Microhistoria

Un día con la familia Pech Can en Felipe Carrillo Puerto

….La noche empieza a ceder, a lo lejos se escucha el canto de los gallos que anuncian la llegada de un nuevo día, es hora de despertar. En una pequeña casa de piedra y huanos, doña Lupita se levanta de su amaca, con el rostro de cansancio lava su cara y sus manos e inmediatamente se dirige a la cocina para preparar el desayuno y refrigerio de don Pedro su esposo y sus hijos Alberto, Juan, Mario y Julia quienes pronto despertaran para ir a la escuela. Doña Lupita muele el maíz nixtamalizado que un día anterior preparo, prende fuego a su viejo fogón y en un comal hecha sus tortillas a mano mientras asa chiles jalapeños y prepara arroz. Don pedro se levanta esperanzado y agradecido por un nuevo día de vida, se dirige a la cocina donde amorosamente le da los buenos días a su esposa; desayuna y se prepara para ir a su parcela aun en la oscuridad de la madrugada. En el camino se encuentra a don Carlos con el que establece una plática en su lengua maya, en la cual discuten sobre su angustia por las cosechas de este año. No ha llovido, y la sequía está matando todas sus siembras de autoconsumo.

Doña Lupita después de atender y despedir a sus hijos, se prepara para ir al mercado esperanzada de que esta vez sí pueda vender todos sus condimentos y yerbas de olor que ella siembra y prepara en su hogar.

Mientras tanto en la milpa, bajo el intenso sol, don Pedro quita el sudor de su frente y se dirige a un árbol de caoba en el que descansa y toma el pozol que su esposa le preparo.

Al medio día toda la familia regresa a casa. Hoy fue un día bueno, sus hijos presentaron exámenes y les fue muy bien, don Pedro logro cazar un pequeño conejo que se escondía en su milpa y con el que doña Lupita preparará una rica comida felizmente.

En la tarde, la familia se prepara para ir a la iglesia Santa Cruz, en la que agradecerá s su Dios por las bendiciones recibidas e imploraran a él por un día mejor.

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