Fernando Jordan muestra a la California como una región que no pareciera estar dentro de la república
Enviado por gemez • 16 de Agosto de 2017 • Ensayo • 2.217 Palabras (9 Páginas) • 208 Visitas
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INTRODUCCIÓN
Este libro, “EL OTRO MÉXICO” del autor Fernando Jordan, redacta la forma de ver la California, combinando hechos de la antigua california, leyendas y situaciones que a el mismo le toco presenciar.
Fernando Jordan muestra a la California como una región que no pareciera estar dentro de la república. Nuestro autor habla de la california como si fuese un bello poema, como si la California estuviese pintada sobre un lienzo. Resalta la belleza y riqueza de nuestros mares.
Es importante y llama la atención el hecho de que un autor foráneo un no nacido en la California se hubiese enamorado como lo hizo de esta bella tierra.
Hay que recordar que esta obra tiene ya veinticinco años de existencia, sigue siendo una novela audaz, que ocasiona que las personas que la leen, se encuentren con ella, se vuelvan a aquellas épocas en las que el Capitán Ulloa navegó.
Este autor nos muestra la california no sólo como la tierra que ahora se trabaja, no sólo como la tierra que ahora explotamos, si no que habla de cómo la baja en sí, el vivir en esta tierra nos vuelve ricos, no por el hecho de trabajarla, no por el hecho de tener negocios y hacernos de dinero con lo que esto nos deja, si no que nos hace ricos en cultura, en historia, nos hace diferentes.
Podríamos decir, nos hace Californianos.
DESARROLLO
Para empezar este escrito, debo decir que soy orgullosamente del Sur de la California, soy de esas familias oriundas que siguen defendiendo su apellido. Desde mi percepción, leer esta obra me hizo, enamorarme nuevamente de mi tierra, yo amo a mi California actual, me encanta y estoy orgullosa de ser originaria, de ser, como coloquialmente nos llaman “choyera” este término, lo aplican según tengo conocimiento, porque esta es una tierra de choyas. Pero, el término correcto podría decirse, sería “bajacaliforniano"
Pero ahora, estoy emocionada, feliz y hay un sentimiento, realmente nuestro autor Fernando Jordan, logró transmitir su amor por esta tierra, por la historia de estas tierras, a todas las personas que la leemos. En ocasiones me gustaría ser de otro lugar, vivir fuera de la California, pero después entiendo que hay destinos y que este fue el destino de mi familia incluyendo el mío.
Cochimíes, Guaycuras, Pericues, fueron nuestros primeros habitantes, con diferentes vestimentas, diferentes apariencias, formas de cazar, de cambiar de áreas para vivir, fueron esos grupos, los primero colonizadores de esta tierra.
Los Cochimíes, se encontraban más al norte, según la historia, sus prácticas eran poligamias, adulterio, y situaciones que en la actualidad podríamos considerar un acto delictivo, no vestían absolutamente nada. En cambio, los Guaycuras se encontraban más al centro, usaban perlas, usaban también las conchas nácar, los Pericúes, eran los que estaban más al sur, también practicaban poligamia, las mujeres se encontraban en una constante competencia para dejar satisfecho al jefe.
Según el padre Baegert, estos tres grupos tenían algo en común, muy a pesar de todos los factores que los diferencian, todos vivian por la caza, recolectaban frutas silvestres y fueron los primeros pescadores, aplicando claro, técnicas primitivas. Entre más se iba al sur de la California, las mujeres vestían faldas a las caderas, y los hombres no vestían absolutamente nada.
Hablando ahora, más allá del pasado histórico que caracteriza a mi tierra, me gustaría hacer un énfasis en aquello que se vivió después, aquello que el autor recalca y habla como si fuese un poema.
Antes, pasaba por aquella pequeña ciudad “Santa Rosalía” y para mí siempre ha sido una ciudad hermosa, llena de luz, me encanta la arquitectura, sobre todo su comida. Siempre conté con el conocimiento de que el gran señor Eiffel, vino a mi amada California, y trajo consigo su estilo, plasmándolo en esta ciudad de Santa Rosalía, donde se observan hermosas casas de madera al estilo francés.
También hay que recordar que Eiffel, también estuvo en El Triunfo y construyo esas grandes chimeneas que aún siguen conservándose, que son parte de la historia de nuestras tierras, que nos recuerdan cómo fue que esta California creció, se desarrolló y se volvió el objetivo de todas esas personas foráneas que buscaban nuevas oportunidades.
Me han contado mis abuelos, que antes subsistían por la pesca y la caza, por la exportación de producto marino, que fueron pocas familias las que tenían un sustento del que se pudiese presumir, una de las anécdotas que más tengo presente de parte de mis abuelos, es que mi abuelo, con su esfuerzo y dedicación abrió la primera cantina establecida en Cabo San Lucas, eso me habla de cómo las familias luchaban para poder tener una vida digna.
La historia de cómo se descubrió California me tiene sorprendida, pues, por mucho tiempo supe sólo de la existencia de Fortuno y de Cortés, ahora se, que existió el capitán Ulloa.
Una de mis partes favoritas, al leer esta gran obra, es cuando el autor menciona el Faro ubicado en Cabo Falso, actualmente llama la atención por la problemática interminable que afronta esta belleza histórica, problemática que al parecer es interminable, pues el sector privado está adueñándose de aquello que antes fuese esperanza, un hogar para los navegantes, un llamado para que se acercaran a estas tierras, que no harían más que brindar acogida y reposo para ellos, una oportunidad de vivir en un nuevo paraíso, en un nuevo mundo, en “Otro México”.
Como bien menciona el autor, esta al descubrirse era una tierra salvaje, una tierra de mujeres trabajadoras que luchaban por lograr hacer prosperar sus vidas, por tener un alimento, por sobrevivir, después llegaron esos grandes hombres, luchadores por vivir,, por pescar, por cultivar, por vivir.
Una gran característica de los bajacalifornianos es que siempre hemos luchado y trabajado por subsistir, por expandirnos, por crecer, por crear una sociedad como la de los otros Estados.
A mí parecer, las personas foráneas, quienes incorrectamente conciben la idea o el prejuicio de pensar que nosotros, los nativos, no hubiésemos podido subsistir si no fuese por ellos, quienes llegaron a “colonizarnos”, si bien es cierto que todo pueblo, ciudad, región, Estado, país, necesita ser colonizado para poder desarrollarse.
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