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La educación moral en la civilización Azteca


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2015  •  Informe  •  1.707 Palabras (7 Páginas)  •  4.492 Visitas

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La educación moral en la civilización Azteca

En el siguiente ensayo se pretende abordar el tema de “La educación moral en la civilización Azteca”, también llamados Mexicas (descendientes de los Mexicas), quienes vivieron en la época del posclásico y terminan con la época de la conquista, es decir, desde el año 1200 d.C. aproximadamente a 1521 d.C.

Esto y con la búsqueda de información, se exponen puntos que complementan el tema central, además de que se conoce a la civilización y se explica el porqué de los hechos, pero antes de empezar a conocer esta educación, voy a explicar un poco sobre los protagonistas de este ensayo, los Aztecas.

Aztecas, también llamados mexicas, como antes mencioné, fueron un pueblo de la cultura nahua[1] en Mesoamérica, tenían un imperio en la ciudad de Tenochtitlan, actualmente la Ciudad de México.

Su cultura tuvo influencia de las primeras civilizaciones, en este caso los Olmecas, para los aztecas fueron muy importantes las bases que estos centraron, ya que de ahí nacieron cientos de escrituras y descubrimientos que hoy en día consideramos muy importantes.

La cultura Azteca se caracteriza por la ser el pueblo más religioso de Mesoamérica, y por la buena administración que se tenía, tenían una buena estratificación social, un medio de desigualdad social; hablaban lengua náhuatl, y en sus escritos se mezclaban pictogramas, ideogramas y signos fonéticos, sabemos que lograron crear una escritura muy completa, un ejemplo en donde logramos destacar esta escritura en el Códice Barbónico.

En la educación eran muy estrictos, era obligatoria, no había niño que no fuese a la escuela, así como la educación en casa era impartida por sus padres, esto iba más con lo moral.

Esta educación era activa e integral, multidisciplinaria, debido a que los preparaban para múltiples necesidades que el ser humano tenía; el propósito era la formación de personalidad con ética de cada individuo, es decir una educación formal.

Para los mexicas, las escuelas eran una especie de templos, instituciones de carácter religioso en donde concentraban a los niños y jóvenes para el servicio. La principal función de los templo-escuelas era el culto a los dioses. (El culto a los dioses iba ligado al trabajo).

Las escuelas

El “Calmécac” destinada a la nobleza, el “Telpochcalli” (casa de jóvenes) escuela a la que iban los plebeyos, la femenina “Ichpochcalli” (casa de doncellas) preparadas para su labor doméstico, religioso y de servicio, por último el “Cuicacalli” (casa del canto) iban diariamente a recibir instrucciones de canto y danza, las cuales eran consideradas como un culto religioso.

Pero enfoquémonos a lo moral, en el “Tlacahuapahualitztli” (el arte de enseñar o educar a los hombres), en el “Huehuetlatolli” la sabia palabra, pero antes de empezar a abordar el tema, me gustaría definir el significado de “Huehuetlatolli”.

Fray Bautista Viseo[2] definió los Huehuetlatolli como “pláticas que los padres y madres hicieron a sus hijos e hijas y los señores a sus vasallos, todos llenas de doctrina moral y política”.

El Huehuetlatolli constituye en los consejos éticos sobre cómo conducirse en la vida, la enseñanza de los sabios a los aprendices, de los padres para el hijo, lo hayamos cuando leemos un testimonio y que finaliza con la frase “oye bien esto, guárdalo como una dura ley”.., como cuando leímos la lectura de “Crianza y discursos didácticos a los hijos” de Fray Gerónimo de Mendieta.

Esta secuencia educativa de moral, se concluía cuando ya eran maduros, conscientes de la vida y responsables, ahí cuando ya eran conocedores de su integridad, se les capacitaba de un oficio con valores morales y éticos.

Si bien, se transmitía el amor por la tierra, la gratitud a los dioses, el gusto por el trabajo, el deseo de compartir el sustento con los suyos, entre otras cosas, toda actividad se les inculcaba con gran valor moral, con un sentido de familia y unión, en no solo hacerlo por ellos, sino por el bien de la comunidad.

En el mundo prehispánico existía una preocupación por educar a todos los niños y jóvenes. Todos eran educados con esmero, ya que se pretendía acabar con la ignorancia, que ellos consideraban como algo vergonzoso y fuente de sufrimiento.

Los aztecas tenían una educación basada en el seno familiar, comenzando desde el día de su nacimiento. Los progenitores les inculcaban aspectos necesarios para la vida práctica con aspecto moral y de la buena manera de comportarse, esto para que siguieran un camino recto, lleno de altas concepciones éticas, es decir, que la familia, la retórica que esta les brindaba a sus hijos en el mundo prehispánico, ocupaba un puesto primordial en la tarea educativa, así convirtiéndose en la primera escuela para la formación de los valores y virtudes de los jóvenes mexicas.

Un ejemplo de la educación moral en una de las principales escuelas de los mexicas, como lo es el Calmécac, lo menciona Fray Bernardino de Sahagún[3], en un capítulo, integrado en sus crónicas del proceso evangelizador novohispano, dedicado a “las costumbres que se guardaban en la casa llamada Calmécac, donde se criaban los sacerdotes y ministros del templo desde niños” (Sahagún, 1988: 137), de tales se consideran, aquellas que aluden propiamente a la enseñanza y aprendizaje de los Huehuetlatolli se pueden reducir a dos:

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