Los secretos del éxito educativo en Finlandia

Los secretos del éxito educativo en Finlandia

¿Alguna vez te has preguntado si existe un balance entre la comodidad, libertad y felicidad de niños y jóvenes y el hecho de recibir una educación de extraordinaria calidad? En los últimos años, se escucha hablar cada vez más del exitoso sistema educativo en Finlandia, hay programas televisivos que comparten lo bueno que es, periódicos, artículos de revistas, programas de radio y hasta los mismos estudiantes finlandeses se sienten orgullosos y satisfechos con su educación. Según el último Índice de Competitividad Global (ICG), Finlandia ocupa el tercer lugar en competitividad del mundo (Robert, 2007) y esto se debe a varios factores, por ejemplo: el buen funcionamiento de sus instituciones públicas, su transparencia, su capacidad de innovar, su buen sistema de salud y sobre todo su sistema educativo.

Según Enkvist (2010), los profesores son la clave, la maestría en Finlandia es una titulación complicada y exigente, por lo que los maestros son profesionales muy bien preparados, con vocación y el gobierno ofrece un buen salario a cada uno. Cuando no se cuenta con recursos económicos suficientes para invertir en infraestructura y sobre todo en profesores, sucede como en la mayoría de los países, que los profesores se desmotivan y los que eran de inicio buenos y con vocación, terminan ejerciendo en otras profesiones que les dejen una mayor retribución económica,  en cambio, en Finlandia han aprendido que si el salario es alto motivación aumenta, la calidad aumenta, por lo tanto también la calidad educativa. Todo el dinero que se invierte en educación es tomado de los impuestos de los ciudadanos y no se invierte únicamente en construir escuelas y pagarle al personal docente, sino que también se le otorga una comida completa a cada uno de los niños y transporte gratuito a los que vivan a más de 5 kilómetros de la institución.

La repartición del dinero que viene de los impuestos, se hace de forma justa. Los fondos del gobierno se reparten de forma equitativa entre todas las escuelas. Existe, por supuesto un presupuesto base para todos, pero la cantidad final puede variar dependiendo de las necesidades especiales de cada uno, así  se compensa a los que tienen alguna carencias para lograr que todos tengan iguales oportunidades.

Lo más común en la educación finlandesa, es que un mismo profesor imparta clases desde que los niños entran, a los siete años, hasta que concluyen sus estudios básicos que normalmente ocurre a los doce, esto se hace para que exista un alto nivel de confianza y de conocimiento alumno-maestro. Ellos cuentan con un sistema personalizado, es decir, se presta más atención a los alumnos que tienen alguna necesidad especial, esto lo hacen para evitar la deserción escolar y el sentimiento de menor valía o fracaso en los niños. En Finlandia rara vez se aplican pruebas estandarizadas (Enkvist, 2010) esto se hace porque ellos tienen la mentalidad de que cada niño es diferente y no se les debería evaluar de la misma manera ya que sería injusto, así respetan también el ritmo y la forma en la que cada alumno aprende.

La educación, para los finlandeses es lo más básico e importante para el buen desarrollo holístico en las personas y en el país, pero nunca le restan importancia al juego y al descanso, por este motivo los niños empiezan a estudiar hasta que se les considera maduros para aprender, además el horario escolar no dura más de cuatro horas al día y no dejan tarea ya que el trabajo escolar se hace en el colegio, no en casa (Enkvist, 2010). Contrastando esto con otros países, se puede decir que los sistemas no son tan eficientes, ya que la educación no es del todo gratuita y en algunos casos los padres llevan a los niños a la escuela a partir de los tres años, edad que de ninguna manera es productiva para el aprendizaje académico.

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