Las unidades básicas del análisis arqueológico..
Facundo CorvalánResumen13 de Septiembre de 2016
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LAS UNIDADES BÁSICAS DEL ANÁLISIS ARQUEOLÓGICO
Las categorías básicas del registro arqueológico son:
Yacimiento/sitio: lugar donde se identifican huellas significativas de la actividad humana pasada. Generalmente se hallan conjuntamente artefactos, estructuras y restos orgánicos o medioambientales. Es la unidad espacial mínima, un espacio geográfico culturalmente calificado que presenta una distribución continua de restos dejados por un grupo durante una ocupación.
Artefactos: objetos utilizados, modificados o creados por el hombre (restos líticos, cerámicos, armas de metal, etc.)
Ecofactos: restos orgánicos y medioambientales no artefactuales (huesos de animales, restos e plantas, sedimentos, etc.)
Estructuras: artefactos no portátiles (hogares, hoyos, construcciones, etc.) (Renfrew y Bahn)
Componente: distingue distintas ocupaciones dentro de un mismo sitio. Puede expresar variaciones en el contenido formal.
Piso de ocupación: paleosuperficie de ocupación como expresión de sincronía temporal y homogeneidad espacial.
Fase: complejo cultural que posee rasgos característicos. Tiene implicancia temporal y es culturalmente homogénea.
Región: unidad espacial que tiende a coincidir con subdivisiones geográficas; es el ámbito válido para estudiar las relaciones entre una cultura y su medio. (Bayon)
Tipos de yacimiento
A pesar de su gran variedad, es posible clasificar los yacimientos arqueológicos en distintos grupos. La primera clasificación responde a un ordenamiento cronológico, seguida de una clasificación basada en la funcionalidad. En caso de necesitarse mayor detalle, es posible establecer una tipología en función de su posición geográfica. Otro criterio aplicable luego de la excavación es el de la duración del yacimiento. Otros criterios responden a si se trata de yacimientos estratificados o sin estratificar, alterados o intactos, etc.
En cuanto al tipo de actividad realizada, los sitios de hábitat son los más importantes y numerosos. En ellos se realizaron la mayoría de los actos cotidianos de la comunidad. El siguiente tipo de yacimiento, de importancia igual o superior al anterior, es el de enterramiento de los difuntos. Los cementerios tienen la característica particular de que fueron construidos con la intencionalidad de perdurar y por ello el contenido de información en ellos es mayor. En los yacimientos del Paleolítico son comunes los sitios de matanza. Los sitios ceremoniales corresponden generalmente a épocas históricas. (FzMz)
La formación de los depósitos arqueológicos, los procesos de modificación natural y artificial. Asociación y contexto.
Para reconstruir las actividades realizadas en un yacimiento, es fundamental comprender el contexto de los hallazgos, cualquiera sea su naturaleza. El contexto está constituido por el nivel inmediato (material que lo rodea, por lo general algún tipo de sedimento), su situación (posición horizontal y vertical dentro del nivel), y su asociación a otros hallazgos (la aparición conjunta de otros restos, por lo general en el mismo nivel).
El contexto de depositación original es el contexto primario. Este se ve afectado por procesos postdeposicionales (naturales y culturales) que constituyen el contexto secundario. Los procesos postdeposicionales pueden estudiarse mediante la arqueología experimental y su distinción es fundamental para la reconstrucción del pasado, determinando si cierta evidencia es producto de la actividad humana o no.
Procesos postdeposicionales culturales: son las actividades deliberadas o accidentales de los seres humanos. A grandes rasgos se dividen en los que reflejan la actividad humana primitiva antes de que el yacimiento quedara sepultado, y los producidos tras su enterramiento (arado, saqueo).
La mayoría de los yacimientos se formaron como resultado de una compleja secuencia de utilización, enterramiento y reutilización, de modo que esta simple división de los procesos culturales no es tan fácil de aplicar.
El comportamiento humano primitivo suele reflejarse en 4 actividades importantes, en el caso de un útil por ejemplo:
- adquisición de la materia prima
- manufactura
- uso
- abandono
El enterramiento deliberado de objetos valiosos o de difuntos es otro aspecto importante que deja huella en el registro arqueológico.
La destrucción humana del registro, accidental o deliberada, continúa a un ritmo preocupante a causa del drenaje de terrenos, el cultivo, la construcción, el saqueo, etc.
Procesos postdeposicionales naturales: determinan tanto el enterramiento como la supervivencia del registro arqueológico (erupciones volcánicas, actividades de animales, acción de los ríos, etc.). Prácticamente cualquier material arqueológico puede sobrevivir en circunstancias excepcionales. Por lo gral., sin embargo, las sustancias inorgánicas son mucho más resistentes que las orgánicas.
- Materiales inorgánicos: los más comunes que sobreviven arqueológicamente son:
- Piedra (útiles líticos): constituyen la evidencia más importante sobre el Paleolítico, aunque la madera y el hueso pueden haber tenido la misma importancia.
- Arcilla (cerámica, ladrillos de barro): es casi indestructible si ha sido bien cocida. Pueden estudiarse la forma, decoración, composición y alimentos residuales en el interior de las vasijas.
- Metales: el oro, la plata y el plomo se conservan bien. El cobre y el bronce de baja aleación son atacados por los suelos ácidos y suelen dejar una mancha verde. El hierro es destruido rápidamente por la oxidación.
- Materiales orgánicos: su supervivencia depende en gran parte del nivel y del clima, con la influencia ocasional de catástrofes naturales.
- Nivel: sedimento o suelo con efectos diversos, conservando los restos orgánicos (creta, metales, petróleo, sales), destruyéndolos (suelos ácidos) o dejando marcas visibles (arena).
- Clima: es posible hablar del clima “local”, de una cueva por ej., pero suele ser más importante el regional. El clima tropical es el más destructivo (lluvias torrenciales, suelos ácidos, temperaturas cálidas, humedad, erosión, riqueza de vegetación, actividad de animales). El clima templado tampoco es beneficioso. Sin embargo, en condiciones especiales pueden darse situaciones beneficiosas al no haber oxígeno.
- Catástrofes naturales: en ocasiones protegen los yacimientos (tormentas violentas, corrimientos de lodo, erupciones, etc.)
Sin embargo, la conservación de los materiales orgánicos se limita en ciertos casos que implican grados extremos de humedad:
- Entornos secos: la gran aridez o sequedad evitan la descomposición gracias a la escasez de agua, que permiten el desarrollo de numerosos microorganismos destructivos.
- Entornos fríos: la refrigeración natural puede detener los procesos de descomposición durante miles de años.
- Entornos anegados: los materiales quedan sellados en un medio anaeróbico que favorece su conservación. Las turberas ácidas son favorables para la madera y plantas pero pueden destruir el hueso, el hierro y la cerámica. Los yacimientos lacustres mantienen en buenas condiciones la mayoría de los materiales, incluidos los cuerpos.
Las técnicas de estudio
La búsqueda del registro arqueológico implica el diseño de un proyecto de investigación que debe contar con un OBJETIVO, la formulación de HIPÓTESIS, la formulación de una ESTRATEGIA de investigación, el TRABAJO DE CAMPO (organización de un equipo, recogida y registro de la evidencia a partir de la elección del lugar, prospección y excavación), el ANÁLISIS de la evidencia y su interpretación a través de la contrastación con las hipótesis originales, y la PUBLICACIÓN de los resultados.
Descubrimiento de yacimientos
Una de las tareas principales del arqueólogo es localizar y registrar la ubicación de yacimientos y estructuras. Además de los grande monumentos que nunca se perdieron y de los hallazgos casuales, lo fundamental son los hallazgos intencionales de los yacimientos que, por lo general, se encuentran enterrados. Una vez descubiertos, es importante el registro de yacimientos, dando la situación geográfica y cartográfica y la designación e inclusión en un sistema de registro normalizado.
Inspección superficial: puede realizarse a partir de fuentes documentales (textos históricos o literarios, mapas antiguos), como parte de una arqueología de rescate o de una prospección superficial. Esta se realiza gracias a la visibilidad de restos prominente en el paisaje o de artefactos dispersos.
En función de cada región, es necesario determinar la escala y límites (naturales, culturales o arbitrarios) de alcance superficial de la prospección..
La prospección superficial asistemática consiste en recorrer a pie cada zona del área, recogiendo y registrando los artefactos superficiales.
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