La Ciudad Antigua
Enviado por genesis3 • 21 de Mayo de 2013 • 21.700 Palabras (87 Páginas) • 398 Visitas
Gracias a los pensamientos y a las costumbres que se conocen a cerca de Grecia y Roma en sus últimos tiempos, podemos conocer las idea que tenía el hombre en un principio acerca del alma y de la muerte.
Ellos creían que después de esta vida existía una segunda debajo de la tierra, creían que el cuerpo y el alma seguían unidas en aquella otra vida, por lo cual enterraban a los muertos con ciertas pertenencias, ropas, animales, y hasta personas esclavas que creían podían necesitar en esa vida, porque les había sido de utilidad en ésta.
Debido a ciertas creencias, surgió la necesidad de dar sepultura y oraciones a los muertos, ya que creían que si un alma no tenía sepultura se convertiría en un alma errante y molestaría a los vivos por medio de apariciones, por lo que debían rendir ciertos ritos en los que daban ofrenda y depositaban comida, leche, vino, perfumes, etcétera, en honor al muerto y si alguien probaba de los alimentos que se les llevaba se creía que estaba condenado al hambre perpetua.
El culto de los muertos
Debido a las creencias se establecieron reglas de conducta, los griegos debían satisfacer la necesidad de comer y beber de los muertos por lo que fue una obligación que proporcionaran alimentos y bebidas, así como cumplir con ciertas fórmulas u oraciones que expresaban buenaventura a los muertos.
Se creía también, que una persona al estar muerta se convertía en un Dios, por lo que además de brindar el sraddha, que eran alimentos, debían a ofrecer sacrificios y libaciones, decían también, que a pesar de que una persona hubiese sido mala en vida, al morir se convertía en un dios bueno, pero cargando con todo lo malo que había hecho, en ese otro mundo, y si se descuidaba el sepulcro y los ritos de algún muerto, su alma se convertiría en una sombra errante.
Las almas errantes, decían, andaban en busca de un sepulcro para obtener la tranquilidad de los atributos divinos, de otra manera atormentarían a los vivos.
Los familiares pedían bondad y dones materiales a los muertos. Gracias a estas creencias, la muerte significó su primer misterio.
Fuego sagrado
Los griegos y los romanos debían tener en su casa un altar para los muertos en el que hubiera una llama de fuego que permaneciera prendida día y noche y si se llegase a consumir sería una casa en desgracia. El fuego más allá del significado físico, tenía un significado espiritual, ya que creían que la llama comía y bebía de las ofrendas que se le otorgaban, porque siempre que depositaban vinos, sangre, u otros alimentos, la llama se hacía más grande mostrando su presencia divina.
El fuego se tenía que mantener prendido con la leña de ciertas maderas, y se respetaba tanto como a un dios puesto que no podían hacer cosas ilícitas enfrente de éste, como la unión de los sexos.
Se llegó a ejemplifica a "Vesta", como le llamaban al fuego, con una figura de mujer, puesto que la palabra Vesta tenía origen del género femenino.
Al fuego se le pedían favores divinos y era costumbre rendirle culto siempre al principio y al final de cada comida.
Había un día especial en el que los familiares podían apagar el fuego, pero debían encender la llama inmediatamente con ramas y leña nueva de los árboles de los que está permitido.
Se cree que en un principio los griegos, indios y romanos vivían juntos en Asia central, de ahí que al separarse dichos pueblos, siguieran teniendo las mismas costumbres y creencias religiosas en cuanto al fuego.
Religión doméstica
Aquellas religiones primitivas ofrecían adoración a dioses específicos que podían haber pertenecido a su familia y era tradición que los hijos rindieran culto a sus padres después de muertos por medio del fuego en el altar, y ofreciendo comida fúnebres y oraciones.
No estaba permitido que ningún extraño por más amigo de la familia que fuese, estuviera presente durante las comidas, ya que cada una de ellas representaba una costumbre religiosa imposible de ofender. Se decía que si alguien no dejaba hijos, no podría descansar en paz puesto que no tendría quien le rindiera honores, y se convertiría en una alma o sombra errante.
En los cultos que se les ofrecía no había un rito específico que debía seguirse, cada familia tenía su propia forma de adorar a sus dioses, pero sin dejar que la llama se apagara.
Las creencias iban pasando de generación en generación, pero sólo de varón en varón, puesto que se decía que al darle el padre la vida a su hijo, le daba también, la creencia, el culto, y el derecho a mantener el lugar con su fuego sagrado; Las mujeres sólo podían participar en el culto al estar con su padre o su marido.
Poco a poco se obtuvieron resultados graves para el derecho privado y constitución de la familia.
Silvia Herrera Salas
Derecho Romano
Resumen del Libro segundo
De “la ciudad antigua”
Libro II.
Capítulo primero
la familia
la religión fue lo que constituyo la antigua familia, cada casa tenía un
altar en el que la familia se reunía cada mañana y cada noche para invocar las primeras y las últimas oraciones.
la familia se reunía enfrente del fuego en cada comida y tenían fuera de la casa un sepulcro del que estaban enterrados los muertos de la familia, juntos, sin haberse ido separados por la muerte.
La figura paterna representaba la autoridad y una especie de institución primordial, así como la superioridad sobre la mujer y los hijos, y por lo que el afecto y el nacimiento no era el fundamento de la familia.
capítulo segundo
el matrimonio
fue la primera institución establecida por la religión doméstica, la unión conyugal era esencial para los antiguos, cuando una mujer contraía matrimonio con un joven de otra familia, dejaba la figura paterna de su padre, valga la redundancia para pasar a ser parte de la otra familia, pertenecía a la familia del esposo, por lo que rendía culto y sacrificio en el hogar de su marido.
al matrimonio se le llamaba con una palabra que significaba "ceremonia sacra" lo cual nos dice la importancia que se le daba en aquellas épocas.
El dios doméstico era quien presenciaba dicha ceremonia, en Grecia a la ceremonia constaba de tres actos: el primero se hacía en la casa del padre en presencia del novio y la familia, se ofrecía un sacrificio después del cual se declaraba con la fórmula sacramental pegaba su hija al joven. Debían separarse del dios paterno para poder ir a adorar a otro Dios.
en el segundo acto, los heraldos o el marido conducía a la joven a su casa, se le cubría la cara con un velo y se le adornada con una corona y un vestido blanco que representaba el color para los actos
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