Historia de la Antropología en la Argentina
Enviado por sabalero15 • 22 de Octubre de 2015 • Ensayo • 2.440 Palabras (10 Páginas) • 396 Visitas
Historia de la Antropología en la Argentina
El proceso de construcción de las ciencias antropológicas en la Argentina está estrechamente relacionado con el proceso de constitución del país (Su constitución como Estado se configura recién en la segunda mitad del siglo XIX), de sus vicisitudes y, por ende, de las condiciones de producción de los investigadores.
En 1872, en el marco del Departamento de Ciencias Exactas de la UBA, se constituye la Sociedad Científica Argentina, “…Esta sociedad está íntimamente relacionada con la génesis de los estudios antropológicos en la Argentina. Entre sus miembros iniciales se encuentran Moreno, Zeballos, Florentino Ameghino, Ambrosetti y Outes”.[1] Esta sociedad propició expediciones científicas a la Patagonia, como las de F. P. Moreno y R. Lista (1875 y 1877); la realización del primer Congreso Científico Latinoamericano (1898); la publicación de los “Anales Científicos Argentino”, etc.
En 1884, sobre la base de la colección de materiales bioantropológicos obtenidos por F. P. Moreno, se funda el Museo de La Plata. Dentro del departamento de Antropología se destacan los Aportes de Lafone Quevedo, Torres, Lehmann, etc.
En este período se evidencian dos aspectos en el desarrollo de las nacientes ciencias antropológicas: el debate a nivel científico e ideológico de las teorías sobre el origen de las especies y del hombre (descubrimientos paleontológicos y arqueológicos y crecimiento de las técnicas), darwinismo evolucionista representado en Argentina por Florentino Ameghino y los enfoques acerca de las realidad del país, su constitución étnica, etc (en general, negación del indio, reivindicaciones del la conquista del desierto, etc). Aquí aparecen como representantes de este aspecto Zeballos y Francisco Pascasio Moreno.
Otro hecho importante para el desarrollo de la Antropología fue la creación del Museo Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA en 1904 desde donde se efectuaron expediciones orientadas a la problemática arqueológica del NO argentino, etc.
Argentina, a Principios del siglo XX, es ya un país con una fuerte presencia inmigratoria y muy influenciada por el pensamiento y las ideas socialistas y anarquistas lo que llevó a un sector muy mayoritario de la dirigencia política y de la clase “acomodada” a priorizar lo que se llamó la “cuestión social”. Principalmente evidenciada en el aspecto represivo con la implementación de la ley de Residencia, la creación de organizaciones armadas como la Liga Patriótica Argentina, etc, y en el plano intelectual, la formación y desarrollo de un grupo nacionalista de derecha integrado principalmente por Ramos Mejía, Lucio V. Mansilla, Miguel Cané y a los que luego se sumó Imbelloni que comenzó a escalar posiciones en la vida académica.
En Rosario, en 1928 se crea el Instituto de Antropología y Anatomía Comparada en la Facultad de Medicina y en 1936, se funda la Sociedad Argentina de Antropología y sus miembros son convocados por Ricardo Levene para participar en la elaboración de la Historia de la Nación Argentina. Obra que contó con subsidios del Estado y la participación del Congreso Nacional. La obra, en palabras de Levene, se proponía abarcar el proceso genético de la sociedad argentina desde sus orígenes pre y protohistóricos, estudiando sus manifestaciones políticas, culturales, militares y religiosas de la Nación y las provincias y comprendiendo el significado del factor heroico en nuestra historia. En este trabajo, las poblaciones indígenas fueron consideradas al margen del proceso de desarrollo de los hombres blancos en América y se planteó (en aquel momento) que aquellos deberían ser estudiados por los cultores de disciplinas especiales que tienen método propio y experiencia (Imbelloni. 1936).
La atemporalidad de los grupos “naturales”, se prolonga muchos años después, con el recurso de agrupar datos e incluirlos dentro de los criterios clasificatorios de la escuela histórico-cultural.
En los primeros años de la década del 40 se inicia la labor en el campo del folklore de Augusto Cortazar quien combina el enfoque tradicional con el análisis funcional (Malinowski) y la noción folk, en la orientación culturalista de Robert Redfield, investigador norteamericano.
A partir de 1946, se combina la hegemonía plena de la corriente histórico-cultural en los centros académicos, a través del poder que adquiere José Imbelloni en la UBA y la exclusión de profesores liberales de la universidad argentina, con una inicial reorientación práctica en la antropología, pretendiendo la incorporación de la disciplina a los planes del gobierno. En esta reorientación participan investigadores provenientes de la migración ideológicamente vinculada al nazifascismo.
Ese año se crea el Instituto Étnico Nacional. Como objetivos de este organismo, se incluyen: “determinar cuáles son los grupos humanos que conviene recibir en nuestra patria, sin tener en cuenta ni nacionalidad ni religión, ni raza, y sólo guiándonos por la mayor utilidad que puedan prestar al fin que perseguimos, es decir, a la formación del pueblo argentino como entidad étnica, cultural, mental” (Costanzó, 1946. P188).
Se concibe al instituto como un instrumento orientado a establecer criterios de carácter selectivo, para la elaboración de las reglamentaciones inmigratorias. Dicha entidad debía efectuar en primer lugar un diagnóstico del “… estado actual de nuestra población, sabiéndose concretamente qué clase de pueblo se tiene en el país, determinando su aspecto racial, social, cultural, etc” (Costanzó).
Falta, sin embargo, reconstruir otra historia, fragmentada, difícil, de diversos centros e iniciativas que se daban fuera de la Universidad (es fundamental reconocer la cerrazón existente en las instituciones oficiales y universitarias), de la experiencia de quienes se van a formar en el extranjero, en la construcción de las ciencias sociales, de las humanidades, etc.
El camino debe incluir el análisis de los núcleos que construyen publicaciones como “Imago Mundi”, “Contorno”, “Cuadernos de Cultura”, “Pasado Argentino”, etc.
Sólo se generan algunos cambios de importancia entre los años 1948 y 1955 en el campo de la arqueología, no sólo en la aplicación de métodos modernos de datación y excavación, sino en la introducción en la docencia de una perspectiva de la antropología vinculada con la historia social, receptando tanto las influencias teóricas de las diversas corrientes del pensamiento antropológico norteamericano, como de la íntima relación de la arqueología con la historia social, presente en el pensamiento de Childe. En 1951, a los institutos de Antropología en Córdoba y Tucumán, se suma el de Rosario.
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