Imagen Y Pedagogia

Introducción a la imagen

Anne Merie Thibault-Laulan.

La lectura del documento de Thibault, me introdujo a hacer reflexión sobre lo que consideramos como una imagen, haciéndome llevar a un análisis la evolución y significado que tiene en nuestras vidas una mera ilustración, va más allá de ser una representación parcial de una realidad, es transpolar el significado inclusive histórico que representa dicha imagen, pues en ella se describe, su objetivo, la visión del contexto de donde se encuentra, la subjetividad de aquel que capto esa imagen, y más aún la introspección que permite tener al espectador.

Dice la autora, que la imagen es inseparable de toda civilización, debido a que en la evolución misma del hombre se van desencadenando su representación, formas de vida, de pensamientos, de sentimientos, su realidad y fantasía vuelta diseño impresas en pliegos, telas, papel, todo en una representación simbólica de lo que se vive. Por lo tanto una imagen jamás es algo puramente material, su vocación es incitar a la superación del aquí y el ahora.

“La imagen en efecto, es siempre un símbolo “la pintura de los íconos no es más que una drama del arte simbólico”, una visión de Dios”, s. Bulgakov, 1932.

Sin embargo a pesar de que la imagen es esencial de toda representación, al mismo tiempo está limitada y contenida entre sus mismos límites, pues se considera como una repetición y una inversión, que yo llamaría mejor inmersión, pues como lo establece la Gestalt en su concepto de figura fondo, dice que el hombre es capaz de conocer el mundo cuando se conoce a sí mismo, y esto lo hace cuando se sumerge en sus internos, encontrando los verdaderos monstros que opacan su realidad, encontrando con esto cosas inauditas que para ver lo externo hace falta verlo desde dentro. El profundo espejo sombrío está en el fondo del hombre, es algo más que la imagen, es el simulacro y dentro del simulacro existe un espectro.

La incoherencia de todo lo que no está claramente definido es nocivo de la imagen, pues la imagen no está hecha para que se le vea, sino para que se le contemple.

La imagen procede directamente de lo sagrado y solamente ciertos jefes supremos al igual que los dioses podían tener acceso a ellas, en los primeros tiempos de la historia. Esto me hace pensar entonces, ¿Cuáles fueron las primeras imágenes y a quienes estaban otorgados?, ¿Quiénes disfrutaban de ellas?, ¿por quienes se sentían contempladas?, pareciera que los pintores eran esclavos de una pagador, este con una cargo o poder social considerable, los pintores casi incapaces de plasmar cualquier pensamiento o sentimiento sin antes pedir autorización para ello.

Creo que cuando el que contempla una obra, se identifica con lo plasmado frente a él, sumergido en esa introspección alcanza a enamorarse de lo que ve, como Narciso, se enamora de lo que para él es su propia imagen, abstracta o no, quizá por eso, algunas obras se han hecho famosas y por lo tanto se han cotizado a niveles inhóspitos, basta con obras como “el grito” de Van Gogh, la “Gioconda” de da Vincci, ¿Cuánto cuesta que alguien plasme la esencia de mí?.

En esta evolución también la imagen avanza, y vive sus procesos económicos, políticos y sociales, curiosamente la imagen se va a democratizar al mismo tiempo que la literatura, las imágenes dejan de ser exclusivas de los ricos palacios y descendidas de los inaccesibles vitrales.

Después de un proceso de revolución cultural, la imagen se vuelve agresiva mordaz, panfletaria, como si un deseo de venganza largamente contenida habitara los grabados. ¿A partir de cuando surge el arte de hacer imágenes metafóricas?, considerando que, se realizaría una crítica sobre la situación social del contexto, ¿hasta cuándo entonces permite la burocracia hacer uso de imágenes y de textos que evalúen y critiquen la realidad que se vive?, dando origen a la libre expresión como un derecho del ciudadano común.

Cambiando un poco el panorama, la imagen también se modificó y evoluciono con el uso y el perfeccionamiento de la fotografía, y ha proporcionado muy rudos golpes a la pintura,

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