La Revolución Francesa
Enviado por DavidRTorres • 17 de Septiembre de 2012 • 1.790 Palabras (8 Páginas) • 425 Visitas
LA REVOLUCIÓN FRANCESA d torres
La Revolución Francesa fue el cambio político más importante que se produjo en Europa, a fines del siglo XVIII, este conflicto social y político, convulsionó a Francia con muchos capítulos de violencia, no fue sólo importante para Francia, sino que sirvió de ejemplo para otros países; terminando con el antiguo régimen, iniciando hacía 1789 en el tercer estado como Asamblea Nacional; concluyendo con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799.
La corriente de pensamiento en ese momento para Francia era: La Ilustración, en cuyos principios se encontraban la razón, igualdad y libertad, este movimiento influenció a las trece colonias y pugnar por su independencia, a su vez, el ejemplo de los Estados Unidos; terminó por influenciar a la revolución francesa. Esta revolución significó el triunfo de un pueblo pobre, oprimido y cansado de las injusticias, sobre los privilegios de la nobleza feudal y del estado absolutista, la economía de ese país estaba completamente arruinada, los nobles consecuentemente sufrían dramas financieros, el clero no recibía diezmo por parte del pueblo, la burguesía quería acceder cargos públicos, los campesinos estaban cansados del poder feudal. La sociedad estaba compuesta por tres sectores sociales llamados estados: la iglesia, la nobleza, la burguesía. Una de las reformas producidas por la revolución, fue el paso del absolutismo monárquico a la monarquía parlamentaria y la república. En el caso del absolutismo monárquico ese único individuo es el rey. En Francia, el absolutismo lucía claramente sus excesos. El poder se hallaba en manos de Luis XVI: joven bien intencionado, pero de modestas condiciones intelectuales, irresoluto y excesivamente influido por María Antonieta, su esposa y por el círculo de amigos y cortesanos que le rodeaban. En 1778, Luis XVI se vio obligado a convocar a la cámara de representantes de la nación, conocida como los Estados Generales. Este órgano se convirtió en Asamblea Constituyente. El 14 de julio de 1789 el pueblo parisino asaltó La Bastilla y retuvo a la familia real en el palacio de las Tullerías. Luis juró obediencia a la nueva Constitución francesa en julio de 1790, pero siguió conspirando en contra del gobierno revolucionario. El 3 de septiembre la Asamblea Constituyente aprobó la Constitución. Por primera vez en la historia de la humanidad se definían por escrito los derechos y obligaciones de gobernantes y gobernados, y se organizaba el poder del Estado. En Francia se conservó la monarquía que pasó de absolutista a parlamentaria. El rey obtuvo el derecho del veto. Aparece una división de poderes: ejecutivo, legislativo y judicial.
El 21 de septiembre de 1792, la Convención Nacional declaró la abolición de la monarquía y la proclamación de la República. Así Francia se convirtió en el primer Estado Nacional republicano de las potencias europeas. Aunque esta primera República francesa no duró mucho, su repercusión en la sociedad francesa y en general en la europea fue continua. Aunque estos nuevos sistemas se basaban en la soberanía popular, en el poder del pueblo; en realidad estuvieron controladas por la burguesía rica, que excluyó de la participación política al resto de la población. La monarquía parlamentaria, tal fue la que se implementó en Francia, fue más beneficiosa que la anterior. Esta nueva monarquía produjo que trocaran los nobles por la burguesía rica, siendo esta la clase social más influyente en el gobierno. Pero dejando de lado que las clases más bajas no tuvieran demasiada participación, el Estado ya no podía cometer los excesos de antaño y se puso fin a los privilegios de la aristocracia y el clero. La república, forma de Estado basada en el concepto de que la soberanía reside en el pueblo, quien delega el poder de gobernar en su nombre a un grupo de representantes y elegidos, fue implantada en Francia por la Convención que designó al jacobino Maximiliano Robes Pierre como gobernador. Si bien no fue una consecuencia de la Revolución ya que sucedió en el transcurso de ésta, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, fue uno de los primeros hechos desencadenados por ella. El 26 de agosto de 1789, la Asamblea Constituyente aprobó un documento que contenía las ideas políticas de la burguesía: la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Éste fue redactado a fin de proporcionar un marco previo a la redacción de una constitución en los primeros momentos de la Revolución Francesa. Este documento revistió una doble importancia: no sólo se convirtió en la base de la futura Constitución sino que también expresó la tendencia universal de la Revolución Francesa. Un elemento fundamental en este documento es que afirma que la fuente del poder es la Nación, no Dios; con ello eliminó el fundamento del absolutismo real e inauguró un tipo de gobierno en el que el poder reside en el pueblo. Antes de esta Declaración, los reyes asumían el mando por Derecho Divino, es decir que eran reyes porque eran representantes de Dios y de Él recibían su derecho a reinar y gobernar. La Declaración planteó que los reyes deberían ser elegidos por el pueblo y no por Dios como supuestamente se hacía. La Declaración definía los derechos naturales del hombre entre los que se consideraban los básicos la libertad, igualdad, seguridad y la resistencia a la opresión. También proclamaba el respeto por la vida y la
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