Guión De Gatopardo De L. Visconti Para Clase De Historia
Enviado por simonvicus • 11 de Enero de 2013 • 809 Palabras (4 Páginas) • 593 Visitas
PROXECCIÓN PARA LA CLASE DE CCSS-HISTORIA
EL GATOPARDO (1963), Luchino Visconti
OBERTURA:
-Exterior del Palacio de la Casa de Salina (rancia aristocracia siciliana fundada por la dinastía de Anjou).
-Interior del palacio: Rezo del Rosario (práctica habitual de la familia). Súbita aparición de un soldado muerto en los jardines del Palacio y notificación por carta y prensa de los acontecemientos que se están desarrollando en la ciudad (desembarco de Garibaldi en Marsala, que no impedirán los planes del Príncipe de trasladarse a Palermo (otra práctica regular, esta vez más ocasional).
-Viaje en diligencia: Diálogos entre el Príncipe y su Capellán : las “buenas familias” y los malos tiempos”; “la hermosura del país…si no fuera por los jesuitas”.
-De regreso de la ciudad y del burdel: Diálogos del Príncipe y de su sobrino, Alfonso Falconieri: la crisis del Antiguo Régimen y la vulgaridad de los nuevos símbolos.
-Despedida de Alfonso en la escalinata del Palacio: Movimientos y ángulos de cámara.
PLANTEAMIENTO:
-Gabinete del Capellán (con aparatos de observación astronómica) : Diálogos entre el Príncipe y su Capellán: de la invitación a la Penitencia, a la confidencia sobre los nuevos descubrimientos políticos.
-Príncipe:”¿Sabéis lo que sucede en nuestro país?. Nada en absoluto; sólo una inevitable sustitución de clases. La clase media no quiere destruirnos; sólo desea ocupar nuestra posición de una manera moderada metiéndonos en el bolsillo unos millares de ducados y después dejarlo todo igual. ¿Comprendéis?. El nuestro es un país de componendas”.
-Capellán: “En pocas palabras, los aristócrtas se ponen de acuerdo con los liberales, e incluso con los masones, a expensas de nosotros; sí a expensas de la Iglesia, por que es evidente que nuestros bienes, estos bienes que son patrimonio de los pobres serán incautados y repartidos entre jefes sin escrúpulos. Y, después, ¿quién alimentará a esa multitud de desgraciados que aún hoy la Iglesia sostiene y guía?. ¿Cómo conseguiréis aplacar a esa turba de desesperados?. Yo os lo diré, Excelencia: empezaréis por darles una parte; luego, otra y al final, todas vuestras tierras. Nuestro Señor sanaba a los ciegos de cuerpo, pero a los ciegos de alma… ¿quién los sanará?”.
-Príncipe: “No somos ciegos de espíritu, querido Padre, si no seres humanos en un mundo en plena transformación. ¿Qué tenemos que hacer?. A la Iglesia le fue concedida un voto explícito de inmortalidad; a nosotros como clase social, no. Las perspectivas de sobrevivir aún cien años equivalen a una eternidad. Más allá de lo que podemos tocar con nuestras manos, no tenemos obligaciones. La Iglesia, sí. Sí, lo sabemos, por que está destinada a no morir. En la desesperación, pues, está implícito el consuelo”.
-Capellán: “Excelencia…”.
-Príncipe:”Creéis,
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