Mi Lucha
Enviado por marcopm32 • 1 de Mayo de 2014 • Ensayo • 881 Palabras (4 Páginas) • 190 Visitas
Ya en 1913 este joven descendiente de aldeanos, de 20 años de edad, que de peón había ascendido a acuarelista, había reflexionado en Munich:
"Fui a una reunión de marxistas, pero allí se negaba todo. La nación no era otra cosa que una invención de los capitalistas; la patria, un instrumento de la burguesía destinado a explotar a la clase obrera; la autoridad de la ley, un medio de subyugar al proletariado; la escuela, una institución para educar esclavos y también amos; la religión, un recurso para idiotizar a la masa predestinada a la explotación; la moral, signo de estúpida resignación, etc. Nada había, pues, que no fuese arrojado en el lodo más inmundo..."
Hitler, por su cercanía a la formación obrera y por haber sido él mismo un artesano, era partidario del sindicalismo, pero no bajo la inspiración internacionalista de Marx o de los "sindicatos libres", sino bajo el ideal nacionalista de la Patria y Raza:
"Esta necesidad -la de los sindicatos y su lucha- tendrá que considerarse como justificada mientras entre los patrones existan hombres no sólo faltos de todo sentimiento para con los deberes, sino carentes de comprensión hasta para los más elementales derechos humanos... El sindicalismo, en sí, no es sinónimo de antagonismo social; es el marxismo quien ha hecho de él un instrumento para la lucha de clases... La huelga es un recurso que puede o que ha de emplearse mientras no exista un Estado racial, encargado de velar por la protección y el bienestar de todos, en lugar de fomentar la lucha entre los dos grandes grupos -patrones y obreros- y cuya consecuencia, en forma de la disminución de la producción, perjudica siempre los intereses de la comunidad..."
Decia entonces que en el futuro:
"Dejarán de estrellarse los unos contra los otros -obreros y patrones- en la lucha de salarios y tarifas, que daña a ambos, y de común acuerdo arreglarán sus divergencias ante una instancia superior imbuída en la luminosa divisa del bien de la colectividad y del Estado... Es absurdo y falso afirmar que el movimiento sindicalista tiende y logra el mejoramiento de las condiciones de vida de aquella clase y constituye una de las columnas fundamentales de la nación, obra no sólo como no enemiga de la patria o del Estado, sino nacionalmente en el más puro sentido de la palabra. Su razón de ser está, por tanto, totalmente fuera de duda..."
En algunas de las primeras páginas de "Mi Lucha" escribió sobre su experiencia en las calles de Viena de la siguiente manera:
"... Viena no sólo era el centro político e intelectual de la antigua monarquía danubiana, sino también el centro administrativo. Aparte del enjambre de altos funcionarios del Estado, artistas y profesores, había allí una muchedumbre aún más numerosa de obreros, codeándose la miseria más increíble con la riqueza de la aristocracia
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