La Muerte Lujuriosa

en una de las unidades habitacionales de ese lugar. En

el interrogatorio que le practicó la policía éste

confesó haber recibido la cantidad de diez mil pesos

como parte de una extorsión que en esa ocasión le

hicieron. Aún no se sabía de su otra tendencia criminal.

Algunos periodistas que han entrevistado en prisión a la

Quebranta-ancianas han afirmado que con una gran

ingenuidad ha manifestado su arrepentimiento por haber

estrangulado a la señora Rosa de las Heras (la última

víctima), con lágrimas en los ojos y espasmos

corporales. Su abogado defensor manifestó a la prensa

que se encuentra sumamente angustiada porque teme que le

imputen los homicidios de las otras ancianas

estranguladas, de los que ella es completamente

inocente. También manifestó que ahora sí iba a saber si

existía justicia porque si la Procuraduría quiere

lavarse las manos con ella y que de no ser así, la

justicia divina los castigará. Sólo reconoce el

homicidio de la señora de las Heras que ella cometió en

un momento de desesperación y provocada por la propia

anciana. Afirmó que ella no se atrevería ni a matar una

mosca. También mencionó, de acuerdo con lo declarado por

su defensor, que, por momentos, no se explica las causas

por las que sucedió el homicidio: esto nunca lo imaginó.

El periódico La Religión que pertenece a la corriente de

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