La Misión Kemmerer Y El Surgimiento Del Banco Central En La década De 1930
Enviado por reancasa • 15 de Diciembre de 2013 • 3.510 Palabras (15 Páginas) • 617 Visitas
Introducción
Las instituciones bancarias pueden llegar a ser un mecanismo de desarrollo para el sistema financiero. Como representantes de más del 50% del sector de finanzas y al dedicarse principalmente a la redistribución de los recursos de la sociedad influyen tanto en las decisiones de consumo de las personas como en las inversiones de distintos agentes económicos que junto con otros factores llevan a determinar el crecimiento de la economía y el bienestar futuro.
El presente estudio girará en torno a este importante sector de la economía denominado sector bancario. Se pondrá énfasis en la década de 1930, década en la que una de las peores crisis económicas azotó el mundo y donde a su vez surgieron una serie de cambios importantes cuyos resultados podemos apreciar hasta el día de hoy.
A lo largo de los años han sido varios los autores que se han dedicado a estudiar el desarrollo del sistema bancario del Perú y todos ellos coinciden en resaltar un suceso importante al que se le conoce como la misión Kemmerer. En la presente investigación veremos la importancia que tuvo esta misión en el surgimiento de una de las principales instituciones que rige la economía de nuestro país hasta la actualidad.
De esta forma la presente investigación, cuya motivación es básicamente teórica, se enfocará en estudiar el surgimiento del Banco Central como resultado de la Misión Kemmerer llevada a cabo durante los años 30. Para ello se analizaran los antecedentes, el contexto de la década de 1930, las propuestas y resultados de la ya mencionada misión y finalmente se presentaran las conclusiones que se desprendan del análisis de las fuentes consultadas.
Antecedentes
A comienzos de los años 20 existían dos entidades relacionadas al funcionamiento del sistema bancario en el país: la Junta de Vigilancia de la emisión de Cheques Circulares y La Inspección Fiscal de Bancos y Compañias de Seguro. La primera de ellas fue creada luego de que el patrón oro fuera suspendido a raíz de la primera guerra mundial y tenia como función supervisar los cheques circulares emitidos por los bancos comerciales. La segunda institución sería el antecedente de la SBS y por ese entonces mantenía objetivos poco definidos. Como podemos ver ambas instituciones desempeñaban funciones limitadas e insuficientes para un sistema bancario que se encontraba en crecimiento.
“Vista la necesidad de controlar la emisión de cheques circulares, de defender el tipo de cambio, de intervenir en la orientación de las inversiones bancarias y en la fijación de los intereses y, en general, del de fomentar el desarrollo económico del país” (Bardella 1989: 252) surge la idea de proponer una sola entidad que se encargara de dichos fines y es así que “mediante la ley 4500 del 9 de marzo de 1922 (…) se creó el Banco de Reserva del Perú” (Jiménez 2006: 353).
Como lo menciona Jorge Basadre Grohmann “la creación del Banco de Reserva inició un nuevo capítulo en la historia de la moneda. Este Banco se encargó de centralizar tanto la emisión de billetes como la reserva correspondiente, funciones que antes habían desempeñado los bancos particulares” (Basadre 2005: 144). Veremos más adelante que esta institución también recibió críticas posteriores y se vio obligada a ser reformada derivando en lo que actualmente conocemos como el Banco Central de Reserva del Perú.
La década de 1930
Al referirnos a los años 30 lo primero que se nos viene a la mente es aquel jueves negro de 1929 en que se desató una de las peores crisis económicas en la historia mundial. Esta crisis se reflejó primero en caídas verticales de los precios de las materias primas a consecuencia de la contracción de la demanda de países extranjeros que se encontraban en recesión. Esta situación hizo que las exportaciones disminuyeran. Asimismo, la crisis significó imposibilidad para concertar créditos en el extranjero lo cual a su vez tuvo repercusión en el tipo de cambio, deteriorándolo progresivamente (Bardella 1989:284).
Frente a esta situación “el Banco de Reserva solicitaba al ministro de Hacienda la precisa autorización para invitar al Profesor señor Edwin Kemmerer a visitar el Perú” (Bardella 1989: 285). Este personaje era reconocido mundialmente por sus logros en reformas económicas en distintos países de Latinoamérica por lo cual su presencia significaba una esperanza para mejorar la situación económica del país.
Al llegar Kemmerer al Perú se realizó un diagnóstico inicial de la situación económica y entre algunas de las críticas presentadas encontramos que “el Banco de Reserva estaba enteramente ajeno al mercado de cambios y poco o nada hacia para cumplir con la función de tan suma importancia de un Banco Central verdadero” (Bardella 1989:286). Otro autor como Jiménez coincide en esta acusación mencionando que “el Banco de Reserva no había sido capaz de enfrentar la crisis, básicamente porque el conflicto de intereses particulares de los sectores que lo componían hacia inviable un objetivo común” (Jiménez 2006: 354).
La creación de una institución que cumpliera con lo que requería el país en ese momento era indispensable y ante esta necesidad
Se propuso la creación de un tipo de Banco Central diferente al Banco de Reserva en razón que éste, por la composición de su directorio, por la estrechez de sus operaciones, por su falta de fuerza para hacer resistencia a la presión política y, por no haber establecido sucursales en otras ciudades del país, no había podido cumplir su función especifica de mantener la estabilidad de la moneda nacional ni tampoco había logrado atender adecuadamente las demás que su ley constitutiva le encomendaba (Bardella 1989: 298).
Propuestas
Según el Banco Central de Reserva del Perú, en su libro “La misión Kemmerer en el Perú: informes y propuestas”, planteó 11 propuestas para la misión Kemmerer. Estas propuestas se basaron en temas relacionados con el manejo macroeconómico. Y fueron entregadas por la Misión al Directorio del Banco de Reserva el 18 de abril de 1931. Edwin Kemmerer, presentó nueve proyectos de ley: tres vinculados al ámbito monetario y seis vinculados a la política fiscal y a la reorganización del aparato estatal. Además, presentó dos informes sobre crédito público y sobre el impuesto
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