LOS NIÑOS EN EL AULA Y EL TRABAJO DE LA EDUCADORA

“LOS NIÑOS EN EL AULA Y EL TRABAJO DE LA EDUCADORA”

La educación en la escuela trata del aprendizaje de los niños. Los niños son distintos unos de otros y responden de forma diferente a enfoques distintos. No es posible ni útil enseñar individualmente a los niños, pero si necesitan atención individualizada.

El niño llega al mundo con un conjunto de habilidades, tendencias y características heredadas. En los años de escolarización se desarrolla como persona individual. El hogar y la escuela interaccionan con estas habilidades personales, intereses y limitaciones.

Un punto importante es el juego, ya que este es más útil cuando el adulto toma parte en él y lo emplea para el aprendizaje del niño.

Sin embargo la influencia más poderosa en la vida de un niño es el hogar y los padres son las personas más influyentes, pues son el primer contacto que tiene el niño desde pequeño, y ahí es donde convive la mayor parte del tiempo.

Pero no hay que dejar a un lado la escuela ya que la escuela tiene gran importancia en la formación del individuo en cada etapa de la educación. La influencia de la escuela se ha reconocido desde el principio de la educación formal.

El desarrollo del niño se da en diversos aspectos. El desarrollo del lenguaje es una de las áreas de trabajo más importantes para el maestro y se considera que es la piedra angular de la educación de todo niño. El lenguaje es el medio en que se expresa una buena parte del pensamiento humano. Es el medio principal mediante el que el niño aprende.

Como podemos ver es una tarea conjunto entre padre-hijo-educadora y la participación debe ser activa, para que funcione y se obtengan bueno resultados. Sin embargo en algunas ocasiones no es así pero debemos de propiciar la colaboración no solo en nuestros alumnos sino en los tutores también, además de concientizar a los padres de la importancia del asistir al preescolar, que no solo es ir a jugar o a entretenerse sino que en verdad aprenden, por supuesto que ello depende de la persona que esté al frente del grupo.

El trabajo de la educadora debe ser dinámico, innovador, creativo, con imaginación, significativo, con un propósito bien definido pero sobre todo con un sentido formativo.

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