La concepción Heideggeriana de la técnica y el peligro para el ser del hombre

La concepción Heideggeriana de la técnica y el peligro para el ser del hombre

La técnica heideggeriana se diferencia en dos etapas: continuidad evolutiva y complementariedad basadas en los capítulos 2, 3 y 4 de la obra Ser y tiempo.

En la obra, Heidegger, describe la forma habitual en la cual el hombre se relaciona con los objetos técnicos; es decir, el ámbito cotidiano y familiar en la praxis. El análisis trata de determinar la forma de ser mundana del útil y su estrecha vinculación con el ser del hombre, pero no va más allá en la interrogación sobre la génesis del objeto ni mucho menos en la pregunta.

En el segundo periodo de la técnica de Heidegger; construye una concepción netamente crítica acerca del fenómeno contemporáneo. Este periodo gira en torno a la pregunta por la técnica y otros textos correlativos. También se expone la meditación acerca de la esencia de la técnica y        la concepción ambigua de rechazo y de cierta resignación de la que se sostuvo de acuerdo a la técnica moderna. En esencial, lo decisivo es el tema de la esencia de la técnica más que el objeto técnico. Es así que en la segunda etapa de la técnica el mundo de los objetos técnicos ya no aparece en el ámbito familiar e inmediato de la instrumentalidad pragmática; es así que, la técnica se muestra en como un sistema complejo y expandido, donde interactúan objetos y usuarios.

En síntesis, en la pregunta por la técnica de Heidegger, la crítica demuestra que la técnica actual es una fuerza no controlable y manipulable esencialmente por el ser humano.

Primera etapa: el estar en el mundo y la instrumentalidad

El hombre esta en el mundo como pez en el agua y no como pez en la pecera; en otras palabras, está en su propio contorno mundano. Es aquí el uso del término Dassein.

Tambien el ser del hombre se caracteriza por habitar un mundo, por estar siempre familiarizado o enraigado con su propio contorno vital, en sentido espacial y corporal, pero también simbolico y espiritual.

Por otro lado existen dos modos de relacionarnos con el entorno: Zuhandensein y Vorhandensein. El Vorhandensein, se perciben los entes en la forma; es decir, se captan cosas situadas delante de nosotros, sin anticipar otro interés más que el puro conocer teorico y sin establecer una relación práctica. En cambio, el Zuhandensein, el ente a la mano, se manifiesta como un significado pragmático para nosotros y denomina nuestro interés para algún fin práctico en el mundo de la vida. Otra peculiaridad de lo “a la mano” es la propiedad del útil; es decir, el útil se convierte en aquello mediante lo cual el sujeto realiza una labor  pero el útil recobra su mera forma objetiva y ajena, precisamente, cuando no funciona y no permite que el sujeto alcance sus propósitos.

Heidegger, por medio del uso técnico de los útiles, describe de a la naturaleza como utilizable, como un útil en su totalidad. Advierte pues, que esta forma de comprender a la naturaleza prescinde de lo que es ella misma en su pura presencia ante nosotros. Técnicamente, la naturaleza no es contemplada ni admirada, se le comprende como una gran reserva de materia prima para fabricar los útiles. La naturaleza deja oculto su carácter sublime, en tanto, se convierte en un útil para satisfacer las necesidades humanas.

El problema de la instrumentalidad en Ser y tiempo

La descripción de los entes a la mano se parece más al mundo histórico de la técnica premoderna que al mundo de la tecnología actual. En todo caso, está más cerca a la técnica antigua y al mundo de las técnicas tradicionales, coexistenciales en la actualidad con los grandes complejos sistemas tecnológicos. Es así que en la obra ha mostrado de manera clara, cual es la forma moderna en que el hombre ha reducido el mundo entero a la dimensión de cosa-instrumento. Entonces, parece no tener una valoración ética sobre esta fractura que tiene un origen histórico, sino solo una descripción fenomenológica.

...