LAS EMPRESAS Y EL MUNDO DE LOS NEGOCIOS DURANTE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL: ENTRE LA FAMILIA Y EL CONTRATO
Enviado por C Prieto • 15 de Enero de 2016 • Resumen • 1.153 Palabras (5 Páginas) • 748 Visitas
HISTORIA ECONÓMICA
Lectura Tema 2
LAS EMPRESAS Y EL MUNDO DE LOS NEGOCIOS DURANTE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL: ENTRE LA FAMILIA Y EL CONTRATO
A finales del siglo XVIII y principios del XIX, tanto la incertidumbre como el riesgo formaban parte del mundo de los negocios. La familia continuaba siendo la fuente principal de ingresos y a ella se recurría para captar trabajadores de confianza y dinero.
En las zonas en las que se desarrolló una cultura de “alta confianza”, los costes de transacción se redujeron visiblemente. En estas regiones destacó la creación de una estructura empresarial cooperativa, donde las empresas especializadas se ayudaban entre sí.
En líneas generales la empresa familiar tendió a repartir dividendos únicamente cuando disponían de capital suficiente. Esta política no podía ser aplicada en el caso de las sociedades anónimas, pues en períodos de dificultad, se veían obligados a repartir dividendos para evitar una caída del valor de sus acciones.
Durante el siglo XIX tanto familia como empresa permanecieron inseparables. La inicial incertidumbre y la obtención de ingresos regulares fueron los objetivos principales de los empresarios británicos. La compra de propiedadess, además de la obtención de prestigio social, conllevaba un fin económico, constituyendose una fuente regular de ingresos y una especie de fondo seguro de reserva al que podían recurrir en caso de que otros negocios no fuesen bien.
En el mundo empresarial durante la Revolución Industrial, tanto el comercio como las finanzas mantuvieron su importancia, siempre y cuando no aumentaron. En el caso de Gran Bretaña, el índice de ocupación comercial y financiera, pasó de un 25% a un 60% en menos de diez años.
LOS ORIGENES SOCIALES Y LA FORMACIÓN DE LOS EMPRESARIOS
Tras la Revolución Industrial se conformaron dos clases sociales, los empresarios y por otro lado los trabajadores, con perfiles muy distantes y diferenciados entre sí. Dentro de las clases existía posibilidad de ascenso, es decir, dentro de la clase media, por ejemplo, existió una cierta movilidad social ascendente de los estratos bajos hacia los altos. La Revolución Industrial amplió las posibilidades de hacer negocios y por consiguiente adquirir riqueza y estatus social.
La gran mayoría de los empresarios eran varones puesto que en todos los países la mujer tenía una posición legal subordinada a la de su padre o marido.
LOS ORIGENES Y LA FORMACIÓN DE GERENTES, EMPLEADOS Y CONTABLES
La fábrica representaba una nueva forma de organización del trabajo y la producción, ésto implicaba un mayor número de tareas bajo la responsabilidad del empresario. Éste debía invertir capital en maquinaria y edificios, contratar mano de obra, adquirir materias primas y de manera genera, supervisar el proceso de producción.
En los inicios de la Revolución Industrial no existía una educación formal, ni para el personal de oficina ni para los directores de empresa. Los requisitos de los primeros se reducía a leer y escribir. La formación de ese personal se centró en las fábricas o en las casas comerciales. Más adelante, a medida que el desarrollo industrial se consolidaba, apareció un nuevo sistema educativo formal tanto para técnicos como empleados o directivos.
El desarrollo del sistema educativo, al menos en lo que a la educación técnica se refiere, fue sobre todo en función de la demanda.
La promoción de obreros cualificados fue mayor en aquellos sectores que requerían una mayor capacitación técnica, sucedió en la metalurgia y las industrias mecánicas.
LA FORMACION DE LA CLASE OBRERA Y LAS RELACIONES ENTRE TRABAJADORES Y EMPRESARIOS
Tras conseguir el capital necesario para realizar inversiones en lo que a maquinaria y edificios se refiere, los empresarios precisaban disponer de una elástica oferta de mano de obra. Para los trabajadores la Revolución Industrial amplió las oportunidades de trabajo. La demanda creció, tanto para el trabajo en fábricas como para el trabajo en pequeños talleres o domicilios particulares.
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