La Culminacion Del ELA

La Culminación del ELA

Un sueño de Muñoz

El ELA no habia cumplido dos años todavía cuando don Luis Munoz Marín previó su precaridad. En su Mensaje sobre la Situacion del Estado de 1954, don Luis advirtió sobre la necesidad de crecimiento de la fórmula estadolibrista: de no crecer, está abocado a desaparecer. Sus palabras precisas fueron:

“El crecimiento del ELA es lo que garantiza su permanencia. El pensar que no debe crecer y darse por satisfecho con que se que como está arriesgará su permanencia.”

El crecimiento al que se aludia era lo que dirigentes populares denominaron “culminacion” hacia el año 1960. Se trataba, decian, de un proceso continuo de cambio mediante el cual al ELA se le sumarían poderes mientras los del Congreso se reducirian correspondientemente. El proceso, a decir verdad, no tenía un punto de culminación porque siempre habria espacio para mejorar la relacion estadolibrista pactando nuevamente.

Don Luis Muñoz Marín estaba insatisfecho con su creación aun en 1952 cuando fue inaugurado. Razones tenia para su inconformidad. El proceso constitucional, iniciado en 1945, habia tomado siete años y nada habia que mostrar que justificara su renuncia y la de su Partido a antiguos anhelos separatistas.

Buscando consuelo para su frustración, don Luis elevó a la categoria de logro historico sin precedentes el haber constituido nuestra relación con los Estados Unidos sobre lo que calificó como una fórmula no colonial de “asociación por convenio”. Se basaba, reclamaba, en un pacto irrevocable con el Congreso cuyos terminos prodrian variar mediante acuerdo de las partes.

Nada se habia convenido concretamente sobre modificaciones al pacto a lo largo del proceso constituyente. No obstante, a juzgar por lo que vimos luego, muy poco tendria Puerto Rico que decir sobre enmiendas al convenio. Medulares serían las que pudieran menoscabar facultades del Congreso sobre su posesion insulara definida en la Ley 600 como “la Isla de Puerto rico e islas adyacentes dentro de su jurisdicción”. Los puertorriquenos, desde luego, podriamos sugerir enmiendas al pacto, pero era del Congreso la potestad de deliberar y decidir sobre las mismas.

Las dificultades del ELA comenzaron inmediatamente, cuando sus dirigentes insistieron en la “culminacion”. Si nuestra relacion estadolibrista era insatisfactoria, ¿qué poderes habria que anadirle a Puerto Rico y que restarle al Congreso para que la misma fuese satisfactoria y deseable?

Aparte de don Luis Muñoz Marín y de un punado de intelectuales de su circulo más intimo, pocos Populares concebian el ELA como status politico no colonial con caracteres propios. Lo veian como un punto medio, provisional, entre la Estadidad y la Independencia a pesar de reparos de don Luis a definiciones que no reconocían una identidad peculiar, distinta, al Estado Libre Asociado.

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