Los Celtas.

Los celtas

La población celta era una de las más grandes y guerrera de Europa, provenientes de Asia y de zonas de Grecia que se fueron desplazando por toda Europa llegando a ocupar partes de las islas británicas, las galias y muchos territorios más. Los celtas amaban la cultura y por cuestiones de defensa llegaron a crear un arte en la guerra. Tenían una única lengua, la celta y tenían distintos dioses.

No tenían una escritura en sí, la mayoría de sus relatos eran transmitidos de forma oral y los únicos escritos sobre ellos que existen son de sus enemigos.

Sus características físicas son en parte la razón de que los consideraran bárbaros ya que su altura y su gran masa muscular los hacia ver mucho más intimidantes que los romanos por ejemplo, que no eran tan grandes o altos.

No era un pueblo unificado se conformaban por tribus individuales que compartían una lengua, religión y cultura similar. Eran pueblos rurales que iban de un lugar a otro, se dice que vivían en granjas, la mayoría eran unificaciones circulares de unos 20 metros de diámetro las cuales construían de madera, barro y paja, es por eso que no hay muchos restos de las construcciones originales. En estos edificios uno de los más importantes era el salón de banquetes en donde todos los guerreros se sentaban en círculo a tomar y comer, la porción de héroe era la pieza más grande de carne y se le daba al mejor guerrero por lo cual muchas veces se hacían competencias para ver quién de ellos era el que se la llevaría.

Dominaban la tecnología del hierro y vivían de la agricultura,  su especialidad eran los cereales. Los granjeros eran los que financiaban las armas de los guerreros y existía una aristocracia.

Pero a pesar de vivir en pueblos separados se unían en ciertas ocasiones para defenderse creaban castros que eran pueblos fortificados. Los castros estaban protegidos por fosos y murallas que bordeaban el recinto habitado.

En tiempo de conflictos, las gentes que vivían en campo abierto se trasladaban a estas construcciones, situadas en lugares estratégicos con el fin de garantizar su seguridad. Asimismo podían tener otras finalidades como la de control del territorio, vigilancia de sembrados, etc. aunque también podrían haberlos creado para impresionar a otros pueblos pero mayormente para retrasar a los enemigos que intentaban invadir sus tierras.

Para ellos la guerra nos era una simple manera de defensa o lucha, era un acto de ostentación, era la oportunidad de demostrar su valor individual. Cuidaban mucho su físico y hacían pruebas de fuerza. El éxito en la guerra les daba una buena posición en la tribu.

Tenían la costumbre de arrancar la cabeza de sus enemigos y aquellas cabezas de enemigos que consideraban importantes las conservaban, embalsamaban y las exhibían para mostrar su fuerza y poder. También tenían el gusto de aterrorizar a sus enemigos antes de atacarlo con fuertes cantos, gritos y trompetas de guerra que tocaban mientras se aproximaban a su objetivo, considerando esto una guerra psicológica ya que sabían que con esto asustarían a su enemigo.

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