Mapuches
Enviado por 4basicocla • 9 de Junio de 2014 • Tesis • 2.304 Palabras (10 Páginas) • 229 Visitas
La sociedad chilena del siglo veintiuno no ha resuelto aún su relación con la sociedad mapuche. El pueblo originario de Chile sigue siendo el grupo social más discriminado, pobre y marginalizado del país. El Estado y la sociedad se encuentran en una encrucijada, o continuar con la política de intolerancia y conflicto que ha caracterizado largos períodos de la Historia de Chile y concretamente los últimos diez años, o encaminarse a superarlo por la vía del diálogo, del respeto mutuo, del reconocimiento, de la reparación del daño histórico cometido. La sociedad chilena, sobre todo conservadora, no tiene una mirada apreciativa de la cuestión indígena, tal como se lee en el epígrafe de este artículo. Se valora la “platería araucana”, ciertos tejidos y artículos de valor arqueológico, pero no se acepta siquiera la idea de que se trate de un pueblo con derechos específicos y diferenciados a los de los chilenos. La política y actuación del Estado no hace más que expresar esta incomprensión profunda de la sociedad criolla.
4Los Mapuches, por su parte, han tratado de obtener un espacio en la sociedad y se han opuesto a los intentos reiterados de asimilación que han intentado las políticas del Estado. Durante todo el siglo veinte se organizaron para mantener vivas sus costumbres, formas de vida y cultura heredadas de sus antepasados. En los últimos veinte años, como parte de la redemocratización y modernización del país, la sociedad mapuche ha adquirido renovadas energías y demanda cada vez más un sitio en la sociedad. Se ha producido una suerte de “emergencia mapuche”, sobre todo en el sur del país, la cual no es siempre comprendida por el resto de la sociedad chilena. Nuevos liderazgos, conflictos ambientales, exigencias de participación y protagonismo, revitalización de costumbres, introducción de la educación bilingüe en las escuelas y la salud intercultural en los hospitales, municipalidades en manos de alcaldes mapuches, gran cantidad y presencia de profesionales, intelectuales y poetas mapuches, son algunas de las expresiones de esta emergencia indígena. Es un proceso de enorme vitalidad que contribuye a aumentar el respeto y valor la diversidad en Chile, un elemento indispensable para una democracia moderna.
5El proceso de “emergencia mapuche” no está exento de contradicciones. Hay una larga historia de conflictos y podríamos jugar con las palabras diciendo que es también un conflicto que tiene una larga historia. Los mapuches sufrieron el despojo de sus tierras. Despojo es, según el diccionario, “lo que se ha perdido”. Es igualmente, “la presa y el botín del vencedor”. Es también la acción de desposeerle a una persona o grupo de personas “un bien con violencia”. A fines del siglo diecinueve fueron “reducidos” y buena parte de la tierra del sur de Chile, se entregó a colonos. Durante el siglo veinte hubo relaciones, en muchos momentos, tensas entre los mapuches y el Estado. Momentos de violencia, de discriminación abierta, de intentos de cooptación y asimilación, momentos de esperanza y otros de frustración. Esta es por tanto la historia que quisiéramos relatar. Una historia larga que acompaña a Chile desde su descubrimiento por los españoles y Conquista y una historia corta, de este siglo veinte que terminó y de las últimas décadas en que se ha renovado el conflicto. Es una historia necesaria para entender lo que pasa en la actualidad.
La expansión de la educación escolar en las comunidades es determinante a la hora de comprender el fenómeno que estudiamos. Las generaciones anteriores de los abuelos prácticamente no manejaban la lectura y escritura del castellano. La generación de los actuales “jefes de hogar”, esto es, quienes manejan en forma directa sus predios agrícolas campesinos, tiene un promedio de 3.7 años de escolaridad. Esto es producto que durante casi todo el siglo veinte las escuelas rurales solamente tenían cuatro años de estudio y muy pocas llegaban a seis. El año 1965 se amplió la enseñanza básica a ocho años pero esto llegó tardíamente al campo. En cambio la generación de jóvenes, sobre todo después del noventa se vió ante una gigantesca oferta de becas indígenas, no solamente para cursar educación básica y media, sino para acceder a las Universidades11. Como consecuencia de ello estamos en presencia de una “juventud indígena ilustrada”, que por una parte ha tenido acceso en su niñez a las enseñanzas tradicionales de su hogar y comunidad y por el otro lado también al conocimiento de elementos de la cultura occidental moderna. A ello debemos agregar el uso de Internet que se ha generalizado en la juventud mapuche y sus organizaciones, la relación con lo que ocurre en otras partes del mundo, los viajes de los dirigentes, en fin, la globalización que también ha llegado a las comunidades12.
27Porque estos jóvenes ilustrados, comienzan a retomar ideas también antiguas pero de manera diferente. Hablan de autogobierno, de autonomía, de autodeterminación de los Pueblos Indígenas. Es un discurso nuevo y desafiante. Los conflictos específicos por las tierras y demandas territoriales se van uniendo de manera compleja con las propuestas de autonomía que surgen de las más diversas fuentes, tanto del propio pasado como de otras experiencias que hoy existen por doquier.
• 13 Informe de la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato. Fue publicado inicialmente por el Diario (...)
28El año 2001 el Presidente Ricardo Lagos ante la situación que tomaba el conflicto mapuche del sur, formó una “comisión”. Se la denominó “Comisión de Verdad histórica y Nuevo trato” y la presidió el ex Presidente de Chile Patricio Aylwin. Se trataba de revisar la historia del país en su relación con los indígenas, no solo los mapuches, para lo que se convocó ampliamente a muchos sectores, quienes gustosos participaron en esos trabajos. Finalmente se pretendía entregar ideas de lo que debería ser el “Nuevo Trato” entre Estado y los Pueblos Indígenas. En ese informe se proponían diversas medidas para entregar a los indígenas y en particular a los mapuches, cuotas superiores de “soberanía” y autodeterminación. Se planteaban sistemas de participación directa en el parlamento chileno, mediante cuotas especiales, territorios en que hubiese formas de autogobierno, una suerte de doble ciudadanía. Era un importante avance en términos de derechos políticos indígenas. Lamentablemente no había en Chile condiciones para “escuchar” o “leer” estas propuestas. Las élites miraron con desconfianza los resultados13. El inicio del siglo veintiuno comenzó con una nueva Comisión fracasada.
• 14 Esta tesis está desarrollada largamente en el libro: José Bengoa, La Comunidad Fragmentada, Editori (...)
29Pero estos asuntos étnicos no son fáciles ni
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