Las Geishas

Marco referencial.

Una geisha es una artista tradicional japonesa, su nombre literalmente significa “persona de las artes” sus labores constituían, tras un aprendizaje que podría ser desde los 15 años o desde la infancia, entretener en fiestas, reuniones o banquetes. Las geishas tenían un termino para referirse a su mundo particular, karyūkai, o traducido directamente como el mundo de la flor y el sauce, que es el nombre que utilizan para los barrios enteramente dedicados a las artes, con casas de té, casas de geishas, teatros, entre otros. Así que toda geisha es en esencia hermosa, como una flor, y a la vez elegante, flexible y fuerte, como un sauce.

Esta profesión se iniciaba muchas veces cuando algunas jóvenes eran vendidas a las casas de geishas y comenzaban su entrenamiento en varias artes tradicionales casi inmediatamente. Durante su niñez, las geishas trabajaban como sirvientas, estas eran llamadas shikomi, después de algún tiempo dependiendo de su trabajo y talento podían convertirse en maikos, es decir, en aprendiz de geisha. Hasta finalmente, tras varios años de estudio que abarcaban tanto canciones tradicionales, como el baile japonés clásico, el ikebana (arte floral), la ceremonia del té, la literatura y poesía, política, Historia, además de saber tocar algunos instrumentos tradicionales como el shamisen (instrumento de cuerda), el shakuhachi (flauta de bambú) y el taiko (tambor).

En esta profesión la belleza era considerada como algo secundario, lo que realmente importaba era la agudeza y fluidez de su conversación, su cultura y sus conocimientos. Ellas eran educadas para dar placer y prestigio a sus patrones, nunca eran dueñas de sí mismas, esto a causa de que toda esta preparación era muy costosa, así que las aprendices debían pagar una gran deuda que muchas veces duraba toda la vida, a excepción de que encontraran a un cliente que se ofreciera a pagar.

A pesar de ser más importante la manera de conversar la apariencia de una geisha también poseía cierta relevancia al atraer de tal forma a sus clientes con su toque de elegancia, esta cambiaba a lo largo de su carrera, ya sea desde la femenina y maquillada maiko hasta la apariencia madura de una geisha mayor y consolidada. Todos los aspectos de su apariencia poseían algún significado, desde su maquillaje tradicional, cuyo propósito era el de hacerse notar incluso en la penumbra, este constaba de una base blanca hecha de plomo, también, el uso de lápiz labial rojo y algunos adornos rojos y negros alrededor de los ojos y cejas; asimismo el kimono, cuya presencia era siempre imprescindible por ser la vestimenta tradicional japonesa; las sandalias de suelo bajo elaboradas con madera y laca llamadas zori, que van acompañadas de los tabi (calcetines con división en los dedos); incluso sus peinados, que asimismo han ido cambiando a través de los años hasta convertirse en el tradicional moño, llamado shimada.

Las geishas eran contratadas principalmente como damas de compañía y como entretenimiento para cierto público que podía ser femenino, masculino o mixto, ellas asistían a fiestas en casas de té o “chaya” y a tradicionales restaurantes japoneses o “riotes”, la duración de esto se medía según el tiempo en que se consumiera el senkodai´, es decir, una palo de incienso.

En el elegante mundo de la flor y el sauce es necesario contar con un gran conocimiento y educación, por ello la gran cantidad de tiempo y esfuerzo dedicado al perfeccionamiento de sus enseñanzas y habilidades, todo para prepararlas para cumplir con sus deberes; lo principal de una geisha reconocida es poderse comunicar con sus clientes sin importar de que asunto se trate, desde temas serios como política e historia, hasta chistes y bromas. Asimismo debe de saber ver cuál es el estado de ánimo de sus clientes, de tal forma que dependiendo del humor y del ambiente en que se encuentre, actúa en consecuencia, relajando la velada y haciendo que todos los invitados pasen un rato agradable.

Introducción.

El tema sobre el cual se basó el trabajo es sobre las geishas (antes y después de la Segunda Guerra Mundial) con el fin de poder conocer un poco de lo que solía ser su cultura, origen, preparación, eventos, conocimientos, sus significados y la forma de arreglarse, maquillarse y hasta caminar, pueden ser puntos curiosos y atractivos a conocer, pero el enfoque especial es para conocer cuáles fueron los motivos que las orillaron a cambiar en varios aspectos, mencionando también la influencia de este hecho en la confusión que se da ocasionalmente respecto a si una geisha es una prostituta.

Exponiendo los temas que como base abrirán el paso a la historia de las geishas que parece apasionante y profunda, y que sin dudas marca un icono dentro de la cultura.

Pues existe muy poca información fiable y detallada sobre este mundo, lo que no es del todo sorprendente dado el profundo hermetismo de la sociedad que vive y trabaja en los diversos distritos de geishas repartidos por Japón.

Intentando conocer los cambios a través del tiempo, como ellas se fueron adaptando para continuar con su tradición y como a pesar de ello esta tradición esta en decaimiento.

Capítulo I

El papel de las geishas en Japón.

“La geisha es una artista del mundo etéreo; ella baila, canta, te entretiene todo lo que quieras. Lo demás son sombras, los demás es secreto”.

Arthur Golden, Memorias de una Geisha.

1.1 La mujer japonesa en la sociedad.

​Si bien es cierto que la sociedad japonesa se ha adaptado a la perfección a los modelos occidentales tanto en lo económico como en lo tecnológico, la antiguas costumbres y tradiciones japonesas permanecen y permean la vida diaria de los japoneses. Esto es importante para comprender el papel de las mujeres en la sociedad, y por tanto el de las geishas.

​El papel de la mujer en Japón ha sido bien establecido al igual que el de las geishas, mostrando así grandes diferencias entre ambas. A pesar de haberse marcado una línea entre hombres y mujeres, y educar a los niños y niñas por separado, se marca otra línea para separar a las “mujeres comunes” de las geishas.

​A pesar de que los jóvenes buscan y aceptan una vida de igual por igual cada vez más, todavía es muy común la imagen de la mujer japonesa como la responsable de tener los hijos y de educarlos, así como de gestionar el dinero que entra en casa, que normalmente

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