Ensayo Julio César

El asesinato de Julio César

En las veces en que he pensado en la muerte como punto inevitable en la historia de un hombre no hubo ocasión en la que sincronizara esta clase pensamiento con el contexto álgido en la que se encontraba Cayo Julio César, hombre que en vez de comenzar vino a consumar una revolución radical en Roma, quien sorprende a cualquiera que se tope con uno de sus retratos escritos, una persona de acción y visión estratégica, adelantado para algunos a su época, tirano o no para otros cabe detallar que éste no fue más que victima de un atentado el cual pone a mi criterio en duda ¿Realmente se tenía que asesinar a Julio Cesar?

De una familia perteneciente a la nobleza, aunque en crisis, Cayo se ve inundado por el deseo natural, como suele suceder, de ambición, que por un lado se equipara con su condición de liderazgo y sus habilidades que armónicamente le fueron fieles a lo largo de su vida. No me es extraño pensar que un hombre como Julio César fuera capaz de ostentar no sólo a extender dominio sobre los territorios que hoy integran Francia, Bélgica, Holanda y parte de Alemania e inclusive ser el primer general romano en penetrar los inexplorados territorios de Britania y Germania sino también haciéndose valer de sus habilidades políticas para así “conquistar” a la misma Roma.

Haciendo énfasis detallado en uno de sus rasgos que más lo diferencian de lo que definiría como una persona de hito histórico es contar con el perfil y las habilidades que requiere un hombre de estado, gozaba de una capacidad de oratoria deslumbrante que terminaría de pulir con los años después de su viaje juvenil a Rodas con tan enérgica palabra y persuasiva que sus discursos se tornaban vivos y claros, así mismo era un gran escritor y un gran general , hace falta mencionar  que lo debía a la serenidad, su disposición a la hora de efectuar cualquier cosa que se propusiere (detalle de lo anterior está en que no se embriagaba, al menos no públicamente), y sin duda a la rapidez de sus actos.

 Lo anterior fue en gran medida lo que lo caracterizo y perpetuó por poco menos a ser un hombre de admirar.

A pesar de alistarse en el ejército en su juventud y perfeccionar su arte en guerra poco a poco fue subiendo en el escalafón y adquiriendo cargos que acentuaban su dignidad hasta que, en el año 59 a.C., alcanzó el consulado con el apoyo de Craso y Pompeyo. Entre los tres desarrollaron el Primer Triunvirato y dividieron el territorio en tres zonas donde a César le correspondieron la Galias.

 Cabe aclarar que verdadera carrera política comienza en la demagogia que lo acompaña en los actos importantes que lo llevan a completar su monarquía y a pesar de tener características personales y públicas no hay evidencia que compruebe que Julio se proclamara rey, sumado a esto guio su deber de gobernante en la mayoría de las ocasiones sin obedecer a afecciones o a caprichos pasajeros, es ejemplo de un monarca el cual no experimenta una tiranía, pues analizándolo puedo encontrar en él un comportamiento el cual realizaba cosas posibles y a su alcance, alguien que mostraba realismo en sus actos.

Algo que me gustaría detallar junto a la descripción de Julio César que elaboro como parte del ensayo  es esta capacidad y el alcance que tuvo como ser Cayo, pues en mi búsqueda no se cruzó en mi camino algún otro líder que se encontrara tan equilibrado en sus características y  que a mi punto de vista es irreproducible  tal como lo fue, pues de ahí viene el cuestionamiento, con 55 años (edad a la que se le fue arrebatada la vida) aún podría consentir no sólo un deseo personal sino consumar el cambio radical en Roma que gritaba la crisis que llevaba arrastrando y que él no fuera sólo quien dejara las bases de lo que seria posteriormente el Imperio, asumo de esta manera que el asesinato de Julio César no fue mas que un alto total para el mejoramiento de un estado que estaba crisis y que aún peor alguien con las capacidades de César para dictar el rumbo de un estado tan grande como lo fue Roma fuera sofocado por el temor de las cabecillas de un senado.

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