La germanía
Enviado por serying • 23 de Febrero de 2013 • Ensayo • 1.339 Palabras (6 Páginas) • 457 Visitas
La germanía es la jerga usada por presos, criminales, etc. El término germania significa 'hermandad' en catalán, (hermandades gremiales), y proviene de la palabra catalana germà, la cual tiene a su vez etimología en el latín germānus, que significa 'hermano mayor'. El nombre se remonta a ciertas comunidades valencianas (España) destacadas por su rebelión contra la nobleza local en el siglo XVI, pasando luego a denominar su jerga. La jerga hablada por los delincuentes de otros países recibe otros nombres; por ejemplo, el lunfardo en Argentina.Procedencia del término germanía
No es invento jergal, pues es bien conocido el levantamiento de las Germanías en Valencia y Mallorca durante el reinado de Carlos I; así, pues, la palabra está claramente vinculada a la palabra germà de las lenguas de la Corona de Aragón, como el idioma catalán y el idioma aragonés (y corresponde a 'hermano' en castellano). La idea de hermandad es muy fuerte en ella; de ahí que se llamara de este modo la asociación de rufianes, ladrones y cualquier tipo de delincuentes en los siglos XV y XVI. Como en el caso del argot francés, que de designar comunidad de malhechores pasa a ser usado en 1680, por Richelet, como designación del lenguaje utilizado por éstos, la germanía española denominó no ya al grupo social, sino también a la lengua propia de él, un lenguaje «definidor de sus condiciones sociales», como dice Salillas.
Puede fijarse la existencia de una jerga delincuente en España anterior al s. XVI. Leyendo el Romance de Perotudo, incluido en los publicados por Juan Hidalgo en el s. XVII, encontramos estos cuatro versos: «Habla nueva germanía / Porque no sea descornado / Que la otra era muy vieja / Y la entrevan los villanos»; prueba esto que esa jerga antigua estaba ya tan difundida que no podía cumplir su fin primario, y en este caso fundamental, de ocultamiento. Rodríguez Marín, en su edición crítica del Rinconete y Cortadillo cervantino, opina que hacia 1580 la vieja germanía decaía.
En 1612, Rodrigo de Reynosa (o Rodrigo de Reinosa) publica en germanía Coloquio entre la Torres-Altas y el rufián Corta-Viento, en dialecto jácaro, de 140 versos: «Vida, pague lo muflido / Tu nante de godería / O entruje tu partido / Que el borce no haya entendido / El garlo de Germanía / Y echa más una charnela / Y por la gomarra torna, / Que no hallará mi suela / Que también te saque muela / Allá a boca de sorna.»
El elemento gitano provocó más tarde la disolución de la germanía. Cuando este pueblo llega a España, entra en contacto con las comunidades delincuentes que viven al margen de la sociedad común, sus lenguajes se influyen mutuamente y si en la germanía de los s. XVI y XVII los gitanismos son casi desconocidos, en la actual predominan. Aunque no se haya formado una sociedad única, gitano-delincuente, la lengua señala esta unión, ya que en la actualidad puede afirmarse que la germanía no se conoce con tal nombre, sino con el de caló jergal. Son ejemplos de términos usados indistintamente: birlesca junta de ladrones, garfiñar hurtar, erdicha pobreza, etc.
[editar]Fuentes de estudio
En 1609 se publica en Barcelona, por Sebastián Cormellas. el conocido Romancero de germanías, compilado por Juan Hidalgo, al final del cual aparecen las voces recogidas por este autor con el fin de «ayudar a la justicia». Sigue siendo el Vocabulario de Hidalgo, que alcanzó en su época mucha difusión, el más interesante para el estudio de las voces germanescas; se hicieron varias ediciones a lo largo del s. XVII. Ya en el s. XVIII, concretamente en 1737, Mayans y Siscar lo recoge en sus Orígenes de la Lengua Española. Anterior a la obra de Hidalgo, Cristóbal de Chaves, procurador sevillano, publica su Relación de lo que pasa en la cárcel de Sevilla, donde ya aparece la denominación de trena para 'cárcel', que pervive hasta nuestros días en la jerga delincuente. Pero es, sobre todo, en la Literatura española del Siglo de Oro, donde encontramos abundantes términos de germanía; Cervantes, Mateo Alemán o Quevedo son una buena razón para que estos vocablos aparezcan en el Diccionario de la RAE a pesar de los «pudores» de algunos filólogos, como Mac Hale, que opinan deberían omitirse en absoluto.
[editar]Carácter lingüístico
La
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