LA CIENCIA GAYA
Enviado por garmeden • 10 de Diciembre de 2013 • 5.059 Palabras (21 Páginas) • 491 Visitas
LA GAYA CIENCIA
Una vieja historia que permanece viva
Edgardo Ronald Minniti Morgan
Premio H.C. Pollock 2005
Miembro de la Red Mundial de Escritores en Español
Integrante del Grupo de Investigación en Enseñanza,
Difusión, e Historia de la Astronomía, del Observatorio de
Córdoba-UNC
– historiadelaastronomía.wordpress.com
– HistoLIADA – Lidea
La Gaya Ciencia era el arte de hacer poesía en la Edad Media. Expresión muy
frecuente en la época, derivada del provenzal gai saber o del francés gai savoir, que
refería a todas las habilidades técnicas necesarias para escribir poesía, es decir, el arte
poético. La expresión fue usada por Emerson y E. S. Dallas y en forma invertida, por
Thomas Carlyle.
Constituyó un poderoso instrumento del pensamiento en momentos en que
era sumamente difícil expresar ideas fuera de los cánones impuestos por los
fundamentalismos vigentes. La metáfora ayudó a romper estructuras decadentes,
logrando que nuevos vinos ocuparan las viejas vasijas impermeables. Muchas
veces constituyó la muleta en que se apoyaron los racionalistas extremos para
caminar por sendas laterales o divergentes sin riesgos para sus cabezas; también
mecanismo propicio para hacerse comprender en un entorno mediocre, ignorante
y sumiso en su mayoría. No nos equivocamos demasiado cuando afirmamos que
fue uno de los arietes utilizados para la irrupción del Renacimiento y con él, el
desarrollo de la ciencia moderna. Ayudó en mucho al triunfo de la revolución
progresista burguesa contra la aristocracia conservadora, abriendo puertas
insospechadas; destruyendo los vallados cortesanos; aireando las cámaras,
transformándolas en habitaciones.
Las técnicas de la reproducción mecánica de textos, brindaron
posteriormente acceso progresivo a la cultura de mayor cantidad de personas,
abriendo ámbitos que estaban restringidos a cerrados círculos del poder
monárquico, militar, o religioso, entrelazados e interdependientes hasta entonces.
Ello no debe sorprendernos. Al efectuar un somero análisis de la relación
entre la Astronomía y el Arte en nuestra nota publicada en este sitio, hablamos de
Horacio, de Virgilio, de Dante, sin olvidarnos de Leonardo da Vinci o de los
hermanos Herschell, cabal manifestación de una forma excelente de hacer
astronomía y arte. Las técnicas y el conocimiento de avanzadas fueron expresadas
por ellos y muchos otros más que sería largo de nominar.
Los artistas Herschell con su telescopio
Fuera del prejuicioso ámbito romántico, que limita la expresión a
restringidos ámbitos sensoriales, supuestamente repudiando el conocimiento, del
que necesariamente se vale pese a ese rechazo discursivo superficial, el
pensamiento científico se entrelazó con las expresiones artísticas y devino todo un
acontecer notable, pretendidamente ignorado por ambas corrientes o formas de
pensamiento y de acción.
La Gaya Ciencia de Nietzche – 1ra. Edición - Web
La Gaya Ciencia (Die fröhliche Wissenschaft) – por otra parte - fue una de
las obras capitales de Friedrich Nietzsche, escrita en 1882; intelectual y filósofo
que transformó el pensamiento del siglo XX.
Preocupa en la actualidad el repliegue progresivo del mensaje clásico
tradicional del conocimiento y el arte, a los ámbitos académicos y los museos;
estableciéndose una relación entre individuo, sociedad y cultura muy distinta a la
promovida por nuestros maestros; corriente actual que nos lleva a hablar “por
boca de ganso” en un “préte a porté” intelectual peligroso, guiados por mediocres
contenidos televisivos que privilegian y valorizan la autorrealización de
protagonistas sospechosos surgidos de un ambiente decadente y envilecido. La
lectura de las fuentes se ignora mientras se promueven supuestos valores
superficiales, esgrimidos como mascarones de proa por hábiles especialistas en la
comunicación social, con la consecuente manipulación de ideas, que nos empujan
al cotilleo superficial. Existen por suerte en ese maravilloso medio de
comunicación audiovisual, excepciones notables que debemos destacar y
promover desde el pupitre y la cátedra, para evitar que se pierda un esfuerzo
valioso por falta de “ratting”.
El autor, repugnando de ello, insiste en su clara postura de hacer ciencia y
arte, sin culpabilidad alguna, por el contrario, con la alegría de sentirse realizado
recorre ambos carriles de la expresión cultural humana. Con ese espíritu brinda
sus trabajos de investigación y creación, para quien los quiera tomar, sin otro
objetivo que recrear un espíritu amplio y libre, que no impone, sino muestra. Cada
uno acepta o desecha el mensaje, conforme sus convicciones o sensibilidad,
respetándose así una libertad no solo necesaria, sino fundamental. Por otra parte, y
aunque nos duela reconocerlo, no siempre sabemos ser libres y a veces tenemos
miedo de serlo. Grande es nuestra debilidad en ese sentido. Con plena conciencia
y conocimiento, debemos de una buena vez intentar dejar de ser enredaderas
trepando en torno de un tronco ajeno, para ser nosotros mismos irguiéndonos
sobre nuestros propios pies aunque nos desconcierte o duela la debilidad inicial.
No podemos olvidar a Tennyson, el poeta, astrónomo de la reina Victoria; o al
inefable poeta Omar Khayyam, astrónomo célebre de la Persia, cuyos
conocimientos o palabras, el Rubayyat, han inspirado o inquietado a muchas
generaciones, impulsándolas a continuar por la senda del progreso humano en manos
del arte, de la ciencia, o de ambos, conforme los dictados estrictamente personales
del espíritu de cada uno.
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