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FACTORES QUE DETERMINARON QUE LA ARGENTINA NO SEA UN PAÍS INDUSTRIALIZADO, HACIA FINES DEL SIGLO XX


Enviado por   •  5 de Junio de 2013  •  2.052 Palabras (9 Páginas)  •  614 Visitas

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“FACTORES QUE DETERMINARON QUE LA ARGENTINA NO SEA UN PAÍS INDUSTRIALIZADO, HACIA FINES DEL SIGLO XX”

(desde la década del treinta a los años noventa).

INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo, analizaré la evolución del sector industrial argentino, desde su origen hasta 1990, determinando aquellos factores (a nivel nacional e internacional) que favorecieron o perjudicaron el desarrollo del mismo.

El proceso de industrialización en nuestro país podría ser dividido en tres etapas: 1) la primera (1880-1929), que comprende la industrialización argentina que se origina con la integración a la división internacional del modelo agro-exportador 2) la segunda, en la cual se dio impulso al modelo de industrialización por sustitución de importaciones (dividida, a su vez, en dos fases: entre 1930-1958 cuando se expandió la industria de bienes de consumo no duraderos; y entre 1958-1975, con la industria pesada y de maquinaria.); y 3) la tercera (1976-1989), que implica la adopción del liberalismo monetario.

DESARROLLO

El proceso de industrialización en la Argentina tiene su punto de partida a fines del siglo XIX acompañando al modelo agro-exportador que estuvo vigente hasta la década de los años ’30. Éste se basaba en la exportación de productos primarios y en la importación de bienes industrializados. El Estado durante esta etapa no favoreció al sector industrial, tuvo una industria liviana complementaria a la producción agraria. Las industrias asociadas al mercado externo fueron las más importantes y modernas del período; en particular, los frigoríficos y los molinos harineros (que además abastecían al mercado interno).

La industria argentina hizo progresos considerables durante la Primera Guerra Mundial (1914-1919), debido al cierre de los mercados externos y las dificultades para importar bienes manufacturados. Pero al finalizar la guerra, se produjo un retroceso al entrar al país nuevamente la producción extranjera, con lo cual, muchas fábricas entraron en liquidación.

Estados Unidos fue desplazando paulatinamente a Gran Bretaña como potencia y centro financiero mundial. Así, durante la década del 20, los capitales norteamericanos pasaron a desempeñar un rol cada vez más activo en la economía argentina, aumentando sus inversiones dirigidas a la instalación de industrias.

El agotamiento de la expansión de la frontera agropecuaria y la crisis internacional de 1929, pusieron fin al modelo agro-exportador, y además provocaron una recaída en la producción industrial. En este contexto, el Estado tomó medidas de fomento a la industria y de protección arancelaria, para desarrollar una industria capaz de abastecer al mercado local, produciendo lo que antes se importaba. De esta manera, se dio impulso al modelo conocido como “Industrialización por Sustitución de Importaciones” (ISI). Las ramas industriales que se desarrollaron fueron las más vinculadas con los insumos agropecuarios (alimentos, textiles, cuero, etc.), pero también evidenciaron un crecimiento otras actividades que generan mayor valor agregado, como la producción de maquinarias y vehículos.

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) permitió que se profundizara el modelo ISI. Además, no faltaron casos de productos manufacturados que llegaron a exportarse, ya que varios países latinoamericanos recurrieron a la Argentina para reemplazar a sus proveedores habituales ocupados en la producción bélica. Fue así que se registró un incremento de las exportaciones industriales, pero al finalizar la guerra esos mercados se perdieron.

Un factor determinante que dio impulso a la industria local fue la sanción de un decreto ley en 1944, que promovía y protegía a aquellas industrias que empleaban materias primas locales, elaboraban bienes de primera necesidad o productos para la Defensa Nacional.

Un factor a nivel internacional que repercutió negativamente en el desempeño industrial fue la política de boicot que llevó a cabo los Estados Unidos hacia nuestro país, prohibiendo el envío de insumos claves para las industrias locales. Esto a causa de la posición neutral que adoptó la Argentina durante la Segunda Guerra Mundial.

En el ámbito local, otro factor negativo, fue la nacionalización, que Perón llevó a cabo, de las empresas de capitales extranjeros, ya que no generó una mayor demanda de insumos locales, debido a que esas empresas siguieron abasteciéndose en el exterior, una vez nacionalizadas.

Durante el primer gobierno de Perón, se profundizó el modelo ISI mediante el desarrollo de la industria liviana que se venía impulsando desde la década anterior. El Estado protegió a la industria nacional con medidas como el otorgamiento de créditos del Banco Industrial a las industrias locales; la protección arancelaria; y la creación del Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio, el cual compraba carnes y cereales, que vendía en el mercado internacional, y materiales en el extranjero. Los ingresos que obtenía este organismo eran destinados al desarrollo de la industria. Sin embargo, el desarrollo industrial encontró obstáculos para mantener su dinamismo, a medida que aumentaban los costos laborales, crecía su obsolescencia tecnológica, y no tenía posibilidades de avanzar hacia procesos productivos más complejos, en un contexto de permanentes restricciones en su balance de pagos.

Este modelo cae cuando se agotan las reservas de divisas (originadas en la Segunda Guerra Mundial), las cuales habían sido muy importantes para la expansión industrial. El caudal de reservas se redujo por medio de la nacionalización de los servicios públicos, menores exportaciones de productos agrícolas, y por una escasez de crédito internacional, que estaba dirigido al proceso de reconstrucción y estabilización económica de los países beligerantes.

En este contexto, el gobierno debió recurrir a inversiones de capital extranjero para financiar el desarrollo de la industria. Así, en 1953 (ya durante el segundo gobierno de Perón) se sancionó la Ley de Radicación de Capitales extranjeros con el objetivo de alentar la presencia de capitales internacionales, principalmente atraer empresas a la producción metal mecánica en Córdoba. Se decidió que ingresarían al país aquellos capitales extranjeros que se dirijan a sectores no explotados localmente, como en el caso de los automóviles y tractores, con el objetivo de evitar que compitieran con la industria local. Así llegaron las empresas FIAT, IKA y Mercedes Benz. Estos fueron los mayores frutos de expansión fabril asociada con el capital externo, creando el primer y mayor polo metal mecánico del país. El logro de este objetivo se vio favorecido porque las empresas extranjeras buscaban transnacionalizar su producción.

La tendencia al capital

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