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LOS REGÍMENES MILITARES DEL SIGLO XX EN EL SALVADOR


Enviado por   •  29 de Mayo de 2017  •  Ensayo  •  11.794 Palabras (48 Páginas)  •  1.523 Visitas

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LOS REGÍMENES MILITARES DEL SIGLO XX EN EL SALVADOR

PRIMERA FASE: EL AUTORITARISMO MILITAR-DESARROLLISTA 

En el mes de diciembre de 1948, los militares le dieron el golpe de Estado al presidente de la República el general Salvador Castaneda Castro. Al golpe de Estado se le llamó “la Revolución del 48”. Inmediatamente del golpe, se organizó una junta formada por civiles y militares. La cual estaba integrada por los militares: coronel Manuel Córdova, Oscar Bolaños y Oscar Osorio. Y por los civiles: Reynaldo Galindo Pohl y Humberto Costa. Esta junta se comprometió a instaurar un sistema democrático, garantizado por la puesta en práctica de reformas y por la elevación del nivel de vida de los salvadoreños. Luego del golpe se creó un nuevo partido oficial, el PRUD (Partido Revolucionario de Unificación Democrática), con el fin de llevar a la presidencia al coronel Oscar Osorio (1950 – 1956), líder del golpe de Estado, quien resultó electo a principios de 1950.

GOBIERNO DEL CORONEL OSCAR OSORIO 

Con la llegada de Osorio a la presidencia en 1950, su administración inició un proceso sin precedentes de reemplazo del liberalismo económico por un modelo de intervención estatal. La constitución de 1950 le otorgó al Estado los poderes para intervenir en la economía con el fin de “asegurar la dignidad humana a todos los habitantes del país”. También restringió la libertad económica “donde hubiera conflicto con los intereses sociales”. Incluso la propiedad privada, prácticamente un símbolo religioso para la elite agraria, fue constitucionalmente protegida únicamente como propiedad en “función social”. El Estado asumió los poderes para regular los días laborales y los salarios mínimos así como las relaciones laborales. Después de imponer variedad de programas diseñados para promover la industria y reducir el costo urbano de vida a través de programas de vivienda, seguridad social y subsidios a la canasta básica. Los altos precios del café aumentaron los ingresos del Estado para realizar estos proyectos. Sin embargo el mayor énfasis de la inversión pública fue en el desarrollo de la infraestructura, incluyendo puertos, proyectos hidroeléctricos y carreteras. Por ejemplo se construyeron las carreteras del litoral, el puente sobre el río Lempa (“puente de oro”), el Puerto de Acajutla, la represa hidroeléctrica “5 de noviembre”, la cual permitió que la energía eléctrica fuera barata y con ello, apoyar a las nuevas industrias. La industrialización también fue impulsada, lo que dio como resultado el surgimiento de diversas industrias como calzado, cemento, productos químicos, etc. El gobierno combinó estas medidas desarrollistas y populistas con algunos pasos preliminares hacia el cooperativismo. Creó un sector sindical oficial, confinado al sector industrial, y un partido oficial, el Partido revolucionario de la Unificación Democrática (PRUD), que buscaba una integración vertical de diferentes clases sociales y grupos de interés, similar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México, donde Osorio había vivido. El PRUD falló en lograr la legitimidad revolucionaria o la estructura rural organizada que fortaleció al partido mexicano. Nunca desarrolló una estructura partidaria permanente, la cual desaparecía prácticamente en los períodos que no había elecciones, dejando a los ciudadanos sin los mecanismos partidarios locales a través de los cuales pudieran canalizar sus demandas. La mayoría de los organizadores principales del PRUD habían estado ligados al partido Propatria de Martínez y eran inefectivos para construir un genuino partido de masas. La legitimidad que Osorio ganó inicialmente fue minada rápidamente, en la medida que su gobierno fue ganando la reputación de corrupto e insensible a las demandas populares. Osorio manipuló al Consejo Central de Elecciones (CCE) para asegurar que efectivamente no hubiera elecciones libres y competitivas. Desde 1952 hasta su desmantelamiento en 1961, el PRUD controló todos los asientos de la Asamblea Legislativa, excluyendo al opositor Partido de Acción Renovador (PAR), que se había originado en el movimiento contra Martínez en 1944 y había logrado un respetable 43% de los votos en las elecciones presidenciales de 1950. En 1952 Osorio reprimió la izquierda, encarcelando a cientos y exiliando a los más conocidos líderes del clandestino Partido Comunista. Simultáneamente Osorio apeló a la amenaza comunista en Guatemala, con el ascenso de Jacobo Arbenz, para justificar las reformas sociales y evitar el aumento del descontento popular. Este argumento persuadió a la elite social para tolerar el aumento de impuestos y las medidas desarrollistas del PRUD, e incluso en ir lejos con las políticas que permitieron una mayor organización al nivel urbano. En la mitad de la década de los 50’, un dilema básico para la revolución de 1948 llegó a ser evidente. Los militares no podían mantener un amplio apoyo popular sin proporcionar beneficios materiales a la población, y no podían hacer esto sin minar el apoyo que recibirían de las elites civiles. Al final de su período, Osorio estaba desacreditado tanto con la elite civil como con la población en general, sin haber podido satisfacer las expectativas de ninguno.

GOBIERNO DEL CORONEL JOSÉ MARÍA LEMUS

 El teniente coronel José María Lemus, asumió el poder el 14 de septiembre de 1956. Durante todo el mandato del presidente Lemus, el acuerdo entre militares y oligarquía fue evidente. Hizo declaración de su patrimonio al asumir la presidencia, ante la Corte Suprema de Justicia. Inició una precipitada obra social. Decidió que había que impulsar la vivienda mínima para el campesino, con un terreno adyacente que pudiera cultivar (Proyecto Metalío). Había que establecer el salario mínimo, la dieta alimenticia para el campesino, etc. Todo esto incomodó a la oligarquía. Lemus continuó con el mismo esquema de incómodo equilibrio entre reformas y represión. Puso en su gabinete de gobierno a prominentes abogados ligados con la elite agraria, quienes fungieron como ministros de relaciones exteriores, justicia, economía, interior y de trabajo. La necesidad de hacer contrapeso a la orientación hacia las clases altas de su gobierno llevó a Lemus a realizar una apertura política que permitió el regreso de los exiliados políticos y permitió una mayor libertad sindical. Los comunistas exiliados por Osorio regresaron y resumieron sus actividades. La Confederación General de Trabajadores (CGT), coordinada por el Partido Comunista, surgió como la organización laboral más militante del país. La baja en los precios del café en 1957 y 1958, combinado con un alza de los productos de la canasta básica, provocó grandes manifestaciones contra el gobierno. La revolución cubana de 1959 promovió una mayor militancia y combatividad de los movimientos populares y la izquierda empezó a contemplar la posibilidad de las revoluciones, a pesar de que hasta ese momento no estaba preparada para una lucha armada. Lemus había agotado el rango de reformas tolerable para la oligarquía. Además había dañado su relación con los cafetaleros por intervenir en el mercado del café en 1958 y 1959, cuando los forzó a reducir sus ventas en un esfuerzo para neutralizar la caída de los precios del producto. En lugar de profundizar en su línea reformista, Lemus optó por la represión, 3 tropas a disparar contra las manifestaciones y arrestando a cientos de activistas de los grupos populares organizados. Debido a unas actuaciones algo subidas de tono, por parte de los estudiantes universitarios, el presidente Lemus descargó su exasperación ordenando a la policía el allanamiento de la Universidad Nacional de El Salvador. Estudiantes y profesores fueron vejados, en cuenta el propio rector Dr. Napoleón Rodríguez Ruiz. Un estudiante murió de los golpes recibidos. También ordenó la captura y golpiza que sufrió el excanciller Roberto Canessa, quien murió, poco tiempo después de haber sido puesto en libertad. Pronto el descontento se generalizó, no solamente dentro de los civiles, sino también dentro del ejército. La represión de Lemus, dejo de desalentar la protesta popular, catalizó una amplia movilización. Grupos de clase media, estudiantes y miembros del Partido Comunista formaron el Partido Revolucionario de Abril y Mayo (PRAM), cuyo nombre rememoraba los meses de la rebelión contra Martínez, en 1944. Osorio quien había continuado activo dentro del PRUD, rompió con Lemus y formó el PRUD Auténtico. Posteriormente, un nuevo movimiento llamado Frente Nacional de Orientación Cívica (FNOC) aglutinó a trabajadores, a grupos cívicos, al viejo PAR y al PRAM en un amplio frente opositor. Las intensas confrontaciones políticas crearon profundas divisiones entre los militares. El 26 de octubre de 1960, un movimiento reformista, apoyado por oficiales jóvenes, Osorio y la FNOC, derrocó a Lemus en un incruento golpe. Los golpistas escogieron tres civiles de la Universidad Nacional con conexiones con el FNOC para integrar la Junta, junto con dos coroneles y un mayor. Sin embargo el nuevo gobierno fue vulnerable a los cargos de que estaba abriendo las puertas al comunismo. Los tres civiles en la junta fueron vinculados con organizaciones en las cuales los comunistas tenían una considerable presencia ya demás tenían contactos personales con los comunistas activos en la Universidad Nacional. EE.UU. se rehusó a reconocer a la junta, lo que redujo el apoyo a la junta entre los militares. En la creta de la revolución cubana, los oficiales del ejército anticiparon que necesitarían ayuda estadounidense para enfrentar a los elementos izquierdistas. Las organizaciones populares que habían continuado creciendo durante la administración de Lemus, a pesar de la represión, ahora florecían aún más bajo la política progresista y más tolerante de la nueva junta. Los líderes laborales que habían sido exiliados previamente regresaron. Los vínculos de la junta con las organizaciones de masas de la izquierda, y su intención de realizar elecciones libres, alarmó a los sectores más conservadores de la Fuerza Armada y a los miembros de las clases altas. El 25 de enero de 1961, la junta reformista cayó por un golpe de Estado liderado por un grupo de oficiales de rango medio y alto. En respuesta, una manifestación multitudinaria marchó a uno de los cuarteles que todavía apoyaban a la junta y pidió armas. Cuando los oficiales se negaron, la multitud marchó a través de la ciudad hacia los cuarteles que apoyaban a los golpistas, con la intención de mostrar su oposición al golpe. En la ruta, la multitud fue ametrallada. Cuando los seguidores de la junta amenazaron con una huelga general, los líderes golpistas llamaron a unidades de la Policía Nacional y de la Guardia Nacional para dispersar a los manifestantes. Cerca de cien personas fueron muertas por los disparos. Los miembros de la junta fueron arrestados y exiliados. Al igual que en 1948, una asamblea de oficiales se reunió para elegir su nuevo liderazgo, el cual recayó en el teniente coronel Julio Adalberto rivera y el coronel Aníbal Portillo como miembros iniciales de un nuevo Directorio Cívico Militar. Tres civiles conservadores de la elite civil se incorporaron como miembros del Directorio. Las políticas implementadas por el Directorio reflejaban una notable continuidad con el modelo de Martínez y el modelo de 1948: el nuevo gobierno primero estableció sus credenciales represivas y de protección de los intereses oligárquicos, y después procedió a la realización de las reformas prometidas, buscando legitimarse y aplacar el descontento popular. Sin embargo las reformas fueron periféricas para atacar las causas del descontento y probaron ser poco efectivas en incorporar amplios sectores de la población como base social de su gobierno. Los EE.UU. rápidamente reconocieron al Directorio, satisfechos por el hecho que tenía elementos más “responsables”, tanto civiles como militares. El nuevo gobierno se benefició de un incremento en los niveles de la ayuda, bajo la Alianza para el Progreso, incluyendo préstamos blandos por un total de 25 millones de dólares en 1961.

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