Inquilinos
Enviado por paulagabrielahfl • 7 de Octubre de 2014 • 518 Palabras (3 Páginas) • 295 Visitas
La historia del mundo rural chileno, de su gente y sus costumbres, del latifundio como sistema de propiedad de la tierra, explican el surgimiento de una población heterogénea, con personajes característicos del mundo campesino colonial. Arrendatarios, labradores, inquilinos, pequeños propietarios, vagabundos, afuerinos, gañanes, peones ambulantes, vaqueros y medieros, formaban parte de la amplia gama de prototipos o paradigmas existentes en el Chile rural de antaño.
Uno de los arquetipos más tradicionales y permanentes del campo chileno fue el inquilino, quien, una vez asentado en los lindes de las estancias, podía establecerse e intentar fundar una familia. Lauro Barros planteaba en el siglo XIX que el inquilino "era un agricultor que criaba ganados y sembraba cereales, que miraba como propia la tierra que cultivaba, se radicaba en ella para constituir una familia, aumentaba sus economías para formar un capital, y si servía con inteligencia y honradez, obtenía ascensos como capataz y mayordomo y llevaba hasta su muerte una existencia cómoda. ¡Que diferencia con el peón ambulante que, después de una vida de aventuras, tarde o temprano volvía pobre y andrajoso al antiguo hogar!". No obstante, a cambio de su estabilidad y la de su familia, el inquilino debía soportar las crecientes arbitrariedades y humillaciones del poder terrateniente que en forma creciente le imponía mayores cargas y obligaciones contractuales. A pesar de su precaria seguridad, el inquilino se diferenciaba profundamente del sector más desfavorecido de la sociedad: el de los vagabundos. Indios, mestizos, mulatos y zambos, es decir, todo lo que las fuentes llamaban "castas", constituían el origen del perpetuo vagabundaje. En efecto, eran miles los hombres que recorrían los campos y las haciendas buscando un trabajo o algo que hurtar. El peón o gañán era un trabajador temporal que algunas veces vivía en las haciendas, "arrimado" o "allegado" a un inquilino, o se instalaba en las chinganas o simplemente dormía al aire libre en el verano. Era también un candidato fijo a vagar por los campos robando o empleándose como tabernero, mesonero, criado, cochero, lacayo, vendedor de verduras, aguador o mozo de transporte.
La afición a los juegos y a las riñas eran otros de los aspectos característicos de los gañanes. Las carreras de caballos, las canchas de juego de bolos, las cartas, en fin, todo lo que diese lugar a levantar ramadas y consumir licores formaba parte del mundo de los ociosos, vagabundos y malentretenidos, como se les llamaba en aquella época. De este modo, las órdenes para castigar los desórdenes en las pulperías y en las tabernas eran una rutina en el Chile colonial.
En el siglo XVIII el incremento de la demanda de mano de obra hizo mirar cada vez con mayor dureza y desconfianza a los vagabundos. El crecimiento demográfico, la valorización de la
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