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LA VIRTUD DE METER EL DIABLO EN EL INFIERNO.


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2013  •  2.735 Palabras (11 Páginas)  •  1.484 Visitas

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LA VIRTUD DE METER EL DIABLO EN EL INFIERNO.

1.- Introducción.

1a .- Critica y oposición a los excesos cometidos por el clero.

Finalizando la Edad Media la Iglesia había acaparado inmensas fortunas. Era de hecho la institución más organizada y considerada como una potencia universal presidida por el papa. Las sedes episcopales y las abadías estaban monopolizadas por los miembros de las grandes familias que deseaban encontrar una carrera lucrativa sin abandonar sus actividades seculares. Algunas familias, traficaban con los derechos pagados a los tribunales eclesiásticos y llevaban a cabo otros arreglos financieros, engendrando así muchas prácticas simoníacas.

Por si fuera poco, estos dignatarios no tenían por norma cumplir con sus obligaciones, sus vidas transcurrían en las cortes o en sus casas señoriales, no visitaban a sus diócesis más que para tomar posesión de ellas. Los miembros del clero bajo, que procedían del pueblo común y con él compartían su existencia no eran ni más ni menos depravados que el resto de sus contemporáneos, pero como sus superiores, no se distinguían del cuerpo general de los fieles y habían olvidado también el significado de la vida religiosa.

Esta realidad la refleja brillantemente Paul Hazard en su libro “La crisis de la conciencia europea” donde dice: “Se trataba de saber si se creería o si no se creería ya; si se obedecería a la tradición, o si se rebelaría uno contra ella; si la humanidad continuaría su camino fiándose de los mismos guías o si sus nuevos jefes le harían dar la vuelta para conducirla hacia otras tierras prometidas...”

Contemporáneamente se va gestando en Europa un movimiento de crítica y oposición a los excesos cometidos por el clero. Este movimiento hallará más tarde su máximo esplendor en el erasmismo pero sobre todo en la Reforma protestante. En Italia se dan con bastante anterioridad las circunstancias apropiadas para el advenimiento de esta revolución social y cultural. El cambio en las estructuras económicas, propiciado por la llegada al poder de la burguesía en las ciudades estado italianas durante el XIII, son el motor del cambio de mentalidad (importancia del individuo, revalorización de lo material y arraigo en lo terrenal) con el que se inicia el Renacimiento.

El monopolio cultural y espiritual ejercido durante siglos por la Iglesia, unido a la desproporcionada acumulación de riquezas y poder que llevó a cabo esta institución, consiguió despertar las críticas acerbas de los pensadores y hombres cultos de la época, como Boccaccio.

Por ello, en su obra el Decamerón es muy frecuente encontrar monjes lascivos, eclesiásticos ambiciosos o monjas poco escrupulosas con los preceptos cristianos. En general, la obra resulta ser un reflejo bastante fiel de la realidad del momento, de tal manera que el estamento eclesiástico sale bien poco favorecido.

1a.- Biografía Giovanni Boccaccio.

Se desconoce el lugar de nacimiento de Giovanni Boccaccio, si bien se piensa que pudo ser París, en 1313. Falleció en Certaldo, Italia, el 21 de diciembre de 1375.

Hijo ilegítimo de un banquero y una mujer desconocida, se crió en Florencia, desde donde marchó a Nápoles a estudiar comercio. Dejó sus estudios de comercio para dedicarse al Derecho Canónico, área que también abandonó para entregarse al mundo de las letras, influido sobre todo por su autor favorito, Dante Alighieri.

Su contacto con la corte napolitana de Roberto de Anjou, y con la mujer llamada Fiammetta (probablemente se tratara de Maria dei Conti d‘Aquino, hija ilegítima del rey de Nápoles) inspiró sus primeras obras, si bien la figura de la Fiammetta estaría presente a lo largo de su vida literaria.

Por asuntos familiares tuvo que regresar a Florencia, donde un brote de peste en 1348 le inspiró a escribir el Decamerón. La peste negra (1348-1351) aniquiló una tercera parte de la población europea. Los autores de la época elogiaban el goce temporal ya que la muerte acecha por todos lados. Escritores españoles, ingleses, franceses e italianos presentaban la misma perspectiva: la necesidad del placer inmediato frente a la brevedad de la vida. Recordemos un verso del poeta Petrarca: “La vita fugge e non s’arresta un ora”.

El éxito de esta obra le llevó a obtener varios cargos públicos de tipo diplomático, lo que le sirvió para entrar en contacto con el poeta Petrarca, con quien mantuvo una gran amistad hasta la muerte de éste. Tras una breve y decepcionante estancia en la corte de la reina Juana I de Anjou en Nápoles, se retiró a su casa de Certaldo, donde residió hasta su muerte en 1375

2.- Resumen del texto.

2a.- La virtud de meter al diablo en el infierno.

El texto motivo de estudio corresponde a la novela décima de la tercera jornada del libro del Decamerón. Cuya síntesis exponemos a continuación.

Alibech era hija de un hombre rico. Se había criado fuera de la fe cristiana, pero en su ciudad siempre se oyó hablar de la bondad de la religión católica. Por lo que un día decide ir en busca de alguien que le enseñe a ponerse al servicio de Dios. Preguntó hasta que encontró la respuesta: solo las personas que habitan en la soledad del desierto de Tebaida, podrán ayudarla.

Alibech se puso en camino. Durante el trayecto encontró un buen hombre que la acogió, pero por temor a que el diablo se hiciese con ella la encaminó hacia quien a su entender, mejor la ayudaría. Su nombre era Rústico, un joven, santo varón ermitaño.

Alibech vivió junto a él en su celda. Una noche, Rústico cayó en la tentación y deseó como nunca a Alibech y empezó a urdir la mejor oportunidad para hacerla suya. Le enseño que la mejor manera de servir a Dios era la de “meter el diablo en el infierno”.

Al principio le dolió, no estaba cómoda, pero tras varias veces de “meter el diablo en el infierno” la situación empezó a ser agradable y sentirse llena de placer. Alibech queriendo complacer a Dios, le pedía a Rústico con frecuencia que le ayudase a calmar “la rabia de su infierno” pero este ya no podía cumplir.

Sucedió que la familia de Alibech pereció en un incendio y un joven del pueblo, Neerbele, que conocía su paradero, fue en su busca para casarse con ella y así poder heredar. Ambos regresaron del desierto y se casaron. Alibech les contó a las vecinas, a qué se dedicaba en el desierto y terminó invitándolas a hacer lo mismo: a servir a Dios metiendo el diablo en el infierno.

Se trata de un tema sorprendente y escandaloso para la época: el sexo visto con un tono desenfadado, humorístico y hasta sacrílego. Boccaccio, una vez más, muestra su tolerancia con las debilidades humanas y su sentido del humor y la crítica.

Los dos personajes tienen rasgos

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