Mini Ensayo

Todas nuestras experiencias diarias son vividas como naturales, como si así tuviera que ser necesariamente y no hubiese posibilidad de modificación. Esta naturalización nos lleva a justificar nuestra forma de actuar cotidianamente diciendo: “siempre fue así o siempre se hizo así, o simplemente nos conformamos diciendo “Así es la vida”. Los hechos naturales tienen como características que son necesarios y fundamentales, es decir, que si no se cumplen corre peligro la vida, así como las necesidades básicas fundamentales. Si naturalizamos algún hecho que no es natural, que es social, quiere decir que le estamos adjudicando las características de un hecho natural. Hoy en día, las tendencias a naturalizar las cosas van de la mano con la “modernidad”, por ejemplo: es natural tener un celular, es natural navegar por internet, es natural ir de compras al Mall, y un sin fin de hechos sociales que tendemos a darle connotaciones similares a las Naturales.

En esta instancia, y por la cercanía de la fecha, quiero mencionar una situación que está naturalizada desde hace mucho tiempo, la compra de regalos para navidad, siendo la Navidad una fecha en la cual se derrocha “paz y Amor”, también se derrocha dinero a montones para la acumulación de capital en el Mercado. Un mes antes del 25 de diciembre, la gente ya está preparándose para Navidad comprando regalos para toda la familia, y lo curioso es que se preocupan de comprar todos aquellos elementos que se creen necesarios para el prójimo, pensando en que quizás un celular nuevo cubrirá las necesidades de aquel ser amado, o bien un nuevo computador portátil, o un play station 4 suplirá las necesidades de entretenimiento de los hijos. Para todos es “Natural” que se llenen las calles del Barrio Meiggs, Patronato, Franklin y las grandes tiendas de personas comprando los regalos de Navidad y sin mencionar el bombardeo de publicidad aberrante, cabe destacar que esta situación también aporta de alguna manera al aumento de la desigualdad entre las personas, puesto que cada quien compra según así lo permite su bolsillo o según aguante la tarjeta de crédito. Sin Embargo, si pensamos en otro tipo de economía, una en la cual se dé satisfacción a las crecientes necesidades culturales y materiales de la sociedad, una economía que esté pensada en el bienestar común, sería necesario desnaturalizar estas prácticas, pues no sería necesario correr a comprar infinidades de instrumentos que ya no tendrían la misma connotación que se le adjudican hoy en día. Sería una transición "De cada uno, según su capacidad; a cada uno, según sus necesidades".

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