MEXICO Y AMERICA LATINA EN LA TERCERA OLEADA.

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 MEXICO Y AMERICA LATINA EN LA TERCERA OLEADA

(CRECIMIENTO, INSTITUCIONES Y DESIGUALDAD)

UGO PIPITONE

1. México, el crecimiento trabado

México presenta dos rasgos únicos: el carácter periférico como frontera latinoamericana con Estados Unidos y la estabilidad política producto de un régimen revolucionario de presidencia sexenal sostenido por un archipiélago de corporaciones sociales ligadas al partido-estado.

México es américa Latina también del punto de vista económico, de sus estructuras y comportamientos de largo plazo. Sin embargo, sobre todo en la última década, el país muestra un menor dinamismo frente al resto de la región cuyo PIB per cápita avanza un ritmo de 1.8% frente a 0.8& de México.

En la primera década del siglo, la transición democrática mexicana cohabitaba así con una debilidad dinámica de la economía que contrasta con el resto de la región.

Con excepción de China, ninguna de las grandes economías mundiales ha alcanzado su posición actual al margen de una predominante ruta democrática. La democracia ha sido factor de impulso económico.

Los nuevos gobiernos mexicano han tenido que enfrentar fuertes corrientes sistemáticas y políticas contrarias al cambio, la explosión del narcotráfico y la mayor vulnerabilidad institucional frente a la corrupción y a la criminalidad organizada. Y obviamente, ninguna de estas circunstancias podría facilitar políticas de reforma de largo plazo, ni el consenso social necesario, ni la credibilidad a los ojos de inversionistas.

Mientras tanto las inversiones se estancan y el narcotráfico pone en evidencia los flancos más débiles de la maquinaria institucional mexicana.

En relación con las últimas décadas del régimen priista, la nostalgia tiende a hacer olvidar el peso de la corrupción combinado con los bandazos de los caprichos presidenciales, la petrolizarían de la economía y el endeudamiento externo para mantener en vida un enredo sistémico convertido en lastre del potencial económico del país. ” El crecimiento mexicano no ha sido estelar en las décadas recientes”.

Una década de estancamiento constituye con el retroceso del PIB de 2009y la recuperación de 2010.

Recapitulemos los acontecimientos preparatorios. La quiebra de Leman Brotes se irradia rápidamente en los últimos meses de 2008 mientras la mayor complejidad y ubicuidad de las finanzas muestran graves vacíos de autorregulación.

Las agencias calificadoras siguen asignando la triple A empresas a punto de quiebra. Y así entre fallas de regulación y autorregulación y excesiva toma de riesgos, la crisis financiera se vuelve económica con un encogimiento de la demanda estadounidense de importaciones que afecta especialmente a México.

Una de las condiciones de sostenibilidad endógena del crecimiento es el aumento de la productividad, si la productividad no aumenta significativamente a lo largo de lapsos prolongados, el crecimiento queda obstruido en sus posibilidades de reproducibilidad en el tiempo.

Se complementa productividad agrícola insólitamente baja que produce economías locales y regionales semiestancadas, salvo por remesas, gasto de la administración pública y servicios sin fuertes encadenamientos productivos locales.

Los salarios reales mexicanos quedaron sustancialmente estancados frente a aumentos significativos en las mayores economías latinoamericanas y mientras el empleo formal aumentaba 15% en México, lo hacía entre 35 y 48% en las mayores economías regionales.

Con bajo o nulo crecimiento de la productividad y un mercado doméstico frenado por segmentación social y niveles de ahorro que apenas llegan a la mitad respecto los países de Asia oriental, las inversiones extranjeras directas y las remesas no pueden hacer milagros, y mucho menos en una economía del tamaño de la mexicana que, con más de un trillón de dólares de PIB.

A pesar del TLC, que ha dado un mejor perfil competitivo a las exportaciones mexicanas y de políticas económicas responsables alrededor de precios y tipo de cambio, México no encuentra el camino hacia una celebración económica sostenible en el tiempo se demora frente a una amarilla Latina que sigue surgiendo la corriente favorable desde la última década del siglo pasado.

1. América Latina, dos aceleraciones pesadas y a una en proceso

Desde los años noventa del siglo pasado comienza tomar forma una nueva oleada de crecimiento regional, el presente se perfila como un tercer ciclo de crecimiento latinoamericano después de los predecesores de 1870-1910 y 1940-1980, la diferencia es obvia.

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