Latermo Dinamica
Enviado por kenry06 • 17 de Enero de 2014 • 2.436 Palabras (10 Páginas) • 296 Visitas
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
DE LOS LLANOS OCCIDENTALES
“EZEQUIEL ZAMORA”.
UNELLEZ – SOSA
Profesora:
José Martínez
Bachiller:
Peña Yannis
Ciudad de Nutrias, Junio 2013
La poesía a lo largo del siglo XIV sufre una transformación importante respecto a la desarrollada durante el siglo anterior, tanto en la forma como en el fondo. En la forma en la medida en que la cuaderna vía, aunque se sigue manteniendo como modelo de composición de las obras, da paso a otras formas poéticas. En el fondo en cuanto a que esa literatura didáctica, moralista y dogmática del Mester de Clerecía da paso, poco a poco, a una literatura mucho más personal de los autores -que empiezan a tener conciencia de que ser escritor es un oficio- donde reflejan sus pensamientos tanto morales, como políticos o religiosos. Otro cambio importante se da en el propio concepto de las obras, dejando a un lado aquellas obras enciclopédicas escritas en el siglo XIII, sustituyéndolas por obras con textos más reducidos y más concretos. Podríamos decir que en el siglo XIV se produce el declinar o la decadencia del Mester de Clerecía.
Aparecieron obras y autores de relevada importancia. Obras como la Vida de San Ildefonso, datada a comienzos del siglo y considerada el último ejemplo de literatura hagiográfica del Mester de Clerecía. Escrita por un ex-Beneficiado de Úbeda, consta de 1.074 versos que narran la vida y milagros de San Ildefonso. Otra obra importante fue el Libro de miseria de omne, datada en la primera mitad del siglo y que llegó a nosotros copiada en un códice del siglo XV; nos cuenta, en un tono pesimista, macabro e irónico, las consideradas principales miserias humanas.
Junto a Don Juan Manuel, al Canciller Pero López de Ayala y al Arcipreste de Hita (que tienen desarrolladas páginas específicas en esta web) existieron otros escritores que merecen ser nombrados, como Alfonso Álvarez de Villasandino (1345?-1425?), poeta gallego portugués que llevó una auténtica vida de juglar y nos dejó una extensa obra en verso, escrita tanto en gallego como en castellano, de redondillas, coplas de pie quebrado y villancicos, o el judío castellano Sem Tob (Iem Tob) de Carrión, del que apenas se tienen noticias de su vida, no más que fue rabino de su antigua comunidad judía de Carrión de los Condes, y que desarrolló su actividad literaria entre 1340 y 1360, dedicada en exclusividad a temas sentenciosos y morales, dejándonos como legado su poesía litúrgica (piyyutim), sus Proverbios morales y su obra Debate del cálamo y las tijeras, adoptando el arte literario hebreo de la magáma. Otra figura importante literaria de este siglo fue el propio rey Alfonso XI de Castilla y León, conocido como el Justiciero; figura eclipsada en la historia por la de su abuelo Alfonso X y la de su hijo Pedro el Cruel, pero que, tanto en el campo político como en el literario, ejercicio una función envidiable. A nivel político devolvió a Castilla el esplendor perdido, y literariamente escribió magníficos poemas, donde su historia de amor con Leonor de Guzmán seguro que influyó positivamente, y un Libro de la Montería, donde recogió todo el conocimiento sobre las castas de perros y lugares de cacerías reales.
Al año siguiente, Salvador Garmendia obtiene su título como locutor, oficio al cual se dedica hasta 1967. En este período hace adaptaciones para la radio de obras famosas, como Crimen y castigo, que realiza junto a Lolita Lázaro en Radio Tropical. En 1958 integra el grupo literario Sardio, el cual edita una revista del mismo nombre como manifestación de libertad política, y escribe la radionovela titulada Marcela Campos, la guerrillera de los Llanos, que entrelíneas informaba a los oyentes sobre lo que estaba ocurriendo en la política, en la vida social, económica y con la actividad guerrillera de la Venezuela de aquella época. Para 1959 Publica su segunda novela, Los pequeños seres, en la editorial Sardio. Con ella gana el Premio Municipal de Prosa.
Durante los años sesenta trabaja en el Departamento de Publicaciones de la Dirección de Cultura de la Universidad Central de Venezuela; forma parte del Comité de Redacción de la revista Papeles del Ateneo de Caracas y se traslada a Mérida como encargado de las publicaciones de la Universidad de Los Andes. Cabe destacar que en 1961 se desintegra el grupo Sardio y Garmendia junto a otros integrantes del grupo, fundan El Techo de la Ballena. En estos años publicará las novelas: Los habitantes (1961), Días de ceniza (1963) y La mala vida (1968). Así como su primer libro de cuentos: Doble fondo (1965) y la monografía: La novela en Venezuela (1967). A mediados de la década se edita Los pequeños seres en Montevideo y La Habana, además de Doble fondo en la ciudad de Buenos Aires.
En definitiva, podríamos decir que en el siglo XIV se produce un despertar en el mundo literario y, especialmente, en la poesía con la utilización de nuevas formas de composición.
Es increíble pensar, que desde hacía tiempo; las mujeres idealizamos al hombre perfecto, esto lo podemos ver claramente en el libro Orgullo y Prejuicio de Jane Austen, en el que, en más de una ocasión las mujeres sueñan con un hombre intachable, el cual va más allá de los tiempos modernos; predominando por sobre todo, el amor casi platónico, a pesar de que cada uno tenga conceptos y pertenezca a mundos totalmente opuestos.
Desde nuestra infancia se nos da a conocer una serie de historias, cuentos y relatos, de príncipes y princesas que viven felices por siempre, en el cual se nos inculca, que algún día nos casaremos con nuestro príncipe azul y que seremos felices por siempre. Lo malo es que cuando llegamos a una edad más o menos adulta, nos damos cuenta de que eso no sucederá o que no todo será color de rosa, habrá veces en que debamos sufrir, como es el caso de Charlotte, amiga de Elizabeth que se casa con el primo de ésta, y le menciona que casarse con él es lo mejor que le pudo haber sucedido, diciendo: “Lo único que busco es un hogar confortable, y reflexionando sobre el temperamento, las amistades y la situación del señor Collins, he llegado a la conclusión de que mis probabilidades de ser dichosa con él son tantas como las de la mayor parte de las mujeres que presumen de haber hecho un buen matrimonio” página 117. Esto nos da a entender, que en este caso no prima el amor, sino más bien el interés material y el del prestigio. Y también habrá otras ocasiones en las que debamos saltar de alegría, como lo sucedido entre el señor Bingley y Jane Bennet, en lo que a relación respecta, al igual que la unión de Darcy y Elizabeth.
Hay
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