LIBRO DE JULIO VILORIA
Enviado por juditrebeka • 13 de Octubre de 2013 • 8.424 Palabras (34 Páginas) • 556 Visitas
UN GERENTE CON VISION DE FUTURO
AUTOBIOGRAFIA DE JULIO VILORIA ZAMBRANO
Infancia
Mi infancia fue con mucha pobreza hoy estoy sesentón y gracias a Dios y San Marcos de León, la pobreza fue desapareciendo, por lo tanto me he progpuesto un deber de ayudar a las personas que tengan el mismo problema que tuve cuando niño.
Al recordar mis primeros años, puedo decirles que mi nacimiento fue en la calle Las Flores de El Dividive, un día Miércoles 29 de Marzo de 1939 a las 7:00 pm nací yo Julio José Viloria Zambrano hijo de Consuelo Zambrano, natural de Sabana de Mendoza y de José de Jesús Viloria León, quien tenia varias mujeres, formaba parte de uno de los 20 hijos siendo la causa de la separación de mis padres.
Mis abuelos, mi abuela Sra. Maria Zambrano (Chana) quien fue la fundadora del pueblo de El Dividive y mi abuelo el General Nicanor Gaviria quien era el Gerente del ferrocarril de la Ceiba. Mis abuelos paternos fueron Don Vitaliano Viloria quien era propietario del expendio de medicinas del pueblo y el mismo preparaba muchas de las medicinas que se expendían entre ellas, colirios, purgantes, ungüentos, el cual lo hizo muy famoso, mi abuela Angelina León de Viloria, ella se dedicaba a los quehaceres del hogar.
Soy hijo reconocido por lo tanto firmo Viloria, soy el segundo hijo de mi mama, la primera se llama Ligia y murió de 6 meses de nacida. Fui presentado en la Prefectura de El Dividive el 25 de Julio del mismo año, con el nombre de Julio José, el cual fue puesto por mi papá en honor a su hermano que llevaba el mismo nombre.
Me cuenta mi madre, que cuando comencé a gatear mi papa tenia un gallo de pelea, amarrado y me dio un espuelazo por la cien izquierda, que ya me mataba como también me cuentan que me metía debajo de la cama de mi bisabuelo Urbano Zambrano que estaba muy viejo y me tomaba los orines de la totuma.
Con el transcurrir de los años, cuando contaba con cuatro añitos, recuerdo que mi cama era de viento (lona) y al llover, la casa se mojaba, ya que era una casita de palma, barro y de pisos de tierra, sin contar con agua potable y ni pozos sépticos y la sala se encontraba dividida con el cuarto por medio de un cancel, contraído con tela y madera. Tenia que estar moviendo la cama de un lado para otro. Hacia mandados a la bodega del Sr. Waldo Zerpa y yo le decía Vayo y me ponía los dedos en la boca y me soplaba los cachetes para que supiera que era un cigarro, para ese tiempo vendían los cigarros Capitolio en rollo, igualmente cuando iba a comprar panela, el le decía Chuna, a cada uno de nosotros nos identificaban con un sobrenombre distinto, a mi hermano Jesús le decía Chichia, a Arnoldo le decía Nono y a mi “Pija de oro”.
A los cinco o seis años, me pusieron en la Escuela del maestro Emigdio Olmos, tuve muy poco tiempo en esa escuela, se usaban las banquetas como pupitres, pase al primer grado en la Escuela “Enrique Flores”, en una casa que era propiedad de Dona Elisa Pulgar que estaba ubicada en el centro del pueblo.
Mi primer maestro fue uno de apellido Perdomo, después otro de apellido Briceño, así como la maestra Enna Pérez, la cual hoy es esposa de mi primo Chalipe Olmos, en ese tiempo como suplente fueron: Julieta Viloria y Luisa Zambrano.
Mi maestro de segundo grado fue José Maria Matos, recuerdo a la maestra Teresa Parra, que para ese entonces la vi. besándose con el maestro Matos, pero me quede callado.
En cuarto grado me toco con la maestra Teresa Parra y en el examen final saque 9 puntos y yo le dije a la maestra que si no me pasaba yo iba a decir que la había visto besándose, al día siguiente cuando mi mama vino a retirar el boletín le dijo que yo avía pasado de barriga con 10 puntos. Yo siempre andaba de pantalón corto y cotiza y fui seleccionado para la llegada del Presidente Rómulo Gallegos de Sistema de Riego de El Cenizo, era una fila de varones y una de hembras, cada uno con una banderita nacional y el Presidente Rómulo Gallegos nos dio la mano a cada uno, como también recuerdo que teníamos un club de pelotas en cuarto grado, que lo conformaban: Elis Molina, Héctor Molina, Enrique Jiménez, Toñito León, Ezequiel Vergara y otros. Ezequiel y yo le escribíamos cartas a mano al Coronel Marcos Pérez Jiménez, Presidente de Venezuela y le enviábamos por correo y fue hasta la tercera vez que nos envió un telegrama que nos decía: “dirigiese al Instituto del Deporte de Trujillo, para recoger un equipo de béisbol” y firmaba el mismo Coronel, enseguida mi abuela Chana me quito el telegrama y fue y buscó al papá de Ezequiel, Nicomedes Vergara y a nosotros nos encerraron en un cuarto y nos dieron una paliza y nos decían que nos iban a meter presos, ellos dos muy adecos y nunca recogimos el equipo por miedo.
Para este mismo tiempo, vinieron los misioneros al pueblo, para hacer las primeras comuniones, yo escoge como Padrino, al Sr. Luís Lujano, propietario de una finca, el siempre me daba una locha y caramelos y cuando andaba cazando palomas yo llegaba a la finca y me daba de comer.
Para hacer la Primera Comunión, iba a comprar unos pantalones largos, una camisa y unos zapatos, hable con el que traía la prensa de Valera, para yo repartirla a los parceleros, el me ponía el periódico a locha y yo lo vendía a medio, era el periódico “La Esfera”, que venia desde Caracas y llegaba cada dos días. Pero el día que me toco hacer la Primera Comunión el señor no me pagó y mi primo Joseito Carrasqueño y mi mamá, fueron donde un señor llamado Pancho Rivas, que tenia un negocio y le propuso que me diera unos zapatos mocasines marca Rex, que se lo pagaría con cocadas, besos y cucas que ella hacia en el horno, el no quiso y entonces mi mamá me puso los que tenia que era el pantalón, la franela y las cotizas viejas.
Cuando Salí de la casa para ir a la iglesia, en la casa de Carlos Francis, que era donde pasaban las películas mudas, salio un perro y me mordió y me rompió los pantalones, aun conservo la marca, mi mamá me curó y fui con un pantalón corto que me regalo Chalipe Olmos y con cotizas a hacer la Primera Comunión.
También para ayudar a mi mamá que éramos tres hermanos, trabajaba de ayudante vendiendo besos y cucas en el cine de mi Padrino Amable Barreto y el operador era mi tío Aurelio Zambrano, ganaba un bolívar, cuando se pasaba la película, porque había días que no había gente y se suspendía, a mi padrino le pedí una bicicleta marca Rally, la cual me la trajo y me dijo que me costaba 15 bolívares y que me la descontaría con trabajo, esta bicicleta a los tres días la pare frente al negocio de Pedro Peña que funcionaba en la Carretera Panamericana y me entretuve tanto viendo bailar y mirando a las mujeres de vestidos largo y pintadas que nunca las había visto y cuando
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