La educacion en la Edad Clasica.

Educacion Griega:

Educacion Homerica

Por medio de la Iliada y la Odisea como unica fuente escrita de la epoca, se puededar cuenta de una desarrollada educacion del guerrero, que solamente pertenecia a la clase noble.

En esta eduacion presumia una etica del honor que es obviamente la virtud de toda sociedad de guerreros y que va acompañasa de una etica de cordura y de la mesura. El sentido del honor y el amor por la gloria, son los verdaderos valores absolutos.

La iliada, escrita e el periodo de la guerra de Troya, por eso la educacion guerrera, mas alla de las batallas y luchas constaste, cuando no existian éstas, la educacion guerrera tenia un fin deportivo.

Esta eduacion comprendia deportes, ejercicios caballerezcos como la caza, equitacion, lanzamientos de jabalinas y ciertas actividades artisticas como el canto.

Los griegos recogian el patrimonio cultural de otros pueblos, al cual reorganizaron y desarrolaron hasta convertirlos en algo nuevo y original. Se los puede considerar como fundadores de casi todas las materias de estudio de una moderna escuela secundaria.

Gozar la belleza artistica, darse el gusto de interrogar a la naturaleza libre de toda actitud magica, ver en la historia la obra consciente del hombre y no de las oscuras figuras divinas o demoniacas.

La educación espartana

En Esparta las diferencias entre los ciudadanos eran menos notables, pero los ciudadanos, es decir, los hombres libres que gozaban de derechos políticos (espartiates) eran tan pocos, por contraste con los vasallos que disfrutaban de algunas libertades civiles (periecos) o estaban de plano reducidos a la condición de esclavos (ilotas), que prácticamente constitulan una restringida aristocracia guerrera, que invocaba el derecho del linaje como justificación de sus despóticos privilegios, en cuanto se consideraban descendientes de los conquistadores dorios. Una vez que hubo extendido su dominio en el Peloponeso, prefirió mantenerlo con el ejercicio de un rígido y brutal militarismo. Los espartanos desdeñaban toda ocupación que no fuese el manejo de las armas, la caza y el deporte. Rehuían las discusiones, evitaban los discursos largos (laconismo) y en la práctica eran la restringida magistratura de los éforos y la pequeña asamblea de ancianos (30 miembros provenientes de las familias más antiguas) las que dirigían todos los asuntos del estado.

El ciudadano espartano era soldado antes que ciudadano: hasta la edad de veinte años se adiestraba en la vida militar; hasta los treinta prestaba servicio ininterrumpidamente; hasta los sesenta permanecía en la reserva, volviendo con frecuencia a las armas, cada vez que la patria en guerra lo necesitaba. Educar el ciudadano-soldado era una de las tareas más importantes del Estado. En la Grecia arcaica se consideraba que los padres tenían el derecho de exponer a la intemperie (prácticamente a la muerte) los hijos deformes o considerados indeseables, pero en Esparta este derecho era ejercido por consejos de ancianos y no por los individuos. El niño vivía con la familia hasta la edad de siete años; y hasta los veinte, se instruía y educaba en instituciones públicas dirigidas por un magistrado especial, el pedónomo. Ahí, los muchachos hacían vida en común, divididos en grandes grupos (agele) de acuerdo con la edad. Los grupos se dividían a su vez en escuadras, al mando de los niños o muchachos que más se distinguían. Las agele estaban capitaneadas por irenos-jefes, es decir, jóvenes de veinte años escogidos entre los mejores. La organización estaba a cargo de adultos y seguramente había maestros especializados en ciertas materias o actividades, como la música, el canto coral y la danza colectiva.

La educación física y el adiestramiento militar ocupaban un lugar prominente; y se tenía cuidado de habituar a los jóvenes a dormir en incómodas yacijas, a comer frugalmente y a resistir el frío y el calor, incluso a soportar graves penalidades y feroces palizas sin inmutarse. Parece que en la educación espartana ocupaban un lugar muy secundario la cultura literaria e incluso el alfabeto. Desde pequeño el varoncito se acostumbraba a sentirse miembro de la comunidad y a enfocar toda su ambición en el momento en que habría de combatir por ella. Se le inculcaba el más profundo respeto por las leyes patrias, por los magistrados y por los ancianos. Pero también se le cultivaba el desprecio por los extranjeros y sobre todo el odio por las clases inferiores: se alentaba a los niños a desenvolver actividades de pequeña guerrilla de terrorismo y espionaje contra los ilotas; se les consentía incluso el robo. También en las muchachas se procuraba cancelar todo rastro de sensibilidad afectiva para convertirlas en madres robustas, prontas a preferir el bien de la patria por encima de los mismos hijos

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