La fase posrevolucionaria hasta la crisis de 1982

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10.1        Fondo Histórico General

Las consecuencias inmediatas de la Revolución fueron transitorias: el relajamiento de la moral pública, el hambre, el bandolerismo. Sin embargo, la herencia más importante que nos dejó la lucha de 1910 a 1920 ha sido la índole ideológica, y consiste en una mayor permeabilidad a las ideas progresistas. La ideología de la revolución, es un concepto flexible y evolutivo al igual que el del cristianismo o el marxismo. Desde el comienzo no tuvo a un solo ideólogo, sino a muchos: Rafael nieto, Luis Cabrera, Lombardo Toledano, Ramón Beteta, Gilberto Loyo, Miguel Alemán, Alfonso Caso o Manuel Gamio; todos pudieron hablar a nombre de la Revolución y es la estructura del PRI que hasta ahora ha logrado ser árbitro entre las voces mayoritariamente disconformes, adaptando ideas antiguas y frases a nuevas necesidades.

Después del presidente interino Adolfo de la Huerta, Álvaro Obregón llegó a ser presidente. Bajo su régimen se llegó a un acuerdo de intereses norteamericanos sobre la no-retroactividad del artículo 27 de la Constitución, comprometiéndose el gobierno mexicano también a no expropiar sino mediante de indemnización que se pagaría en efectivo.

Importante fue que, en éste régimen, se restableciera la Secretaría de Educación (1921), y uno de los méritos del presidente consistió en la oportunidad que le brindó a Vasconcelos de llevar a la práctica varias de sus ideas sobre la instrucción pública. En esta época surgió la CNC, fundada por Antonio Díaz Soto y Gama, que pronto llegó a ser en materia agraria lo que la CROM era en materia obrera.

Después de liquidarse una rebelión por pate de Adolfo de la Huerta, Plutarco Elías Calles llegó al poder; era un fanático anticlerical, cuya interesante carrera de maestro social a general y rico “fascista”, se presta a las más divergentes interpretaciones.

En 1926, la Ley-Calles manifestó el anticlericalismo del Presidente y llevó hacia el cierre de las iglesias, y, desde 1927, hacia la revolución de los cristeros. Un triste episodio, al respecto fueron el fusilamiento del padre Pro (quien fue acusado de sabotaje, terrorismo y conspiración contra el nuevo gobierno) y el asesinato de Jose Sánchez del Rio (un joven que defendió su fe hasta su último aliento) por parte de oficiales al mando del presidente Calles.

Sin embargo, Calles aportó una obra legislativa general, pero sobre todo en materia administrativa y mercantil.

En 1928 la reelección de Obregón, llevó hacia el asesinato del mismo por un joven cartulinista, Toral.

Entre 1928 y 1934 tres presidentes se suceden. Estos tres presidentes fueron Pascual Ortiz Rubio (1928-1930), Portes Gil (1930-1932) y Abelardo Rodríguez (1932-1934), el “amigo de los pobres”, que conservó el orden gracias a sus “camisas doradas”. Mientras tanto el árbitro político, Calles, creó el Partido Nacional Revolucionario (4 de marzo de 1929), actualmente llamado Partido Revolucionario Institucional (PRI).

La idea revolucionara se conservó en México gracias a un error de Calles; su nuevo candidato para el nuevo periodo presidencial (ahora de 6 en vez de 4 años) era Lázaro Cárdenas, aceptable por un grupo de molestos críticos y en opinión de Calles, domesticable.

La tolerancia de Cárdenas frente a una oleada de huelgas acentuó las diferencias con Calles, pero antes de que el grupo Calles-Morones pudiera remover a Cárdenas, éste puso a ellos y a unos veinte incondicionales, en un avión para Texas, con estrictas instrucciones de no regresar a México, salvo por invitación especial.

Rasgos característicos de la administración de Cárdenas fueron sus perpetuos viajes aun a los lugares más remotos, y su íntimo contacto con el pueblo y sus quejas; el gran impulso que dio a la redistribución de la tierra, la experimentación con los ejidos colectivos y la creación de ejidos en la región algodonera de la Laguna; la expropiación de las 17 grandes compañías petroleras, cuando ellas no querían obedecer a una sentencia de la Suprema Corte, y se sustituían por una compañía estatal, PEMEX (1938), cuya dudosa administración frecuentemente ha dado lugar a muchos escándalos,; en esta misma época observamos la socialización de varias empresas, y comienza la tendencia hacia la nacionalización de las empresas de la infraestructura. Otro aspecto interesante fue la política de puerta abierta a los exiliados socialistas españoles, después de la victoria de Franco.

Después de la poderosa figura de Cárdenas, cualquier sucesor debía parecer algo incoloro, y este fue el caso del General Manuel Ávila Camacho (1940-1946), candidato del partido oficial (todavía Partido de la Revolución Mexicana en aquel entonces), que triunfó sobre su opositor, Almazán, apoyado por la “derecha”. El catolicismo del nuevo presidente ayudó para eliminar los restos del viejo conflicto Estado-Iglesia y la legislación anticlerical se vio reducida al nivel de una “legislación-amenaza” para casos de emergencia.

A la política de “vencidos, ni vencedores” de este Presidente correspondió el regreso de Calles a su patria.

Desde entonces México pasó hacia un socialismo moderado, con buenas oportunidades para el capital nacional y extranjero.

Así, bajo este régimen ya se anuncia el auge económico de México de la posguerra. Esto facilitó el primer pago, en 1943, que hizo México a cuenta de su deuda petrolera.

También se colocó la base para el Seguro Social. En materia educativa se destaca la campaña de alfabetización.

A los méritos de este régimen debe añadirse el hecho de haber preparado la primera gran reforma electoral (31.XII.1945; D.O. 7.I.1946) desde la Ley Electoral del 1 de agosto de 1918.

Sin problemas, Manuel Ávila Camacho fue sucedido por Miguel Alemán Valdés (1946-1952), primer abogado-presidente después de una larga serie de generales. A pesar del enriquecimiento inexplicable de muchas personas, bajo este régimen, el resultado del estímulo económico que éste dio al país fue admirable. En muchas áreas del gobierno, Alemán sustituyó la labor de improvisación por una de especialistas.

De 1952 a 1958, el régimen Adolfo Ruíz Cortines, trajo cierta estabilización e inició “la marcha hacia el mar” y hacia descuidadas zonas costeras, con su construcción de puertos y caminos y su lucha contra la malaria. Acontecimientos de gran relevancia en este mandato fueron también la modificación constitucional que concedió el derecho de voto a la mujer, la incrementada protección a la infancia y el control de los precios de artículos de consumo popular de artículos de consumo popular.

El presidente Adolfo López Mateos (1958-1964), relativamente joven, tuvo que enfrentarse al comienzo de su mandato con una serie de huelgas, complicadas por problemas estudiantiles, pero una vez que el presidente demostró que pudo solucionar de la mejor manera todas estas situaciones, el régimen transcurrió tranquilo.

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