ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Las Panacas


Enviado por   •  26 de Junio de 2011  •  8.513 Palabras (35 Páginas)  •  1.094 Visitas

Página 1 de 35

LAS PANACAS Y EL PODER EN EL TAHUANTINSUYO

RESUMEN

Partiendo del análisis de la bibliografía sobre los incas y de las fuentes coloniales disponibles, se estudia la categoría de panaca. En este sentido, se discute la división tradicional de la nobleza cuzqueña en 10 ó 12 panacas, a partir de la relectura de estas fuentes y del análisis del significado del término panaca. Se propone que el Cuzco incaico estuvo dividido en dos grupos de nobles: una nobleza principal, llamada Cápac Aillu, y una nobleza secundaria, llamada Hatun Aillu. Cápac Aillu estuvo integrado por los descendientes de los Incas en mujeres nobles (pana), y Hatun Aillu, por los descendientes de los Incas en mujeres no nobles provenientes de las élites locales. Finalmente, se concluye que las llamadas panacas fueron, en realidad, los aillus que integraban a los descendientes de las mujeres nobles identificadas como pana.

Palabras clave: Cuzco, Incas, autoridad, panacas, Perú prehispánico, historiografía

INTRODUCCIÓN

Las fuentes coloniales contienen referencias lo suficientemente claras sobre la élite incaica por lo que no es posible dudar acerca de su autoridad en el mundo prehispánico y de su evidente incorporación a la sociedad colonial. Sin embargo, estas mismas fuentes presentan información contradictoria acerca de su estructura y funcionamiento. Por esta razón, desde hace más de cuarenta años existen debates académicos sobre la organización y sustento de la élite incaica. En ese sentido, tanto la distinción hecha por los cronistas entre «nobleza de sangre» y «nobleza de privilegio»1, como la composición misma de la primera, han sido abordadas desde diversas perspectivas teóricas por lo que hoy disponemos de propuestas divergentes sobre el tema2.

De hecho, una de las primeras distinciones al interior de la más alta nobleza cuzqueña es la que diferencia aillus de panacas. Al respecto, existe cierto consenso en la bibliografía que se refiere a los incas. Se asume que los aillus correspondían, dentro de la élite incaica, a un nivel jerárquico inferior al de las panacas y se les identifica como aliados de los incas desde su llegada al Cuzco, asumiendo que su presencia en el área se pierde en la información mítica. Por su parte, las panacas incaicas, de mayor jerarquía que los aillus, se vincularían directamente con los descendientes de los Incas reinantes e integrarían la más alta nobleza cuzqueña. Es necesario mencionar, sin embargo, que tanto la interpretación asignada a las panacas como la que se otorga a los aillus cuzqueños merece aún el interés de los investigadores debido a que los argumentos sobre los que se ha construido la información acerca de sus distinciones y definiciones son bastante laxos y la propia historiografía presenta huellas de estas contradicciones. En ese sentido, a modo de ejemplo, en opinión de John Rowe (Rowe, 2003: 45 y ss.), aillu y panaca probablemente fueron sinónimos antes del siglo XVI. En esta oportunidad nos interesará hacer algunas precisiones acerca de las panacas, principalmente acerca de la manera cómo se ha construido historiográficamente el contenido de esta categoría.

Como se ha mencionado, existe consenso en la historiografía acerca de que la nobleza cuzqueña estuvo organizada en panacas, las mismas que son definidas como grupos de parentesco extendido formados a partir de un Sapan Inca3 y que estaban integradas por todos sus descendientes, exceptuando a aquel que quedaba convertido en gobernante, quien debía abandonar la panaca paterna y formar la propia. De hecho, los españoles del siglo XVI encontraron descendientes de los Incas, muchos de los cuales se incorporaron a la vida del Perú colonial. A estos personajes los investigadores contemporáneos suelen identificarlos, casi automáticamente, como «militantes» de alguna de las panacas incaicas a partir del Inca del que afirman descender. Así, aunque hay algunas discrepancias sobre la existencia de determinadas panacas, existe también acuerdo sobre la presencia de otras de modo que, aparentemente, solo quedaría en discusión la existencia de la panaca fundada por Huáscar y la de algunas otras que María Rostworowski llamó panacas añadidas (Rostworowski, 1983: 141 y ss.)

Casi siempre sobre la información que presenta Pedro Sarmiento de Gamboa, los investigadores reconocen como oficial esta relación de panacas, integrada, como se ha mencionado, por todos los descendientes de cada Inca reinante. Las cinco primeras identificadas con Rurin Cuzco4 y las siguientes con la parcialidad de Hanan Cuzco:

Fundador Panaca

Manco Cápac Chima Panaca Aillu

Sinchi Roca Raura Panaca Aillu

Lloque Yupanqui Avayni Panaca Aillu

Maita Cápac Usca Maita Panaca Aillu

Cápac Yupanqui Apu Maita Panaca Aillu

Inca Roca Vicaquirau Panaca Aillu

Yahuar Huaca Aucaylli Panaca

Huiracocha Socso Panaca Aillu

Pachacútec Hatun Aillu / Iñaca Panaca Aillu

Túpac Yupanqui Cápac Aillu

Huaina Cápac Tumipampa Aillu

1 La llamada nobleza de privilegio estaría asociada con las élites locales. Aparentemente su reconocimiento por parte de los incas marcaría diferencias entre ellos asociadas con el modo en que se incorporaron al Tahuantinsuyo. Así, los privilegios de los curacas, o hatun curacas, debieron depender de si su incorporación al llamado Tahuantinsuyo fue producto de una conquista o de una negociación. Evidentemente, el tipo de negociación, generaba una más o menos provechosa alianza con los cuzqueños.

2 Para mayores detalles puede consultarse: Bravo, 1986; 1992; Duviols, 1980; Pärssinen, 2003; Pease, 1992; Regalado, 1996a; Rostworowski, 1983; Rowe, 1985; Zuidema, 1995 [1964]; Ziólkowski, 1997.

3 Sapan Inca es el título del gobernante cuzqueño.

4 Aún cuando no cuestiona la oposición hanan-rurin, Rodolfo Cerrón-Palomino señala, sobre la voz «hurin», que, en verdad, este término nunca existió ni en quechua ni en aimara. La forma tendría su origen en una lectura equivocada de «lurin», como lo prueba la misma toponimia, no solo en la zona quechua, sino también en la aimara, conjuntamente con el hecho de que la voz «hurin», como tal, no se encuentra en los diccionarios coloniales. De esta forma, advierte que ésta sería una suerte de espejismo léxico desarrollado en oposición a «hanan». Así, aquí se opta por escribir «rurin» dada la aceptación generalizada del término y que «h» no estuvo asociada con esta voz. Véase Cerrón-Palomino, 200

Esta relación de panacas es aceptada casi sin mayor cuestionamiento pese a haber ciertas

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (54 Kb) pdf (254 Kb) docx (34 Kb)
Leer 34 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com