Historia Poder Udcial
Enviado por Lourdesponceg • 8 de Julio de 2013 • 434 Palabras (2 Páginas) • 276 Visitas
vez ésta haga presión sobre los jueces; y también informaciones y artículos periodísticos que toman partido y se convierten en jueces sin jurisdicción.
Fuentes concluye con una sátira lingüística que resume su posición: “como juez viene de justicia, yo á los togados de mi tierra los llamaría injueces”,24 dice. Y agrega con amarga dureza: “los gobernantes durante todo este tiempo,” –habla de la República- “no han ofrecido nunca al pueblo el grandioso ejemplo de ahorcar á un juez venal”.25
Otro testimonio de época, por una persona mordaz y muchas veces prejuiciada pero siempre inteligente, es el de Manuel González Prada quien, a los inicios del siglo XX, dice: “Si la Justicia clásica llevaba en los ojos una venda, al mismo tiempo que en una mano tenía la espada y con la otra sostenía una balanza en el fiel, la Justicia criolla posee manos libres para coger lo que venga y ojos abiertos para divisar de qué lado alumbran los soles”.26
Y asegura que: “No hay iniquidad irrealizable ni reato ineludible, cuando se tiene dinero, influencias o poder”.27 “Que nos quiten la vergüenza, que nos provean de algunas libras esterlinas; ya se verá si no logramos que los jueces nos declaren dueños legítimos de la Exposición y la Catedral”.28 Y agrega: “Una Corte de Justicia es una fuerza irresponsable que desmenuza la propiedad, la honra y la vida, como las piedras de molino trituran y pulverizan el grano”.29
Claro que no todos son corruptos en el Poder Judicial. Pero esto no alivia el sistema, aclara González Prada: “Si por rarísima casualidad se topa con un juez íntegro y rebelde a toda seducción (masculina o femenina), entonces se recurre a una serie de recusaciones hasta dar con el maleable y el venal”.30 Y sumándose a la crítica de Fuentes a esa tolerancia que existe frente a los males inveterados del Poder Judicial, nos dice ácidamente: “Asesinamos, colgamos y calcinamos a los Gutiérrez; pero nunca nos atrevimos a cosas iguales con tanto juez venal y prevaricador. A esos tres soldados violentos y amenazadores no les sufrimos ni una semana; a muchos magistrados, más perniciosos y más culpables que los Gutiérrez, les soportamos medio siglo”.31
Lamentablemente, estas taras de nuestro Poder Judicial no eran percibidas solamente a nivel nacional sino también a nivel internacional. A comienzos del siglo XX, el Subsecretario de Negocios Extranjeros de la Gran Bretaña, Mr. Layard, dijo en la Cámara de los Comunes -refiriéndose a una reclamación de un súbdito británico ante el Poder Judicial peruano- que ese inglés “había tenido la desgracia de caer en las garras de lo que sólo por cortesía puede llamarse Corte de Justicia”.32
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