Historia selectividad conceptos
Enviado por laura111200 • 23 de Septiembre de 2018 • Resumen • 4.450 Palabras (18 Páginas) • 125 Visitas
PREGUNTAS CORTAS
2.2. Pueblos prerromanos. Colonizaciones históricas: fenicios, griegos, cartagineses.
Se denominan pueblos prerromanos a los pobladores de la Península Ibérica antes de la conquista romana. Los tartesios se establecieron en el oeste de Andalucía y sur de Portugal y se dedicaban al comercio de metales (Tesoro del Carambolo). Los íberos ocuparon la franja mediterránea y poseían una lengua común, abundante cerámica y un profuso arte (Dama de Elche). En el norte y la Meseta, los pueblos célticos y celtibéricos conocían la metalurgia del hierro y construían castros y ciudades (Numancia).
Por otra parte, también hubo pueblos colonizadores, que llegaron durante el I milenio. Los fenicios establecieron factorías en la costa andaluza (Gadir, Malaka) y difundieron su cultura (alfabeto, torno alfarero, salazón, etc.). Los griegos fundaron colonias en las costas catalana y levantina (Ampurias), trayendo el olivo y la moneda. Por último, los cartagineses fundaron Cartago Nova y disputaron el dominio peninsular a una República romana en plena expansión, siendo derrotados tras las Guerras Púnicas (237 – 201 a.C.).
2.3. Conquista y romanización: la pervivencia del legado cultural romano en la cultura hispánica
La conquista de la Península Ibérica presenta varias fases: se inició con la Segunda Guerra Púnica (219-201 a.C.), siguió con la campaña de Catón en 195 a.C., tuvo su momento álgido con la resistencia de Viriato y de Numancia, y finalizó con la “pax” de Augusto tras las guerras cántabras (19 a.C.).
Del proceso de romanización destaca la adopción de la lengua latina, de la que derivarán el latín vulgar y las lenguas romances (en latín escribirán Séneca, Lucano y Quintiliano); la imposición del Derecho romano y de la religión (pagana primero y católica después); y las grandes construcciones, entre las que podemos encontrar templos, foros, anfiteatros, teatros, puentes, pantanos o acueductos. Mérida, Segovia, Tarragona o Sagunto son ejemplos de este legado. Por último, el gran entramado de calzadas supuso grandes avances en las comunicaciones (Vía Augusta, Vía de la Plata, etc.).
2.4. Las invasiones bárbaras. El reino visigodo: instituciones y cultura.
En el año 409, suevos, vándalos y alanos penetran en la Península. Los visigodos los combatirán a cambio de tierras en el sur de la Galia. Tras la caída de Roma, formarán el reino de Tolosa, pero serán derrotados por los francos en Vouillé (507). Así, terminarán asentándose en la Península creando el reino visigodo de Toledo, al que pondrá fin la invasión musulmana (711).
Los visigodos pronto emprenderán la unificación con la población hispanorromana: Leovigildo unificará los territorios derrotando a los suevos de Galicia y a los bizantinos en el sur, Recaredo se convertirá al catolicismo y Recesvinto promulgará un único código legal (Liber Iudiciorum). La institución más importante era la Asamblea de Hombres Libres, que elegía al rey. Éste gobernaba ayudado por un Officium Palatinum compuesto por el Aula Regia (Consejo Real) y los Concilios de Toledo (asambleas que ratificaban las decisiones reales). Los visigodos continuarán latradición latina y cristiana del Imperio. En este sentido destacará San Isidoro de Sevilla (Etimologías).
3.1. Evolución política de Al-Ándalus: conquista, emirato y califato de Córdoba
En el año 711, Musa y Tariq, al mando de 7.000 hombres, desembarcan en Gibraltar y vencen a don Rodrigo en la batalla de Guadalete. La conquista de la Península se completó en apenas cuatro años, pasando a ser una provincia del califato de Damasco llamada Al-Ándalus. Tras la revolución abasí, el último Omeya se refugia en Al-Andalus y proclama el emirato independiente (756) con capital en Córdoba, que gobernará con el nombre de Abderramán I. Sin embargo, el emirato fue una etapa inestable. La época de esplendor llegaría al proclamar Abderramán III el Califato de Córdoba (929-1031), independiente religiosamente del califato de Bagdad.
El Califato trajo la prosperidad económica, basada en el comercio y los tributos a los reinos cristianos; política, gracias a la estabilidad interna; cultural, con el reinado de Al- Hakam; y militar, con las victorias de Almanzor. Al morir éste, se sucederían las rebeliones.
3.2 Al-Ándalus: la crisis del siglo XI. Reinos de taifas e imperios norteafricanos
Los hijos de Almanzor trataron de mantener la dictadura a la muerte de su padre (1002), pero se sucedieron las rebeliones de gobernadores provinciales. Una asamblea extinguió el Califato (1031) quedando el territorio dividido en taifas independientes. A pesar de que algunas fueron prósperas (Toledo, Zaragoza, Valencia o Sevilla), éste período fue de gran debilidad ante los ataques cristianos, que intentaron parar pagando “parias”. Sin embargo, los cristianos continuaron la Reconquista y Alfonso VI tomó Toledo en 1085. Los taifas buscarán apoyo en los imperios norteafricanos: primero en los almorávides, que derrotarán a Alfonso VI en Sagrajas; y más tarde en los almohades, que unificarán las taifas y vencerán en Alarcos (1195). Ante el peligro almohade, los reinos cristianos se unirán y vencerán en la definitiva batalla de las Navas de Tolosa (1212), que supondrá el inicio del fin del dominio musulmán en la Península.
3.3 Al- Ándalus: la organización económica y social
Al-Ándalus prosperó económicamente. La agricultura se desarrolló gracias a las nuevas técnicas de regadío (norias y acequias) y a los nuevos cultivos (arroz, naranja, caña de azúcar o algodón). La artesanía floreció en las ciudades, con talleres textiles, de cerámica y de artículos de lujo. Por último, el comercio cobró gran importancia gracias a la situación geográfica de la Península, que controlaba la llegada a Europa de los productos africanos.
La sociedad era muy compleja y se estructuraba atendiendo a la religión. La minoría aristocrática árabe controlaba la riqueza, recibía las mejores tierras y copaba los altos cargos políticos y militares. El campesinado estaba compuesto por bereberes y muladíes
(hispano-visigodos convertidos al Islam). Judíos y mozárabes debían pagar impuestos por conservar su religión. Los esclavos ocupaban el último escalón social.
4.1. Los reinos cristianos en la Edad Media: los primeros núcleos de resistencia
Los reinos cristianos se consolidaron entre los siglos VIII y X en las zonas que los musulmanes no llegaron a conquistar. En Asturias, Don Pelayo será proclamado rey en el año 718. Más tarde, en el 910, Alfonso III trasladará la capital a León, transformándose el reino de Asturias en el reino de León. El condado de Castilla será independiente desde el año 930. En 951 Castilla quedaría vinculada definitivamente a la familia del primer conde, Fernán González. Más al este, Íñigo Arista será el primer rey de Pamplona y Sancho III el Mayor convertiría este reino (Navarra) en el más poderoso de entre los cristianos. A su muerte nacerá el reino de Aragón con Ramiro I como primer monarca. A finales del s. X, Aragón incorporó los condados de Sobrarbe y Ribagorza. Por último, los condados
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