Historia del Trabajo Infantil
Enviado por bethania263 • 21 de Mayo de 2013 • Ensayo • 1.364 Palabras (6 Páginas) • 796 Visitas
Historia del Trabajo Infantil
Es importante hacer un breve recorrido sobre las distintas visiones del trabajo infantil que se han dado en la historia, no solo porque nos permite ubicar el contexto de este importante tema, sino porque muchas de las concepciones del pasado se mantienen vigentes y se traslapan con otras concepciones más nuevas.
La historia del trabajo infantil está íntimamente ligada a la historia de la construcción del concepto de “niñez” en sí misma, puesto que la elaboración o formulación de este concepto, está determinada por factores sociales, culturales, económicos, temporales que le dan un contenido específico a esa temprana etapa de la vida. Así, por ejemplo, no es lo mismo ser niño o niña en los tiempos actuales que en la Edad Media, o no es lo mismo ser niña o niño en Costa Rica o en algún país de África.
La infancia de los pobres en el siglo XVII y más aún en el siglo XVIII, fue percibida como un tiempo de adaptación a los hábitos de trabajo, se asumía que constituían un valor económico para sus padres. Cualquier tipo de trabajo -o lo que hoy conocemos como explotación- era visto como algo “natural”.“ Hasta más de la mitad del siglo XIX -nos dice Cunningham- el discurso sobre los niños de los pobres fue un discurso sobre los niños trabajadores, los deshollinadores y los que trabajaban en talleres, fábricas y minas...”.
Entre 1780 y 1850 empiezan a darse discusiones acerca del trabajo de los niños en los ámbitos antes citados: los talleres, las fábricas, las minas. Se levantaron voces de quienes expresaron su preocupación por las condiciones en que se realizaban estos trabajos, aunque sin cuestionar el hecho mismo del trabajo de los niños. Los niños deshollinadores y los aprendices parroquiales de las hilanderías de algodón se convirtieron en centro de interés y en él se articularon tanto argumentos utilitarios como sentimentales, inextricablemente mezclados. El niño trabajador empezó a ser visto como víctima y como esclavo.
Las objeciones se centraron en lo que se percibía como dos tipos de daño: el físico y el moral. Por una parte, se decía que aún en las mejores condiciones, el cuerpo de los niños sufriría por las largas jornadas de trabajo, a veces nocturnas, en las calurosas y sucias hilanderías; y en las peores, por los castigos y abusos físicos. Por otra parte, se producían daños morales originados en la ausencia de educación o religión y en la temprana adaptación a los hábitos adultos. Los daños morales fueron frecuentemente mirados como más nocivos que los físicos. Juntos, los dos enfoques convergían en un solo argumento utilitario: la exitosa reproducción social corría riesgos con el trabajo prematuro (Cunningham).
Estos interesantes relatos de Cunningham dejan claro que la explotación a la niñez no solo se dio en la era de la industrialización, como se ha creído, sino mucho antes. Lo que sí data de esta época son las primeras regulaciones que intentan poner freno a los abusos ilimitados.Así, en 1802 se sancionó en Inglaterra el Acta por la Salud y Moral de los Aprendices (“Moral and Health Act”), como consecuencia de los informes producidos por la Oficina de Sanidad. Limitaba a doce horas la jornada de trabajo y prohibía el trabajo nocturno, pero su aplicación quedaba restringida a lostalleres de los pueblos (Martínez Vivot, 1981).
El Trabajo Infantil
Se entiende por trabajo infantil a toda actividad económica de carácter lícito realizada en forma regular, periódica o estacional, por niños (menores de 12 años de edad) o adolescentes (de 12 hasta cumplir los 18 años de edad) que implique su participación en la producción o comercialización de bienes y servicios destinados al mercado, el trueque o el autoconsumo, independientemente de que dicha actividad se encuentre sujeta a retribución alguna. Según esta definición las actividades económicas ilícitas tales como la prostitución de menores de edad o el comercio de drogas, no son concebidas como trabajo infantil. Igualmente, ciertas modalidades para obtener ingresos, no incluidas bajo el concepto de actividad económica, tales como el robo o la mendicidad, no son consideradas como trabajo.
Asimismo, la participación de los niños y adolescentes en tareas domésticas en el seno de su propia familia no debe ser incluida bajo el rubro de trabajo, pues dicha actividad constituye parte de las funciones básicas de una familia y es en muchos casos indispensable
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