LA ESCULTURA DE PERGAMO
Enviado por Naia_24 • 8 de Febrero de 2016 • Apuntes • 1.687 Palabras (7 Páginas) • 619 Visitas
LA ESCULTURA DE PERGAMO
Durante la época aqueménida, Pérgamo fue un asentamiento poco importante dentro de la Satrapía de Sardes, gobernado por dinastías locales, con una autonomía limitada. Tras Alejandro, el diadoco Lisímaco confió la ciudad y su tesoro a Filetero, quien se pasó al mando de Seleuco. Tras la muerte de Lisimaco y Seleuco, Filetero se quedó prácticamente independiente. En el 279 a.C. se produjo al invasión de las tribus celtas o gálatas y Filetero se enfrentó a ellos.
Tras su muerte, le sucedió en el trono su sobrino Eumenes I (263-241 a.C.) que derrota a los gálatas y a los seleucidas. Sus victorias incrementaron los territorios y comienza el mecenazgo a filósofos y artistas buscando ser la nueva Atenas.
En el 241 a.C. le sucede su hijo adoptivo Atalo I (241-197 a.C), quien venció repetidamente a los gálatas y engrandeció el reino. Levantó una serie de monumentos conmemorativos a sus victorias.
La primera escuela de Pérgamo
Durante la época de Eumenes y Atalo trabajaron varios artistas que realizaban representaciones de las batalla de estos gobernantes contra los gálatas: Isógono, Pirómaco, Estratónico y Antígono.
Pirómaco de Atenas realiza retratos con cabellera alborotada, trazado amplio de cejas y frente fruncida, para evocar rostros de personajes históricos. Estratónico de Cizico, trabajaba la plata, aunque no sabemos nada más obre él.
De Isógono, no se tienen noticias; puede ser una mala transcripción del nombre de Epígono de Pérgamo, nombre que aparece firmando siete basas escultóricas situadas en la acrópolis de Pérgamo. Plinio le atribuye El Galo moribundo y La Amazona muerta.
Debía ser el director de los monumentos que se levantaron para conmemorar las victorias sobre los gálatas, una iconografía en la que los protagonistas eran los vencidos y no los vencedores: cuanto más feroz o corpulento es el vencido, mayor gloria para el vencedor. Se trata de representaciones de galos, sirios , amazonas y gigantes heridos o muertos, imágenes articuladas de forma piramidal, cuerpos muy geométricos, voluminosos, con gran dramatismo y teatralidad con numerosos detalles anatómicos.
De la época de Atalo I, se realizó para el santuario de Atenea en Pérgamo el llamado Galo Ludovisis, quizás obra de Antígono de Corinto, escultura rica en puntos de vista, con forma piramidal y gran dramatismo.
El Gálata moribundo, atribuido a Epígono, con atributos habituales de los gálatas: torques, escudo, trompeta larga y curva. Intensidad y dramatismo, anatomía exagerada.
Relacionadas con estas esculturas, pero ya de unos años después, son un grupo de más de 20 figuras conocidas como Grupo Atálida Menor, que debieron formar parte de un mismo monumento realizado en época de Atalo I (hacia el 200 a.C. ) o Atalo II (150 a.C.). Son figuras de persas y gálatas realizadas en bronce, a 2/3 de tamaño del natural, cargadas de patetismo.
La segunda escuela de Pérgamo
Con Eumenes II (179-159 a.C), Pérgamo se convierte, gracias a sus construcciones, en un inmenso escenario. Se produjo un engrandecimiento de la capital con monumentos de gran calidad que buscan identificar a esta ciudad con la Atenas de Pericles.
La obra más significativa de este periodo es el Gran Altar de Zeus, iniciado hacia el 190/180 a.C. a raiz de las nuevas victorias sobre los gálatas y sobre los reinos el Ponto y Bitinia, así como para conmemorar la instauración del festival de los Nicefaria.
Se construyó sobre una terraza en la acrópolis de Pérgamo, al sur del templo de Atenea. Se accede por el Este. El altar está compuesto por un ancho podio decorado con friso corrido sabre el que se superpone una columnata de orden jónico, formando una U abierta en cuyo centro se disponía una amplia escalinata dispuesta en el lado occidental. El friso tiene una longitud de 120 m. de longitud y 2,28 m. de altura. Está decorado con el tema de la Gigantomaquia habitual en el mundo griego, pero con una redistribución de dioses que ha tenido diferentes interpretaciones.
Según la interpretación tradicional, al Este se encuentran las principales divinidades del Olimpo, entre ellos Zeus y Atenea. Al sur, las divinidades del cielo diurno y la luz.. Al norte, las divinidades de la noche, entre ellas Nix. Al oeste, los dioses del mar y Dionisos.
Junto a los dioses principales, numerosos dioses menores y personificaciones de fenómenos celestes, además de animales vinculados con las divinidades (los perros de Hécate, el águila de Zeus… ), así como dioses de aspecto monstruosos.
Los Gigantes son seres antropomorfos con piernas acabadas en colas de serpientes.
A partir de esta interpretación clásica, ha habido otras muchas como la basada en la obra de Hesiodo (Teogonia, 105-107 y 135 ss.): todos los dioses del friso están repartidos en grupos que corresponden a las tres principales familias de dioses citadas a comienzos de esta obra. Los descendientes del Ponto, de Nix y de Gea-Urano.
Las características de esta obra constituyen el llamado “barroco helenístico”: las caras están en tensión, salvo los dioses que emanan serenidad, pero casi todos los cuerpos están en tensión, con musculaturas exageradas. Ropajes abultados y figuras con fuertes escorzos. Es un friso continuo en el que las acciones se van desarrollando unoas junto a otras, ensayándose nuevas posturas, aunque otras siguen posturas ya realizadas con anterioridad, como Zeus y Atenea que siguen el Poseidón y Atenea del frontón occidental del Partenón.
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