La pregunta de investigación que se planteó fue esta: ¿Por qué existe una alta feminización en ciertas carreras?

Introducción.

Este te presente trabajo fue hecho a base de investigaciones de libros, documentos (pdf) e información de páginas de internet, así como también se hicieron entrevistas y encuestas que ayudaron a complementar este trabajo.

La pregunta de investigación que se planteó fue esta: ¿Por qué existe una alta feminización en ciertas carreras?

      En la actualidad el papel de la mujer en el campo laboral ha evolucionado mucho que por un lado ha tenido un poco de aceptación en esta sociedad, esto quiere decir que el hombre se va adaptando a que la fémina tenga un papel importante en cuanto a lo profesional, pero existen otros factores que lamentablemente la palabra “machismo” ha estado presente, como por ejemplo que el hecho de ser mujer, su obligación es la cocina, atender al marido y a los hijos, que la mujer no sirve para trabajar y otras problemáticas que la humanidad ha puesto en línea. Con estos ejemplos también está ligado en tanto a lo que es la profesión, a la carrera universitaria que la mujer escoge o la ayudan a escoger. En cómo la mujer escoge una licenciatura de sociales y humanidades, o en contraparte como es que también se puede guiar por otras licenciaturas como las ingenieras o carreras con matemáticas pero que el hombre prohíbe esto por el hecho de ser mujer ya que, según esto, el hombre cree que hay profesiones apropiadas para ellas como lo es del campo de la docencia o parte de lo administrativo

     El objetivo de este trabajo es dar información de cómo son las carreras universitarias profesionales para las mujeres en cuanto a su estatus social y en cómo puede ayudar a tomar conciencia, que la mujer se ha desarrollado en el caso de lo académico y que puede dar mucho más de sí misma, también este trabajo es dar su opinión en cuanto a la importancia de la mujer en la vida laboral

Justificación.

Se planeta el hecho de la llegada de la mujer al campo laboral y sus respectivas problemáticas que el hombre le ha negado. Los estereotipos de las carreras universitarias han afectado a la mujer cuando se habla del trabajo profesional.

      Según datos por el instituto Nacional de las Mujeres con influencias en la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior señalan que la abertura más ancha de la discriminación de la mujer en la profesión se mira principalmente desde la matrícula de primer ingreso en donde las carreras con ingeniería y de tecnología 70.1% es masculina y 29.9% es femenina. En las carreras de ciencias agropecuarias son porcentajes de 66.4 y 33.6 por ciento, respectivamente. (Ariadne Díaz/ periódico “La Jornada”, 2011)

    En perspectivas favorables, en la educación superior, el papel que juega la mujer es mayor, inclusive el número de mujeres que estudian alguna licenciatura o posgrado y que se integran a las escuelas como personal académico o que ocupan puestos de alto rango hoy en día es muy importante. (Adrián de Garay, 2011)

El papel de los estereotipos de género en la elección de carrera

El uso de las categorías sexuales como mecanismo guía de lo que se debe hacer o no, en función de la pertenencia a uno u otro sexo, tiene importantes implicaciones para el mantenimiento del sistema de valores dominante y también para el sistema de valores individual, influyendo sobre los juicios que se hacen sobre otras personas e incluso sobre sí mismo. El ser competente en determinadas tareas, como por ejemplo matemáticas o trabajos manuales, el ser sensible o agresivo, el llorar, etc., tiene una valoración social muy diferente para mujeres y hombres.

Las estadísticas sobre la distribución en ocupaciones de hombres y mujeres son un buen ejemplo de este influjo en la vida real. Aunque actualmente existe una mayor incorporación de la mujer a todas las profesiones y ya no sorprende el encontrar a una mujer en un puesto anteriormente típico de los hombres, también es cierto que con la misma cualificación suelen ocupar puestos de menor importancia. Sin duda se ha producido un cambio en la sociedad sobre los papeles tradicionales de hombres y mujeres, no obstante, a pesar de estos cambios se observan grandes diferencias asociadas al sexo. Un ejemplo claro lo constituyen las diferencias en elección de carreras.

Hay carreras que son elegidas por porcentajes similares de hombres y mujeres. Sin embargo, en otras, las diferencias entre proporciones son muy elevadas. Hay carreras con tasas femeninas superiores al 70 %, como Enfermería, Profesorado de E.G.B., Trabajo Social, Filología o Psicología. Pero dentro de estas diferencias de elección, quizás lo más difícil de explicar es el rechazo por parte de las mujeres de las carreras técnicas, puesto que los estudios sobre mercado de trabajo les auguran las mejores expectativas de empleo. Según los datos del C.I.D.E. (1992), la tasa de mujeres en el conjunto de carreras técnicas no alcanza el 20 %. El análisis comparativo de las tasas de matriculación en diferentes países demuestra que este fenómeno se da con una gran constancia transcultural.

Partiendo de los modelos clásicos de expectativa-valor, incorpora una serie de variables psicosociales como el auto concepto de género y las normas culturales. Este modelo recoge la influencia de los estereotipos y roles de género sobre la percepción que la persona tiene de sí misma, sobre la interpretación que hace de su conducta, y sobre las elecciones a través de las expectativas de éxito y de la valoración subjetiva de determinadas elecciones.

A pesar de que no existían diferencias en rendimiento entre chicos y chicas, las chicas se veían a sí mismas como peores alumnas en matemáticas que los chicos y tenían una actitud más negativa hacia esta materia. Tanto los chicos como las chicas pensaban que las matemáticas eran más necesarias para los hombres que para las mujeres. Estas diferencias se hacían más acusadas con la edad.

La comprobación empírica de su modelo, lleva a la autora a la conclusión de que las diferencias sexuales en elección de roles se deben a diferencias en tres aspectos: 1) la valoración subjetiva de mujeres y hombres de los logros en determinadas tareas (en este caso lengua y matemáticas) es diferente; 2) para las mujeres, la importancia del valor subjetivo de la tarea es mayor que para los hombres; y 3) en el valor que las mujeres otorgan a varias actividades de logro influyen factores diferentes que en el valor que los hombres asocian a las mismas actividades.

Es fácil establecer la relación que existe entre determinadas ocupaciones y los estereotipos de género. Concretamente, en la elección de estudios se observa que las carreras típicamente femeninas son las orientadas a profesiones de tipo asistencial o a la enseñanza, mientras que las más masculinizadas están orientadas más a aspectos instrumentales.

Independientemente del sexo, la identificación con valores, motivaciones y rasgos de personalidad asociados al género estaban condicionando esas elecciones y que estas variables victimizadas en función del género serían buenos predictores de elección de una carrera femenina o masculina.

...