejar las frías tierras del altiplano y tenían que bajar a los climas ardientes de las costas, donde las enfermedades tropicales hacían presa de ellos y diezmaban su número.

En conclusión, los repartimientos de tierra carecían de sentido si no iban aparejados con la provisión de hombres para hacerlas producir, de aquí que hayan sido tan enormemente importantes otras instituciones económicas, como lo fueron la encomienda y los mandamientos, de los cuales trataremos a continuación.

Orígenes y desarrollo

Desde los primeros años de presencia castellana en América, empezó a desarrollarse una serie de mecanismos legales o ilegales para hacer uso de la mano de obra indígena. Cristóbal Colón implantó en las Antillas la encomienda de servicios personales, que generó una serie de relaciones de servidumbre personal en perjuicio de los indígenas, y muchos de éstos fueron también sometidos a esclavitud, ya fuese con base en ciertas leyes o simplemente de hecho. No obstante, la legislación emitida a partir de 1542 y las medidas tomadas por la Corona para hacer efectivo su cumplimiento pusieron fin a esos fenómenos, y solamente impuso a los indígenas el deber de pagar tributos a la Corona o a los encomenderos, sin trabajar personalmente para ellos, de conformidad con lo dispuesto por la ley de Malinas de 1545.

En repartimiento tuvo notorio desarrollo en algunos lugares de México y del reino de Guatemala, especialmente donde había gran disponibilidad de mano de obra indígena. Cada domingo, un 25% de los varones indígenas que tuviesen entre 16 y 60 años de edad, con excepción de los alcaldes del pueblo y de los que estuviesen enfermos, debía reunirse en la plaza u otro lugar público de la respectiva reducción, para esperar a los mayordomos de las haciendas de españoles de las vecindades, quienes al día siguiente se llevaban a los trabajadores, según las cuotas establecidas en un padrón levantado por mandato del presidente de la Audiencia. Éste era quien concedía a los hacendados el derecho de disponer de indígenas de repartimiento, previo pago a la Corona de medio real de plata por cada trabajador. El beneficiario debía además pagar al indígena el tiempo empleado en el camino de ida y un real por cada día de labor, así como suministrarle las herramientas que fuesen necesarias para su trabajo. El cumplimiento de las normas que regían el sistema era responsabilidad de los alcaldes indígenas, supervisados por jueces repartidores de casta de españoles.

Además del repartimiento establecido a favor de los hacendados, se implantó un sistema de repartimiento urbano, en dos modalidades: el servicio ordinario para la ciudad, destinado principalmente a la construcción y mantenimiento de edificios y obras públicas en las poblaciones de españoles, y el servicio extraordinario de la ciudad, dirigido a la edificación y reparación de casas particulares, servicios domésticos y trabajos varios.

ENCOMIENDAS

Esta institución consistió en el hecho de asignar determinado número de indígenas a un español, con el objeto de que este se encargara de enseñarlos a vivir en policía, velar porque aprendieran la lengua de castilla y sobre todo para que fueran instruidos en los rudimentos de la fe cristiana para lo cual debían a los en comendadores, pagar una contribución llamada sínodo de en comendadores, con el cual se atribuía a los religiosos que se encargaban de esta tarea a cambio, los indígenas debían pagar al en comendador un tributo anual, que frecuentemente consista en frutos de la tierra según la región tales como: gallinas de castilla, gallinas de la tierra, pavos, cacao, mantas de algodón, maíz, frijol, frutas, carne de monte, pescado seco, cuando era posible dinero, aunque esto fue más bien raro por la escases crónica de moneda que hubo durante toda la época colonial; los indígenas también estaban obligados a prestar servicios personales al encomendado, en tareas tales como cortar leña, hacer reparaciones, servir en las caballerizas y potras tareas similares. Los servicios personales fueron abolidos pronto, debido al abuso que de ellos se hacía.

En teoría, la encomienda debía ser una institución de auxilio muto, con la cual encomendaron y encomendados debían salir ganando durante la cooperación que cada uno debía dar y recibir. En la práctica, de genero en una serie de abusos que los

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