Las Riquezas De Las Naciones
Enviado por darkls3 • 12 de Octubre de 2013 • 2.305 Palabras (10 Páginas) • 258 Visitas
ADAM SMITH
La riqueza de las Naciones.
CAPITULO I
La División del Trabajo.
El aumento considerable en la cantidad de productos que un mismo número de personas puede confeccionar, como consecuencia de la división del trabajo, procede de tres circunstancias distintas:
1) De la mayor destreza de cada obrero en particular.
2) Del ahorro de tiempo que comúnmente se pierde de pasar de una ocupación a otra.
3) De la invención de una gran numero de máquinas.
CAPITULO II
Del Principio que motiva la División del Trabajo
Lo que motiva principalmente a la división del trabajo es la necesidad del hombre de permutar, cambiar y negociar una cosa por otra. Dame lo que necesito y tendrás lo que deseas, es el principio de cualquier oferta. Como necesitas permutar o comprar cosas es que lo que originó la división del trabajo.
Hay un ejemplo de una tribu una persona es más hábil en hacer flechas y arcos, generalmente los va a cambiar a otro de la tribu que sea mejor cazador, por carne o caza y él se dedicara a la confección de arcos y flechas. Así como esta persona es buena en hacer arcos y flechas, hay otra que es buena en hacer la cubierta para las carpas, este es el carpintero.
CAPITULO IV
Del origen y uso de la moneda.
Una vez implantada la división del trabajo, el hombre vive en régimen de intercambio. Las dificultades del trueque inducen a adoptar un bien económico como dinero.
Tan pronto como se estableció la división del trabajo solo una pequeña parte de las necesidades de cada hombre se pudo satisfacer con el producto de su propio trabajo. El hombre cubre sus necesidades cambiando el remanente del producto de su esfuerzo, por otras porciones del producto ajeno. El hombre vive así, gracias al cambio, convirtiéndose en mercader.
A fin de evitar inconvenientes, todo hombre, procuro manejar sus negocios de tal forma que en todo momento pudiera disponer, además de los productos de su actividad peculiar, de una cierta cantidad de cualquier otra mercancía, que a su juicio pocas personas podrían rechazar a cambio de los productos de su propio esfuerzo.
El uso de metales tenía dos inconvenientes muy grandes; primero, la incomodidad de pesarlos, y segundo, la de contrastarlos. Para evitar esto, facilitar los cambios y fomentar el comercio y la industria, se consideró necesario, colocar un sello público sobre aquellos metales que acostumbraban a usar naciones para comprar todo tipo de mercaderías. Tal es el origen de la moneda acuñada y de aquellos establecimientos públicos llamados “Casas de Moneda”. Los primeros sellos públicos de esta clase tuvieron como finalidad asegurar la finura y buena calidad del metal.
Es así como la moneda se convirtió en instrumento universal de comercio en todas las naciones civilizadas, y por su mediación se compran, venden y permutan toda clase de bienes.
CAPITULO V
Del precio real y nominal de las mercancías, o de su precio de trabajo y de su precio de moneda.
El valor de cualquier bien, para la persona que lo posee y quiera cambiarlo por otros, es igual a la cantidad de trabajo que pueda adquirir por mediación de ese bien. El trabajo, por consiguiente, es la medida real del valor en cambio de toda clase de bienes. El dinero contiene el valor de una cierta cantidad de trabajo, que nosotros cambiamos por las cosas que encierran la misma cantidad de trabajo.
El trabajo fue el precio primitivo, la moneda originaria que sirvió para pagar y comprar todas las cosas. Desde que el dinero se convirtió en el instrumento común de comercio, es mas frecuente cambiar cualquier mercancía por dinero, y no por otra cosa.
El precio que paga deberá ser siempre el mismo, cualquiera que sea la cantidad de bienes que reciba a cambio. El trabajador es rico o pobre en proporción al precio real del trabajo que ejecuta.
CAPITULO VI
Sobre los elementos componentes del precio de las mercancías.
Originariamente la cantidad de trabajo es la única norma de valor, pero se ha de tener en cuenta el mayor esfuerzo requerido y el nivel desusado (poco usual) de destreza o ingenio. En consecuencia el producto entero corresponde al trabajador, pero cuando se utilizan bienes acumulados, algo debe abonarse como ganancia del empresario, y el valor de la obra se resuelve en salarios y beneficios. Los beneficios no son simplemente salarios de inspección y dirección.
Los beneficios se regulan enteramente por el valor del capital empleado y son mayores o menores en proporción a su cuantía. El beneficio de capital forma parte del precio de las mercancías y es completamente diferente a los salarios del trabajo.
Desde el momento en que las tierras se convierten en propiedad privada de los terratenientes, estos, desean cosechar donde nunca sembraron y exigen una renta hasta por el producto natural de su suelo. El trabajador ha de pagar al terrateniente una parte de lo que su trabajo produce. Esta porción constituye la renta de la tierra, y se halla en el precio de la mayor parte de los artículos como un tercer componente.
CAPITULO VII
Del precio natural y del precio de mercado de los bienes.
En toda sociedad existe una tasa corriente de salarios y de beneficios en cada uno de los empleos distintos del trabajo y del capital. Dicha tasa corriente se regula por el trabajo. Existe también una tasa de renta, que se regula por las circunstancias generales de la sociedad donde se encuentre la tierra, y en parte por la fertilidad del terreno. Estos niveles corrientes se pueden llamar tasas naturales de los salarios, del beneficio y de la renta.
Cuando el precio de una cosa es ni más ni menos que el suficiente para pagar la renta de la tierra, los salarios del trabajo y los beneficios del capital empleado en obtenerla, de acuerdo con sus precios corrientes, aquella se vende por lo que se llama precio natural. Por lo que realmente cuesta.
El precio del mercado se regula por la cantidad de una mercancía llevada al mercado y la demanda de quienes están dispuestos a pagar el precio natural del artículo. Estas personas se denominan compradores efectivos, y su demanda, demanda efectiva, ya que tiene que ser suficientemente atractiva para que el artículo sea llevado al mercado.
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