Ensayos Historicos
Enviado por 1585258 • 12 de Septiembre de 2013 • 4.353 Palabras (18 Páginas) • 440 Visitas
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realidad y la diversidad que representamos. Es cierto que un
renovado interés por lo propio se percibe al repasar los títulos
y contenidos de los discursos pronunciados en este recinto
y esta fecha en años recientes, más centrados estos en los
valores americanos y en las consecuencias de su interacción
con el resto del mundo gracias al estudio de la cartografía,
la historia de la población esclavizada, la renovación de la
botánica, o el surgi
miento del derecho indiano. Quizás la
condición de investigadores de quie
nes se ocupan de la
historia les merezca también el título de descubridores... Esa
compulsión que motiva al historiador a pasar los días entre
carcomidos libros parroquiales hasta encontrar una fecha, a
gastar sus vacaciones frente al tedioso lector de microfilm,
que le impone noches en vela compulsando documentos
aparentemente contradictorios, lo obliga a la argumentación
perpetua o a la beligerancia continuada, tiene la fuerza de una
pasión... do
tado de una pequeña brújula, orientado por la
intuición y el deseo, el historia
dor quiere encontrar el rumbo
en el mar de los archivos. También es un descubridor.
¡Cuánto sabemos pero también cuanto debemos descubrir
todavía del pasado y del presente!
Ante el conflicto socio-político que nos agobia, cuya fecha
de iniciación, como lo señala la Comisión de Memoria
Histórica que acompa
ña el proceso de reconciliación, ni
siquiera ha podido definirse porque ello “...ya implica insinuar
responsabilidades, definir inclusiones y exclusiones...”¿Cómo
establecer esa fecha cuando son varias las posibilidades? se
pregunta un documento de la misma comisión que enumera:
¿Desde 1991 con el viraje institucional que indudablemente
significó la Constitución considerada como un tratado de
paz con la insurgencia, o al menos con una parte importante
de ella? ¿Desde el llamado holocausto del Palacio de Justicia
en 1985? ¿Desde 1964 con el surgimiento de la guerrilla
contemporánea? ¿Desde 1948, punto de inflexión en la
historia colombiana del siglo XX?”.
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Frente a la multiplicidad racial, una de las características
predominan
tes en la sociedad colombiana contemporánea,
¿Ha variado la composición étnica o la percepción que tenemos
de nosotros mismos? Un sugerente resultado que ofrecen los
datos del DANE con posterioridad a la Constitución de 1991,
es que apenas un 10% de la población co
lombiana declara su
pertenencia a una minoría étnica, indígenas, ne
gros o gitanos,
mientras el 90% restante se considera blanco, lo cual entre
nosotros equivale a mestizo.
Sobre la responsabilidad que nos corresponde en la región
amazónica, donde muchos siglos antes del viaje de las tres
carabelas ya existían hombres que habían logrado desarrollar
una agricultura, ¿tenemos una conciencia clara? o apenas se
intuye como un conflicto entre ecologistas y desarrollistas que
jamás llegaran a un consenso.
Ante las numerosas encrucijadas de la sociedad en que
vivimos, en medio del proceso de rupturas y reconstrucciones
que hemos presenciado, agobia
dos por la contradicción y la
beligerancia, tengo fe en que la historia con su filtro y su tamiz
contribuirá a construir una memoria integradora que conduz
-
ca a la aceptación, la tolerancia y la reparación. Ahora, más
que nunca, tiene en Colombia un papel protagónico.
Dejemos pues al Almirante oteando al océano insondable y que
sea nues
tro afán contribuir al descubrimiento del intrincado,
pero no imposible, me
canismo de la convivencia y de la paz.
Publicado en
Boletín de Historia y Antigüedades.
Bogotá-Colombia. Academia
Colombiana de Historia. Vol. 92. N° 831. Octubre-Diciembre. 2007. pp.
665-673.
II.
COTIDIANIDAD,
MENTALIDADES Y OFICIOS
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En los pliegues de la vida cotidiana
L
os estudios sobre la vida cotidiana representan una
tendencia reciente de la historiografía cuyo auge se sitúa
en las tres últimas décadas del siglo XX. En Colombia,
este tipo de investigaciones, de lenta aparición, adquirieron
entidad y obtuvieron reconocimiento luego de la publicación
de
Historia de la Vida Cotidiana en Colombi
a, editado por Beatriz
Castro en 1996; este libro mostró el interés con que algunos
historiadores colombianos estaban orientando sus trabajos
hacia esa línea, e incentivó a otros a mirar con atención una
documentación “... reprimida, desaparecida, infravalorada,
[útil] no solamente para la reconstrucción de hechos, de
acon
tecimientos, sino especialmente para analizar una
cultura, un orden diverso de lo que ha sido y es considerado
importante...”
24
Pese a su aparente novedad, el estudio sistemático de las
circunstancias materiales, los modos de vida y relación,
los valores y experiencias de las sociedades del pasado, ha
despertado el interés de los investigadores desde hace bastante
tiempo; a finales del Siglo XIX, Inglaterra fue precursora de los
estudios centrados en “los de abajo”, como nuevo sujeto de
24 Giovanni Levi, Luisa Passerini y lcucceta Scaraffia citados por Mauricio Ridolfi, “Lu
-
gares y formas de la vida cotidiana en la historiografía italiana” en
La historia de la vida
cotidiana
, Marcial Pons, Madrid, 1995.
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investiga
ción; posteriormente se desarrolló en Alemania una
disciplina histórica si
milar, que buscaba conocer la conducta
privada tanto de los individuos supuestamente anónimos
como de los personajes prominentes, dado que unos y otros
son protagonistas de la historia, y sus vidas, enmarcadas den
-
tro de una cotidianidad definida por su tiempo y su lugar,
apoyan el conoci
miento de las mentalidades y costumbres.
El creciente interés en la historia social, es decir, la de las
comunidades, las religiones, las colectividades, gentes y
lugares aparentemente “sin histo
ria”, hizo surgir una multitud
de preguntas
...